La señora Lee había notado a su hijo un poco más tímido durante la hora de la comida, y la curiosidad era tal que se creía capaz de preguntarles directamente sobre lo que había pasado mientras los envió a comprar la pimienta, la cual era innecesaria realmente porque ella no la había olvidado, pero quiso darle una oportunidad de que estuvieran a solas.
A su parecer, a Taemin sí le gustaba Min Ho, pero su hijo tenía miedo de las relaciones, y había creado aquella regla de que si alguien quería ser su pareja, debía darle una rosa diaria durante un año, y en su mayoría, al no sentirse correspondidos se daban por vencidos, sin embargo, Choi no lo había hecho, y dudaba que fuera a hacerlo e incluso, si estaban juntos, era una relación que iba a apoyar, porque a su parecer no había mejor pretendiente para él.
Si por ella fuera, en ese momento habría retirado el plato para que ellos estuvieran a solas, porque Taemin estaba evitando mirar a Min Ho, y el chico en cambio, se veía como empezara a derretirse de amor, enterneciéndola porque la señora Lee había creído que no llegaría el momento en que viera a su hijo de esa manera.
—Iré por el postre.
—Mamá —Taemin se quejó viendo como ella se levantaba —creo...
—Todavía no acabas de comer —ella dijo como si él fuera un niño —vuelvo de inmediato.
Taemin la vio desaparecer la puerta de la cocina y su mirada se posó en el chico frente a él, quien no lo veía en ese momento, pero cuando sus ojos se encontraron, miró hacia su plato, ¿por qué estaba sintiéndose tan tímido repentinamente?, fue él quien se había dejado llevar y buscó besar a Min Ho, no debería de estar actuando de esa manera.
No se había dado cuenta de que caminó de regreso tan rápido sino hasta estuvo delante de su casa, teniendo que esperar un poco a que Min Ho llegara a su lado, el chico tan sólo le había dedicado una mirada tan enamorada como siempre, y cuando lo vio con intenciones de hablar, él entró, dejando la puerta abierta porque no podía volver a cerrarla en su rostro.
—Me gustas —dijo Min Ho interrumpiendo el silencio que había entre ellos —y... no... voy...a rendirme.
Taemin pudo notar todo el esfuerzo que colocó Min Ho para decir esa frase, pero él no respondió, no de inmediato porque no sabía qué decirle, aunque en la mañana había preferido que su pretendiente lo olvidara, ahora no estaba seguro de desear eso; aunque cuando volvía a pensar a Ki Bum, la idea de que hacían una gran pareja aparecía, sin embargo, no terminaba de gustarle.
Intentó decir algo, pero su mamá estuvo de regreso con el postre sin darle oportunidad, porque él no iba a dejar que ella o nadie notara que se sentía un poquito atraído por Min Ho, ni siquiera el chico, porque si tan sólo segundos atrás había estado dispuesto a darle una oportunidad, ahora volvía a creer que lo mejor era que Choi estuviera con alguien más.
La señora Lee observó en silencio a su hijo, ella había estado escuchando todo desde la cocina, y le hubiera gustado que él diera una respuesta inmediata a Min Ho, pero cuando iba a hacerlo, decidió que lo mejor era intervenir, porque casi podía oír a Taemin rechazando al chico, y no estaba dispuesta a que el joven fuera rechazado con ella cerca.
A pesar de todo, la esperanza en Min Ho seguía presente, incluso si parecía que Taemin no tenía interés en sus sentimientos, y si por él hubiera sido, se habría quedado todo el día en la casa de los Lee, pero debía de volver a su propia casa; así que luego de una plática agradable luego de la comida, Choi empezó a despedirse.
—Taemin, acompaña a Min Ho a la puerta.
El joven hizo una mueca ante la petición de su madre, había notado como ella estaba buscando que pasaran el mayor tiempo posible cerca, incluso si eso fue hacerlos sentar en el mismo sofá mientras conversaban, y aunque Min Ho no había intentado nada, la actitud de su mamá comenzaba a irritarlo.
Luego de ver que Min Ho se colocó su mochila, Taemin bajo la atenta mirada de su madre, tomó una de las flores del ramo que seguía en la mesita de centro y la señora Lee casi podía escuchar a su hijo rechazar a Choi, y se lamentó mentalmente, porque el joven le agradaba lo suficiente como para querer que fuera el novio de su hijo, pero no era una decisión y lo sabía.
Ella hubiera querido pararse y seguir a los jóvenes hasta la puerta, o asomarse a la ventana cuando lo último que escuchó fue la voz amable de Min Ho al despedirse, pero se obligó a permanecer en el mismo lugar, ya que su hijo necesitaba privacidad, y eso lo dejó claro cuando éste cerró la puerta detrás de él y no sólo se despidió de su pretendiente frente a ella.
Taemin observó en por unos segundos a Min Ho, el chico estaba un peldaño más abajo en él, por lo tanto sus alturas eran casi iguales, aunque en ese momento Choi era centímetros más pequeño que Lee.
—Min Ho, deberías rendirte —le extendió la rosa.
Choi miró la rosa roja y luego negó con la cabeza, porque si eso significaba que aceptaba rendirse, no la iba a tomar, a menos que Taemin le exigiera hacerlo.
—Eres un tonto, de verdad que lo eres.
Min Ho pudo haberse sentido ofendido porque Taemin no sólo lo estaba llamando tonto, sino que lanzó la rosa al suelo, pero eso no tenía nade importancia, no cuando vio a Lee luchar contra sí mismo, y luego éste dio un paso hacia al frente, mirando directo a sus ojos, y sin darle tiempo de reaccionar tomó su rostro entre sus manos, besándolo, y haciendo que Choi sintiera que estaba soñando, porque el chico que le gustaba lo estaba besando.
—Vas a arrepentirte de esto, Min Ho,
Choi no estaba tan seguro de eso, porque para él era como estar en el paraíso cuando Taemin volvió a unir a sus labios, ¿eso significaba que aceptaba sus sentimientos?, ¿tenía que seguir entregando rosas cada día?, porque él lo iba a hacer, iba a darle todas las rosas que Lee quisiera, y cambio sólo esperaba ser correspondido, o tener la oportunidad de ganarse su corazón.

ESTÁS LEYENDO
Rosas
FanfictionTrecientas sesenta y cinco rosas era lo que Taemin pedía para que alguien fuera digno de ser su novio, una en cada día del año, y estaba acostumbrado a que las personas se cansaran de hacerlo y abandonaran "el cortejo"; esa era su manera de mantener...