El corazón nunca se equivoca - [Capítulo 17]

1.3K 47 0
                                    

Los días pasaban y la situación entre los chicos no avanzaba mucho, para decir verdad; no avanzaba nada. Eso comenzaba a cansarle un poco al pequeño Joaquín, pero lo amaba demasiado como para rendirse tan fácil y menos cuando sabía que "tenía" la culpa.
Las discusiones y los celos por parte de Emilio se hacían notar demasiado cada que tenía cercas a Diego y todos ya lo notaban sin dificultad.

*Narra Joaquín*

Ya no sé que hacer ni como sentirme. Una parte de mí me pide tener paciencia porque estoy muy enamorado de él, pero otra me pide todo lo contrario porque también me amo lo suficiente a mí mismo. Incluso mis compañeros de 3ocho1 ya se dieron cuenta de que Emilio se porta grosero con Diego y me pidieron que deje mis asuntos personales, incluyéndolo a él, fuera de grabaciones y ensayos ¿pero como se lo voy a decir? O peor aún ¿cómo les voy a decir a ellos que se comparta de tal porque me besé con su mejor amigo? Los dejaría como idiotas a los dos y a mí como algo peor... necesito sentirme en paz de nuevo.

*Fin de narración*

Era la tarde del 21 de mayo, los chicos como comúnmente se encontraban en uno de los ensayos del más pequeño ya que la serie comenzaría a grabarse a principios de Junio, por tanto Emilio tenía el tiempo suficiente para acompañar a su novio.

-J: Estoy cansadísimo. Esa coreografía está algo pesadita -dice en tono berrinche abrazando el abdomen de Emilio, ya que era una forma de darse animos-.
-E: Ya me di cuenta, ten chiquito -respondió abriéndole una botella de agua-.
-J: Gracias, amor -dijo antes de beberle un poco- ¿no estás aburrido de estar sentado aquí solito?
-E: Algo, pero lo bueno es que ya casi termina el ensayo y podré llevarme a mi noviecito de aquí.

Joaquín tomó al castaño de la mano dejándolo sentado en una silla que estaba a lado para después sentarse él en una de sus piernas y así continuar con la plática.

-J: ¿Que vas a querer hacer hoy?
-E: ¿De verdad quieres que te lo diga aquí? -bromeó-.
-J: Cochino. De eso no...
-E: Es broma, amor. Bueno no -rié-, pero lo que tú quieras hacer está bien -dijo enredando la cintura del pequeño con sus brazos a lo que Joaquín respondió pasando una de sus manos detrás de su cabeza para también abrazarlo-.
-J: Primero a comer, ya después vemos. Amor, ya son las 4 de la tarde -dijo chechando su celular-, ya terminaron los ensayos, deja voy por mis cosas.

Joaquín se levantó con dirección a los demás ya que ahí se encontraba su mochila y por otro lado Emilio no le quitaba la mirada de encima cuidando que Diego no se le acercara ni siquiera para despedirse, pero nada. A lo lejos solo veía platicar al pequeño con su amiga Ana Paola.

-J: Amor...
-E: ¿Que pasó?
-J: Pao quiere que todos estemos con ella por ser su cumpleaños...incluyendo a Diego.
-E: Pues diviértanse mucho -dijo dando la vuelta-.
-J: No, o sea tú también -le dijo tomándolo del brazo-.
-E: La verdad yo no quiero ir y seguir viéndo a ese idiota, suficiente tengo con aguantarme por tus deberes laborales.
-J: Amor, por favor. Es mi amiga y compañera de trabajo también, no podemos dejar que Diego nos afecte tanto -sollozó-.
-E: Como te dije antes; diviértete, Joaco -dijo serio dejando al pequeño solo-.

A Joaquín prácticamente no le quedó de otra más que aguantarse las ganas tenía de llorar ahí porque ¿qué iba a decir cuando le preguntaran que qué había pasado? Eso lo dejaría todavía más mudo.
Regresó con los demás y después todos juntos fueron a una pizzería que se encontraba en una de las plazas cercanas.

-Paola: A mí no me engañas, ¿qué está pasando contigo y Emilio? Él nunca se hubiero ido.
-J: La verdad no quiero hablar de eso, Pao -dice cabizbajo-.
-Paola: Está bien, pero trata de pasarla bien entonces. Estás rodeando de gente que estaremos para tí siempre. Además, es mi cumpleaños y ver al pequeño Joaquín sonriente sería el mejor regalo -sonrío- Ni siquiera haz probado bocado de tu pizza -renegó-.
-J: Tienes razón, ¿Y si de aquí vamos a jugar a laserquest?

Joaquín trató de pasarla bien con los chicos ya que su amiga Paola se lo merecía. Horas más tarde ya cansados fue a sentarse un poco alejado de los demás, entre su relajación sintió como alguien le tomaba el hombro, a lo que el pequeño rápido volteó hacía atrás.

-J: ¿Qué haces aquí?
-Diego: Noté desde lejos que estás mal.
-J: Eso no es problema tuyo, Diego.
-Diego: Perdóname, de verdad mi intención nunca fué ocasionar esto entre ustedes, fui muy egoísta.
-J: No es solo tu culpa, también es mía. Solo que ya me está cansando la obvia situación -dijo mientras una pequeña lágrima salía de su ojo-.
-Diego: Tranquilo, Joaco. Me lastima mucho verte así -Dijo acorrucando a Joaquín en su pecho a lo que trató de oponerse- nadie sabe que lo que pasó.
-J: De todos modos no está bien -le dice poniéndose de pie al mismo tiempo-.
-Diego: Estoy muy enamorado de tí y lo que menos quisiera es verte mal. Cualquier cosa que quieras platicar yo estaré aquí para tí.
-J: Gracias, Diego, pero para eso está mi novio -finalizó antes de volver a donde estaban los demás-.

Horas más tarde Joaquín se encontraba en su habitación pensando en que podía hacer o como llevar la situación. Le dolía estar así con su novio, pero sabía que eso era algo que tenían que arreglar ambos.
Entre pensamientos escuchó sonar su teléfono lo que lo hizo salir del transe y tomarlo.

*Mensajes de texto*

-E: Perdóname, ya no sé como llevar la situación
-J: Por favor ven a mi casa, hablemoslo en persona
-E: ¿Seguro, sol?
-J: Seguro, Emilio.

Cuando Emilio llegó frente a la casa de Joaquín se percató de que Joaquín estaba ya esperándolo afuera.

-E: Perdón
-J: Emilio, no podemos seguir así -sollozó-.
-E: Lo sé, esto no está siendo fácil para mí. De verdad lo siento mucho
-J: Para mí tampoco-interrumpió alzando un poco la voz-, estoy cansado de sentirme cada vez peor.
-E: ¿Qué quieres?
-J: Que ya no puedo seguir así contigo, necesito que pienses muy bien si realmente me has perdonado. Diego es una persona a la que nos tenemos que acostumbrar a ver, y yo sé que hicimos mal, pero desgraciadamente ya no puedo hacer nada por eso, ni mucho borrar el pasado -Dijo como pudo ya entre lagrimas-.
-E: Sol, yo...
-J: Piensalo, Emilio -respondió dándose la vuelta dejando al castaño solo-.

Emilio y Joaquín - El corazón nunca se equivoca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora