La mañana del día siguiente llego, y todavía el frio se sentía en el monte Kal. Rohen estaba descansado por la fiesta de anoche acurrucado en una cama que le habían hecho Lina y Lak'trendhora antes, comenzaba a despertarse poco a poco tan solo por un poco de comida.
El frio de la madrugada junto a la extraña sensación de soledad acompañaba en esos momentos al lobo. Y de momento una sensación a ser vigilado le asustó, como si él fuera la única persona ahí viva y alguien que no lo era lo acompañaba –uh, ¿qué?, ¿hola, hay alguien ahí? –dijo Rohen mientras una figura diminuta y sombría se posaba cerca de la puerta por un agujero.
La sensación de frio se hacia más fuerte, un aroma molesto también se dejaba sentir –buff, ¿qué es eso? Huele horrible. ¿Qué pasa? –exclamó el lobo y sin esperar tomó su manto, botas y guantes y salió afuera para ver que sucedía. Aquella cosa tan solo al abrir Rohen la puerta decencia rápidamente el camino del monte, tan solo se podía ver a donde iba: a la Mina Ojo Plateado.
Uh, eso... eso no era ni un animal o un humano. Cielos, ¿qué era ello? Y ¿qué quería? –se decía asimismo el lobo, y acto seguido fue tras aquel ser.
Rohen llegó a la entrada de la mina Ojo Plateado, estaba bloqueada por varias vigas de madera, una pila de grava, algunos cargamentos en vagones de mina y finalmente la puerta de la entrada –¡ay vaya! ¿Cómo le hizo esa cosa para meterse aquí? –Dijo el lobo observando todo lo que bloqueaba la entrada –supongo que era demasiado pequeño para moverse por aquí, pero yo no. ¿Quizá si...? –y a Rohen se le ocurrió la idea de usar el hechizo murum aquarum para ver si podía mover los obstáculos y sacando su cetro y agitándolo pronunció –murum pyrorum! Espera, ¿qué? –a lo que sin querer conjuró un hechizo erróneo que lo que creó fue en efecto un muro pero de fuego que empujó todo a un lado pero las vigas se empezaron a quemar –ay no, ¿qué hice? Apágate, apágate –exclamaba mientras lanzaba nieve a las vigas y aunque las empezó a apagar ya estaban en parte quemadas –uf, espero que no lo noten demasiado. Pero bueno, la mina está abierta, debo ir –y después de decir ello se dirigió Rohen a la mina.
El lobo ingresó y tan solo en la entrada ya se sentía una sensación de vértigo enorme, pero no fue hasta unos pasos más cuando todo se puso obscuro –uf, ira ígnea –y entonces de su cetro salieron unas diminutas llamas que aunque débiles sirvieron para iluminar el corto pasillo, su poca intensidad se debía a que Rohen estaba calmado para conjurar un hechizo que necesitaba de estar sumamente furioso para tener mejor intensidad.
El lobo caminó hasta el final del pasillo solo para encontrar una construcción de metal que conectaba con una puerta de acero ubicada en el centro de un espacio vacío con forma de una cúpula alrededor del complejo rocoso que estaba –que enorme, eco...eco...eco –exclamó Rohen provocando un enorme eco que resonaba en el lugar –y a donde ésta... ¡wow, cielos! –dijo sorprendido el lobo al ver el piso y darse cuenta de que estaba sostenido por un camino donde el suelo era metálico y conectado a la puerta, estaba en el aire apoyado por esa base la cual tenía vigas metálicas que estaban sujetas a las paredes de ahí –que tan alto estoy? Haber –y buscando algo como una roca pequeña se regreso atrás sabiendo que las llamas se estaban apagando –rayos, ira ígnea –conjurando de nuevo ese hechizo y con la misma baja intensidad encontró Rohen una roca que agarró, se dirigió de nuevo a donde la puerta metálica estaba y soltó la roca por un barandal de protección –bien va 1...2...3...4... -contaba el tiempo de hasta donde llegaba la roca e impactar contra el suelo -5...6...7...8... -y la roca no se oía -9...10...11 –y pum, la roca golpeó contra el suelo.
Bien, ahora ¿cómo le hare para bajar? Esa puerta ¿tendrá algo que ver? –Y sin más aviso, Rohen cruzó por la puerta para llegar a un pequeño cuarto rodeado por metal y una palanca –uh, ¿ahora qué? ¿Cómo salgo de aquí? Ayuda, ayuda, ayu... -pero sin querer presionó la palanca apoyándose en ella tan bruscamente que activó el sistema que hizo descender rápidamente el ascensor –...daaaaa! –gritaba el lobo intentando abrir la puerta o regresar la palanca a su posición inicial, pero fue en vano y tan solo unos segundos más, el ascensor golpeó contra el suelo tan fuerte que abrió la puerta pero también Rohen se golpeo con el suelo.
El impacto fue muy fuerte, dejando inconsciente a Rohen por algunas horas. Al igual que el ascensor quedó destrozado, imposible seria regresar.
Mientras tanto Draco, el joven humano que conoció hace poco pasaba por el territorio dirigiéndose al Monte Kal. El humano tenía que hablar de un asunto de mucha importancia con Rohen, era respecto a la situación del Gremio Místico en Villa Ceniza y del Castillo Encha.
Hola, disculpe ¿hay alguien ahí? –preguntó Draco mientras caminaba por el sendero del Monte –Joven, ¿que desea? –Le respondió un chacal al chico –buenos días, ¿sabe dónde vive Rohen? –a lo que el chacal le indicó que era en la cueva de la familia real en la punta más alta –muchas gracias –respondió Ánton y partía a la cueva.
Regresando a la mina, Rohen seguía inconsciente. Un aroma a azufre se desprendía y poco a poco comenzó a respirarlo. El lobo comenzó a tener una visión de algo conforme parecía despertarse –uh, ¿q-qué? Es...eso... -decía Rohen con demasiada dificultad entreabriendo sus ojos – es... es... -a lo que una voz profunda comenzó a resonar.
Pasaron algunos minutos hasta que Rohen empezó a levantarse y recuperar el sentido. Aquella voz seguía sonando pero bajando la intensidad poco a poco –hey, espera... -exclamó el lobo tomando su bolso y levantándose por fin.
Hey espera, vuelve aquí –decía el lobo observando una sombra alejándose. Todavía seguía atrapado en el ascensor y no sabía cómo salir pues la puerta estaba atascada. De pronto, algo golpeó con la cabeza del lobo y éste miró arriba, solo para descubrir que el techo del ascensor se había arrancado y dejaba la oportunidad de subir por ella.
Rohen agarrándose de las rejas empezaba a subir, poco a poco hasta que logró salir de ahí –bien, ay no. ¿Tan lejos estoy? –se decía Rohen mirando arriba. Sin embargo al querer escalar no lograba trepar por lo picuda que era la subida – ¿ahora qué? ¿Habrá alguna otra salida? –y recordó que la sombra se había ido por un pasillo.
El lobo descendía de arriba de ascensor y cuando llego al suelo se dispuso a seguir adelante. Al meterse en el pasillo vio los rieles de la mina junto a un vagón –bueno, no pienso caminar mucho más –y acto seguido se subió en el carro no sin antes dar un impulso y comenzar a dirigirse rumbo a donde el camino lo llevara.
En el monte Kal se encontraba Draco quien preguntaba a donde estaba Rohen –no lo sabemos, justo esta mañana que íbamos al festival de Año Nuevo en el Monte y lo íbamos a invitar a acompañarnos descubrimos que no se encontraba en su cama –decía la reina Lak'trendhora con preocupación en su rostro –les podría ayudar a buscarlo, así ustedes irían al festival y yo lo llevaría en cuanto lo encuentre, no se preocupe majestad –respondía Ánton con un gesto serio pero alegre a la vez.
Después de ello, el humano salió de la cueva y se dispuso a buscar al lobo. Vio a lo lejos una construcción que expulsaba humo y decidió a ir a ver.
YOU ARE READING
Ahi estare yo. Una historia del Paralelo Mágico
FantasyAños antes de la guerra de Texxen. Años antes del viaje del joven Ánton Canneberge conoceremos los antecedentes de la era 2 del Clan Chacal en el Bosque Ceniza. Desde la coronación del JEFE ALDEA Kal'Zak hasta los malignos planes de los Tenientes Ze...