6. Baile de Halloween (parte 1)

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235.— Hoy iba tarde a la clase de Runas Antiguas, casi no dormí, debía terminar el ensayo de Estudios muggles. El caso es que, en mi carrera no me percate de quién iba por los corredores.

En mi defensa, yo pensé que todos, tanto alumnos como maestros, estaban en las aulas de clases... Mi cuerpo chocó contra otro de pecho ancho y fuerte, mi mochila cayó al suelo y yo hubiera caído también sino ha sido porque una mano me tomó del brazo...

Mi piel se erizo y un escalofrío recorrió mi espalda, temerosa volví mis ojos para confirmar de quién se trataba. Sus ojos negros se me quedaron viendo fijamente por un instante...

— Tenga más cuidado, señorita Granger...— con un grácil movimiento de varita recogió todo lo que había caído de mi mochila.

Lo marcharse, aturdida y confundida me pregunté del porqué de su comportamiento tan... ¿Atípico? No me había gritado que era una tonta por no tener mayor precaución al caminar y además no me ha quitado ningún punto...

Seguramente sólo es algo pasajero debido al estrés que nos causa a todos la presencia de Umbrige en el colegio...

- 25/10/95

- 25/10/95

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El día inició como cualquier otro, baje a desayunar al Gran Comedor, los chicos aún no bajaban. Tomé asiento junto a Giny y procedí a servirme unas tostadas, café y un poco de fruta.

El reloj marcó las ocho en punto y la hermosa lechuza negra hizo acto de presencia, trayendo consigo una carta de Severus, como siempre lo ha hecho luego del día de mi cumpleaños. Intenté acariciar al ave pero me dio un picotazo.

— Odioso... — murmuré mientras desataba la carta de su pata. Una vez lo hice, emprendió su vuelo.

— ¿Es carta del murciélago? — preguntó burlona mi amiga.

— No lo llames así, y si es carta de él — respondí con una sonrisita tonta.

— Amiga, no tienes remedio, estás completamente enamorada del murciélago... — mis mejillas seguro se tornaron rojas.

— Callate, que tú no te quedas atrás, bien que andas babeando por Zabini...— la pelirroja casi se atraganta con el pedazo de tostada que se había llevado  a la boca— ¡Ja! Te descubrí, ¿cuándo pensabas contarme?

— Precisamente hoy, el estúpido de Zabini quiere gritar a los cuatro vientos que soy su novia— comentó poniendo los ojos en blanco — dile a Harry y al tonto de mi hermano que nos vemos en la Sala de Menesteres, luego de la cena.

— Está bien, les avisaré. Sólo esperó que tu hermano no se ponga como un loco.

— Ni que lo intente, mamá ya lo sabe y me apoya. Y bueno me voy, tengo Herbología y no quiero llegar tarde.

El diario de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora