31 de diciembre de 1998.
La Madriguera.— ¡Ronald Bilius Weasley! Más te vale bajar a ayudar a tu hermana con los gnomos...— el grito de mi madre me hizo despertar de golpe.
Adormilado me dirigí al baño a tomar una ducha rápida pues sino bajó en cualquier momento mi madre subirá y me arrastrará por la oreja hasta el patio.
Una vez duchado y vestido, bajo al patio para ayudar a Giny a desgnomizar el lugar, ella esta cerca del viejo manzano. Mañana será la cena de fin de año y mamá anda vuelta loca con todos los preparativos, vendrán varios invitados, creó que por fin tendremos una cena tranquila, sin aquella incertidumbre que nos calaba hasta los huesos.
La paz ha vuelto al mundo mágico y todos podremos tener una vida tranquila. Cuando he atrapado al último gnomo, diviso una lechuza que se posa en el hombro de Giny. Lanzó a la molesta criatura y me aproximó donde mi hermana.
— ¿De quién es la carta?— preguntó a unos pasos de ella.
— Es de Hermy. Ha confirmado su asistencia y la de su madre a la cena de mañana, dice que está muy contenta y que el profesor Snape también vendrá — explica mi hermana— bueno, ya hemos terminado, por el momento, voy a desayunar...— emprende su camino hacia la casa dejándome ahí de pie junto al manzano.
En quinto año, descubrí que Hermione no me era del todo indiferente pues cada vez que la veía sonreír una sonrisa se formaba en mi rostro también y cuando veía como se le iluminaba el rostro al escribir en su diario, me preguntaba siempre la razón de esa luz, qué podía escribir con tanta devoción, a quién dedicaba las palabras que plasmaba en cada página...
Quise ser yo la razón, quise ser el dueño de ese corazón tan puro, quise ser su felicidad, quise ser yo el hombre que ama... Porque yo la amaba o creí amarla.
Y sin quererlo los celos salieron a flote cuando por ella misma supe quien era el dueño de su corazón. Sentí rabia, sentí que ese hombre me había quitado algo que creía era mío. Cegado por la rabia y los celos, me perdí en un bar muggle intentando sedar el dolor que sentía en ese momento.
Fui un tonto y ahora sé perfectamente que la amo como una hermana, mi mejor amiga con la que contaré siempre. Sólo esperó que el profesor Snape sepa cuidar de ella y amarla como lo merece.
▶▶▶
El día de la cena de fin de año llegó y con ella los invitados. La Madriguera estaba adornada acorde con la ocasión, mamá había preparado una exquisita cena. La mesa fue puesta en el patio trasero pues eran muchos los invitados y poco el espacio disponible en el interior de la casa.
La chimenea se activo anunciando la llegada de alguien más. Las llamas verdes se esfumaron y apareció la muchacha más linda que había visto, Astoria Greengrass.
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El diario de Hermione Granger
FanficEn el escribía mis alegrías, mis tristezas, mis miedos, mis pesadillas, mi amor por él... Jamás imaginé que llegaría a sus manos, que sus ojos leyeran las páginas escritas en esas noches en que el insomnio me atacaba. Páginas dedicadas sólo para él...