Sosiego

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Vecinos jugaban dominó con la luz de la tarde, sus niños corrían las calles volando zamuras, me sentía excluida de la ajetreada Venezuela.

Al caer la noche nos volvimos siluetas, en casa escogimos pasarla con historias de terror, era escuchar Florentino y El Diablo.

Habíamos improvisado una lámpara con tela y aceite, celebramos ese pequeño logro, pensamos - somos todo terreno - teníamos: gas, agua, comida y luz. Estábamos bien.

En algún momento mire al cielo y descubrí sus estrellas, las creía unidas solo en libros, pero ahí estaban, todas diferentes y enlazadas por un brillante hilo, eran constelaciones la que terminaron el día. 


Ophelia D' petra


A la luz de una velaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora