ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 2 ༒ ℑ𝔪𝔞𝔤𝔦𝔫𝔞𝔠𝔦ó𝔫

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¿Podría estar ahora mismo tumbado en el sofá merendando pizza? Sí.

¿Podría haberle dicho a mi hermana que fuera con Elsa al cumpleaños? Sí.

¿Me lo hubiera perdonado mi hija? No.

Y aquí estoy, sentado en la mesa con más padres en una pasteleria llena de globos, niños, niñas, regalos, ruido y sí, con una corona de papel sobre la cabeza. Porque la fiestecita tiene tematica Disney, soy el principe azul sin princesa rosa.

Me excuso frente a los demás padres diciendoles que salgo un rato a fumar, cuando obviamente es mentira porque no he fumado en mi vida, pero necesito despejarme. Salgo de la sala de celebraciones de la gran pasteleria y me siento en el velador, observando a la gente pasar.

La temperatura es muy agradable y calida, está siendo un mes de abril caluroso este año.

Una mujer le da el biberon a su bebé en la mesa de mi izquierda. Los coches pasan frente al velador, removiendo trocitos de papel en el aire. Mas allá hay un parque donde suele ir la juventud del pueblo con su skate, quedan para charlas, compran chucherias en el quiosco, etc.

Derville es un pueblo tranquilo, siempre lo ha sido. Gente corriente con trabajos corrientes con vidas corrientes. Excepto los Wilson, claro.

Yo estoy contento con mi vida, tengo el trabajo que siempre quise, una hija estupenda, fui feliz con mi mujer y aunque los dos tomamos caminos diferentes seguimos teniendo una buena relación, tengo buenos amigos...

-Hola -una suave y alegre voz femenina me saca de mis pensamientos y giro la cabeza. Lilith Wilson me sonrie con dulzura de pie a mi derecha. Siempre tiene una leve sonrisa en los labios, haga lo que haga. Su rubio es algo más oscuro que el de su madre, es más color miel, pero por el resto es identica.

Mientras las demás chicas de su edad llevan ropa ajustada y mostrando cuanto más piel mejor como si por enseñar más la sociedad te aceptara, ella lleva un vestido vaporoso hasta las rodillas color verde militar que resalta sus ojos y la palidez de su delgado cuerpo, con el cabello recogido en un moño bajo y su flequillo abierto rodeando su carita aún de niña. Creo que un ángel sería así.

-Hola Lilith- le sonrio. Por supuesto ningún otro alumno me hubiera saludado con tanta alegria si me encontrara por la calle, solo Lilith lo hacía.
-¿Buscando dragones con los que luchar? -me pregunta divertida señalando mi cabeza. Se me había olvidado por completo que llevaba puesta la corona de papel del cumpleaños.

-Algo así, ya he cazado algunos y estan dentro comiendo tarta- rio y me quito la corona. Ella se sienta a mi lado mientras rie. A cualquier chico de 17 años le daria vergüenza que le vieran con un profesor fuera del horario escolar, pero como Lilith siempre está en su mundo, no le importa.

-¿Su hija está en la fiesta? -me pregunta mirando los globos rosas que rodean la entrada de la pasteleria con frases de "¡feliz cumple Sarah!".

-Sí- rio un poco y me fijo en el cuaderno de piel marron que tiene sobre su regazo. Siempre lleva ese cuaderno al instituto y muchas veces me la he cruzado por la calle con él bajo el brazo. La curiosidad me ha vencido

-Oye ¿qué llevas en ese cuaderno que siempre vas con él?

-Es mi cuaderno de la imaginación- lo pone sobre la mesa y lo abre con parsimonia pasando las páginas lentamente para que pueda ver lo que hay.

Son dibujos suyos, pero muy aleatorios, un gato dentro de una luna, un árbol de navidad en llamas, un lago con nenufares y una mano femenina saliendo de las aguas... pero todo perfectamente dibujado, con todo detalle y sombras.

-¿Cuaderno de la imaginación? Nombre curioso.

-Siempre lo llevo, nunca sabes cuando tu imaginación intenta hablarte. Yo llevo el cuaderno para dibujar lo que me quiera decir.

Ya está ahí de nuevo, una frase que te deja pensando todo el dia ¿la imaginación te habla? ¿cómo puede hablarte? Que te hable el destino, vale. Pero....

-Te has equivocado ¿no? Querras decir que la inspiración te habla -digo alzando las cejas.

-No -rie un poco- la inspiración es lo que surge después de una conversación con la imaginación.

Se queda pasando las páginas del cuaderno para que vea los dibujos, pero no presto atención a estos, mis ojos escrutan la cara de Lilith. Ella no se da cuenta pero mi mente ahora mismo está más rayada que un codigo de barras.

-Y...-carraspeo un poco- ¿para que te sirven las charlas con tu imaginación? ¿de ahi sacas tus dibujos o....?

-Quiero ser escritora como mi padre, y para eso tengo que potenciar mi imaginación -me sonrie- asi que solo presto atención a lo que el mundo me dice y lo plasmo en las hojas para luego inventar una historia a partir del dibujo.

Asiento lentamente. Presto atención a los ultimos dibujos que me muestra, son bastante tetricos; cuerpos huesudos colgando de ventanas, una hoja pintada entera de negro salvo una cara blanca con cuernos, una serpiente enorme comiendose a una persona...

-Estos dibujos son bastante horripilantes -pongo mi mano sobre una hoja, la de la serpiente, para que no siga pasando.

-Creo que mi imaginación intenta decirme algo a traves de mis sueños-frunce el ceño.

-¿Sueñas esas cosas?

-Sí-desvia la mirada hacia el cuaderno- Llevo dos semanas soñando cosas que nunca he soñado, pesadillas que me asustan.

No me imagino como será tener durante dos semanas pesadillas de ese tipo, basicamente porque yo nunca recuerdo lo que sueño.

-Quizas podría ser estrés -digo encogiendome de hombros.

-Quizas-murmura y cierra el cuaderno con un suspiro. La mueca de su cara desaparece y me vuelve a sonreir con su leve sonrisa de siempre-me tengo que ir, ha sido un placer hablar con usted.

Cada vez que me habla de usted centenares de años golpean mi fragil autoestima.

-Igualmente -sonrio y me pongo de nuevo la corona- voy a volver a la "fiesta" antes de que mi dragona se coma más tarta de la debida.

Lilith rie y se despide. Cruza la calle y se va abrazando el cuaderno en el pecho.

¿Me hablará mucho mi imaginación? Llevo pensando en eso todo el día de ayer y la mañana de hoy

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¿Me hablará mucho mi imaginación? Llevo pensando en eso todo el día de ayer y la mañana de hoy.

Estoy en mi despacho con un folio en blanco delante y un lapiz en mi mano, dandome pequeños golpes con este en mi barbilla.

¿Pero cómo me conecto con mi imaginación? ¿clave Wi-fi?

Suspiro resignado y meto el lapiz de mala gana de nuevo en mi estuche.

"Tus años de tener imaginación ya han pasado" me dice una vocecita en mi cabeza. ¡cómo odio a esa vocecita!
"Pues no, mira a Stephen King, más de 70 años y sigue escribiendo" me respondo a mi mismo con chuleria.

Soy patetico.

"Sí,pero porque él tiene talento" vale, eso fue un golpe bajo.

La Flor de Lilith ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora