El Destino De Min Yoongi, Hijo De La Luna.

Dos

Caminado por el ancho pasillo para ir a recibir mi castigo, me di cuenta de dos cosas, uno; las paredes son de blanco.
y dos; los cuadro son negro.

¿Cuándo pintaron las paredes? Siempre fuero azules, y los cuadro, tenia retratos de flores, otra cosas que me di cuenta es que todo estaba vacío.

— Señor Seok Jin ¿Cuándo pintaron las paredes?

La expresión en su cara refleja confusión, algo no esta bien.

— No hemos pintado las paredes sigue del mismo color.

Volví mi cara hacías las paredes, y si en definitiva siguen del mismo color, creo que me estoy volviendo loco. Lleguemos hacías la puerta mas grande del castillo. Seok Jin toca, y un débil pase se escucha. Fantástico ojala me mate.

Uno, dos, tres y cuatro latigazos por segundo recibo, la espalda me duele y el piso esta lleno de sangre, me preguntó ¿De donde saco tanta sangre? Son pregunta sin respuesta.

Quiero llorar pero si lloro será peor, me estoy conteniendo, para no gritar y lanza un fuerte sollozo.
Más latigazo recibo mas lágrimas derramó, es lo único que tengo permitido.

Se para frente de mi, y alzo la vista tengo que verlo, porque si no lo hago es peor.

— Sabe porque te castigo ¿Cierto?

— Si.— Digo débilmente

Me queda viendo, su mirada me dice que viene lo peor.

— Yoongi cariño no quiero pegarte me duele mas ha mi, que a ti bebe.

Si claro.

Me agarra y me lleva a la cama, NO, no quiero eso no, Dios si me escucha, ayudarme, por favor, no quiero, no quiero, por favor, por favor. Derramo lágrimas sin para mientras me toca el pecho, odios sus manos son asquerosa, me besa, le correspondo, porque sino lo hago es peor. Siento su lengua en mi garganta, voy a vomitar, sus mano sigue recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi parte mas intima, mi pene.

Sus manos suben y bajan, en un vaivén rápido, mientras su boca esta en mi pezón derecho, mis gemido son mas falso, que la sonrisas de Seok Jin. Ojalá esto solo fuera un castigo solamente y no lo hicieran tan seguido como lo hace, lo odio,  pero no puedo hacer nada, me intento de matar, y no lo consigo, la maldita muerte huye de mi, como si fuera una plaga, trato de escapar y no puedo, siempre me consigue y si me resisto, me encierra en un jodió cuarto oscuro, sin comida, solo agua, con la espalda echa mierda por toda una semana.

Jimin se sienta en la cama desnudo, Oh no, eso no, mis lágrimas desciende sin parar hasta caer en las sabanas, con todo el dolor en mi espalda me arrastró hasta quedar en la altura de su micro pene, es lo que siempre hace, es la cosa mas asquerosa que he hecho en mi vida, chupar si maldito micro pene, ni siquiera me llega a la garganta.

Meto su pene en mi boca y succiono, mientras que hago un vaivén de arriba ha abajo. Garra mi pelo lo empuja sin para, mientras escucho sus asqueroso jadeos, seguimos así por un buen rato hasta que se corre en mi boca, lo trago sin parar, si no lo hago voy al maldito cuarto.