Subí a Mel atrás en el asiento y cuando me monté, puse rumbo hacia el hospital.
Llevamos esperando más de 10 minutos cuándo ella salió por la puerta, y justo como había planeado se sorprendió. Fue tanta la sorpresa que unos papeles que llevaba en la mano se le cayeron al suelo. Bajé a Mel al suelo y cuando empezamos a caminar hacia ella, vi como venía corriendo hacia nosotras. Me paré en seco y cuando llego lo primero que hizo fue tirarse a abrazarme, durante el abrazo la escuchaba cómo lloraba cosa que me encogió el corazón.
- te he echado mucho de menos, ni una llamada podías haberme hecho - dice mi hermana mientras seguía llorando.
- yo también te echo de menos pequeña, no tengo excusa de no haberte llamado, perdóname-digo yo también llorando.
Después de unos minutos fue cuando nos separamos del abrazo, vi cómo se separaba de mí y limpiando se las lágrimas, se agachaba para ver a Mel.
-ey pequeña que haces tú aquí, y tu mami.
-en casa- dice la pequeña
- le he dicho a Kristen que venía a recogerte, le he preguntado si quería venirse y aceptado encantada- digo riéndome. - bueno, cuando quieras podemos irnos, mamá y papá nos esperan en casa.
Las tres nos subimos al coche, entre risas y anécdotas que me conto mi hermana sobre el tiempo que no estuve aquí, el trayecto se hizo bastante corto. Antes de llegar de llegar a casa pasamos a dejar a Mel con su madre, de paso ya me despedí mis tíos al día siguiente, mi tía tenía que ir por la tarde a un recado y mis primos no iban a estar, al igual que mis padres y hermana que trabajaban, por lo que quedé esa tarde con mi tío y así recuperar el tiempo un poco también con él. Después de eso mi hermana y yo nos fuimos a mi casa para cenar con mis padres.
-MAMA!!!! Ya hemos llegado- digo gritando para que me escuche.
-Porque gritas si estoy aquí- dice saliendo de la cocina.
-No se siempre he querido saludar así cuando llegaba a casa, es decir allí en Miami viví la mayoría de tiempo sola y no podía decírselo a nadie y después cuando estuve con mi novia llegaba la mayoría de veces yo antes que ella, no solía llegar ella antes que yo.
-has tenido novia allí? - pregunta mi hermana y veo como mi madre me mira también con interés, vaya...me tenía que haber estado callada.
-bueno...si, es decir, han pasado trece años era muy probable que en algún momento tuviera algo con alguna chica- digo poniéndome muy nerviosa, con esa mirada que me daban ambas me tenían de los nervios, eran como miradas de reproche.
-bueno me voy a la cocina a terminar de hacer la cena- dice mi madre saliendo del salón.
-tienes algo que decir- le digo a mi hermana ya que desde que se había ido mi madre estaba callada sin decir nada y mirándome, pero no me miraba exactamente a mi parecía como si estuviera perdida en su pensamiento.
-no nada, simplemente estaba pensando en algo.
-algo que tengas que decirme- digo insistiendo
-no, porque lo preguntas.
-por nada, es que parecía como si estuvierais sorprendidas por que había tenido novia, y no es por qué no lo supierais ya que los tres lo sabéis- digo refiriéndome a mis padres y a mi hermana- y después de estar sorprendidas, mama ha huido y tú te has quedado como enfada mirando a la nada como pensando en algo, que por lo visto no deja de darte vueltas.
-veo que, aunque seas doctora, sigues teniendo ese punto de desconfiar de la gente y analizarla como si siguieras siendo policía. Y no, no tengo nada que decirte, solo estaba pensando en una cosa que me ha pasado en el trabajo la cual me ha molestado, por eso parecía cabreada.
-Adriana, yo... lo siento. Hoy ha sido un día un tanto largo, de verdad lo siento no quería que pensaras que desconfío de ti.
-de acuerdo no pasa nada, ya está olvidado, ahora vamos a cenar que me muero de hambre. - le asentí y fuimos a sentarnos en la mesa, al igual que el trayecto en coche, la cena paso entre risas y anécdotas, esta vez conté yo una cuantas de mi estancia allí en Miami.
Luego de terminar la cena, yo me encontraba fregando los platos y mi hermana estaba al lado mio secándolos para después guardarlos.
-te pasa algo enana, es que te noto más callada de lo normal.
-nada... sabes debería decirte algo antes de que te enteres por otro.
-Adriana me estas asustando, no me digas que estas embarazada
-NO!! Vamos creo que no- creo que mi mirada se lo dijo todo ya que rectificó al instante- tonta, como me voy a quedar si a mí me gustan las chicas, que pasa que los dedos ahora embarazan. - me atragante con mi propia saliva.
-como, que eres lesbiana?
-sí, que pasa...es que te molesta o algo, que yo sepa tú también lo eres- dijo ella ofendida por mi respuesta, claramente me había malinterpretado, y no pude aguantar más la risa.
-pobre mama y papa, que pocos nietos van a recibir- dije sin parar de reírme, hasta Adriana se molestó conmigo.
-sabes que... eso que tenía que decirte tampoco era tan importante. - dice enfada yéndose
-vale, vale paro ya- digo limpiándome las lágrimas que me habían caído de la risa.
-no ya no, ahora estoy enfadada mañana me pienso si te lo cuento.
-sabes, sigues siendo una niña caprichosa que se enfada a la mínima- recibo una mirada asesina de su parte.
-que sepas que no lo estas arreglando.
-vale lo siento, me lo vas a contar? - digo dándole una sonrisa inocente.
-no, definitivamente no, mañana a lo mejor. Buenas noches- dice subiendo por las escaleras
-madremia que mujer- digo susurrando.
-TE HE ESCUCHADO!
-PERDÓN! - digo riendo para después volver a la cocina y terminar de fregar los platos, que pilla, había montado todo ese show para irse sin terminar de fregar.
Cuando terminé de fregar, me fui a mi habitación cogí mi ropa de dormir y fui a darme una ducha. Noté como mis músculos se relajaban debajo del agua, cuando salí de ducharme me acosté en la cama con mi portátil en mis piernas y le escribí un correo a mi jefa y amiga, diciéndole que el viaje había ido bien, por supuesto también le conté lo que me ocurrió en el avión. También le dije como iban las cosas por casa, como iba mi tío, que seguramente me tendría que quedar una semana más, es decir tres en total. Era la primera vez desde que estaba en el hospital que me tomaba unas vacaciones tan largas, aunque esto no fueran precisamente unas vacaciones me vendrían bien para despejarme de tanto hospital.
ESTÁS LEYENDO
Razones por las que nunca te olvidé
Romansa{COMPLETA}-Segunda parte de Razones para aprender a amar- No sabia el desafió que iba a suponer para mi volver a mi hogar después de trece años, se dicen rápido, pero son como una eternidad. Pensé que el tiempo lo curaría todo, como suelen decir en...