36 (Final)

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Un aire fresco, sus labios bien humectados con un bálsamo sabor a durazno para que no se rompieran por al frío de los alrededores. Subió las escaleras de la pequeña colina y se acomodó la bufanda buscando que cubriera su Nariz.

Buscó a lo lejos una cabellera castaña, un hombre alto y con flores en sus manos. Y lo encontró. Liam estaba frente a una tumba con unas flores marchitadas sobre ella. Zayn vio como Liam se agachaba y las quitaba, colocando las flores frescas sobre la lápida con un rostro serio. Zayn no sonrió, solo se acomodó las mangas de su saco café y se acercó en silencio.

Liam se volteó y le miró sin expresión alguna, ni una sola sonrisa digerida a él.

Zayn se colocó a su lado y observó la lápida como el nombre "Karen Payne". La madre de Liam tenía un nombre hermoso. Un silencio sorprendentemente cómodo se instaló en el lugar, Zayn no decía nada, no sabía qué decir.

—Ella era una mujer muy bonita, tenía unos hoyuelos muy marcados y su cabello era castaño claro natural junto con ojos negros, muy oscuros. Su belleza atraía a todos los hombres de los lugares a que iba. —Liam comenzó.

— Cuando cumplió veinte entró a la universidad y allí conoció a mi padre, él era de último año de la misma carrera, ella se enamoró de él y ni siquiera duraron un año cuando él le había propuesto matrimonio.

Zayn se sorprendió, ¿Quién se casaba con alguien que acababa de conocer.

—Supongo que estaban muy enamorados. —agregó Liam sonriendo levemente.

« A los meses de casados mi madre se quedó embarazada, de mi hermana mayor. Sí, tenía una hermana mayor. Todo estaba muy bien hasta ese punto, estaba hasta que mi padre entró a trabajar en una empresa la cual apenas le daba tiempo de ir a dormir a casa. Entonces mi madre se quedó embarazada por segunda vez, ésta vez de mí. Mi padre pensó que yo no era su hijo ya que al parecer ni siquiera tenían tiempo de tener un buen sexo, entonces acusó a mi madre de engañarlo y se desató el verdadero hombre de su interior.

Mi madre dejó de trabajar y se dedicó a mí y mi hermana, ella dos años mayor que yo. Mi padre se había vuelto alguien muy obsesivo, y cuando yo cumplí cuatro años, envió a mi madre a ésta ciudad para que trabajara como sirvienta en la casa de uno de sus jefes, uno de esos jefes era el señor Brown, el padre de Jackson, mi padrastro.

Mi madre trabajó años siendo su sirvienta, se hizo amiga de la señora Brown hasta el punto que nos volvimos parte de la familia Brown, la señora Brown me amaba tanto que terminó ayudando a mi madre a pagar una buena escuela para mí, por eso desde pequeño fui a la escuela con Jackson. Cada fin de semana íbamos a Aurora para visitar a mi padre en casa y pasar el rato con él. Los peores días de mi vida, él golpeaba a mi madre y la tenía como su sirvienta personal, y también llegaba a castigar a mi hermana cuando ella se negaba a seguir sus órdenes. Él creía que las mujeres eran objetos y no personas. Demasiado machista para la actualidad.

Todo eso hasta que cumplí los nueve años. Eran inicios de diciembre y mi madre enfermó, ella empezó a tener ataques de asma y una noche casi se ahogaba, eso sino fuera por Jackson que se dio cuenta a tiempo. Aún recuerdo que mi padre la había llamado a la mañana siguiente para decirle que dejaría de trabajar para el señor Brown porque eran mala influencia, porque empezó a suponer que mi madre se acostaba con el señor Brown.
Menudo imbécil.

El próximo fin de semana mi madre iba a viajar a Aurora sin decirle a la señora Brown que nunca regresaría, pero por mi parte, le rogué a mi mamá que me dejara ese fin de semana con Jackson, uno de nuestros amigos cumplía años y al menos quería despedirme de ellos. Ella aceptó a pesar de que sabía que mi padre la golpearía por dejarme con esa familia aún más tiempo pero ella siempre había preferido sufrir para que nosotros fuésemos felices.

Prohibido (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora