Hanae estaba demasiado sumergido en sus pensamientos que apenas escuchó la voz de Rippō llamándole se levantó demasiado rápido que creyó que podría tropezarse. El ambiente no estaba para incómodo, de hecho estaba muy calmado para su gusto. Tal vez ambos disfrutaban en silencio la presencia de cada uno en el comedor.
—Llevo un poco de prisa, intenté levantar a Shihō pero no tuve éxito—timido llevo una mano a su cuello frotandolo—en unas horas le llamaré al celular, ah, y gracias por dejarnos pasar la noche aquí. Espero no haberte incomodado.
Hanae rió avergonzado por las acciones de su propio hermano aún durmiendo en la habitación contigua a la suyo. Ellos no habían exactamente dormido anoche.
—No te preocupes por eso, están casado, así que no tengo nada realmente que decir—cambio de tema con rapidez—hare que Shihō despierte antes de que me vaya, ha surgido un pequeño problema y tengo que salir de la ciudad.
—Oh, espero que no sea nada grave, entonces volveré a por él, no será necesario que intentes despertarle, me encargaré de eso.
Hanae trono los dedos intentando recordar donde había dejado las llaves—¿dónde dejé las llaves?—solto al aire mientras buscaba el llavero.
—Creo que lo vi en la cocina, voy a ver—le contesto viendo a Hanae alzar un cojín del sofá y palpar entre los asientos acolchados.
Mientras caminaba hacía la cocina olvidó por un momento que en ese mismo lugar se encontraba Abeno Haruitsuki, el jefe de Hanae al parecer. Qué pequeño puede ser el mundo. Con una sonrisa socarrona entró a la cocina con su objetivo en mente, fastidiar a su competencia.
Cómo bien había pensado la noche anterior, Hanae había dejado las llaves sobre la mesa de granito aún lado de la ventana que daba vista al patio trasero. Con su traje pulcro, avanzó hasta estar frente a su acompañante que estaba justamente frente a las llaves. Con un suave movimiento cogió las llaves en sus manos, y dio media vuelta para irse.
Sabía muy bien que Abeno estaba muriéndose por preguntar porqué estaba en esa casa junto a Hanae. Fastidiar a Haruitsuki de había vuelto algo divertido, él era alguien fácil de irritar, pero nunca perdía su postura.
—¿Así que eres jefe de Hanae?
También intuía que por el momento Abeno no tiraría la primera piedra, pero ambos sabían que tenía tantas ganas de interrogarlo como él de molestarlo. El parecía en ese momento tan imperturbable, mientras sostenía la taza de café humeante con los ojos cerrados mostrándole poca importancia ante su presencia.
—No veo porque tú pregunta.
—Bueno, de todos los lugares del mundo que existen jamás pensé verte en la casa de Hanae cuando apenas el sol hace su aparición. Cualquiera pensaría otra cosa, ya sabes cómo son las personas cotillas—se encogió de hombros, tomándose un momento para ver a Itsuki que está vez tenía una mirada filosa.
—¿No es genial que tengamos una persona tan en común?
—Puede ser. ¿Que intentas con Hanae?
Oh al fin había sacado las garras, tendría probablemente problemas con Shihō por su inminentes ganas de molestar a Abeno, pero era realmente gracioso verlo retenerse, sin romperse. Shihō estaba bastante asociado con eso, debido a eso le prohibió tener ese tipo de encuentro con su rival.
—Bueno considerando que estamos en la casa de Hanae, no sería adecuado que hable sobre nosotros, es personal Abeno-san, sin embargo puedo decirte que he venido muchas veces antes—giro el llavero en sus manos dándole poca importancia a sus palabras. Lo que al parecer irritó a su rival, sus manos apretadas alrededor de la taza lo demostraba. Intrigante, se pregunto por qué.
—Eres tan descarado, Rippō—dijo entre dientes—espero que no mal logres a Hanae.
—De ninguna forma, él es especial, tú también puedes verlo—hizo una pausa, para cambiar su tono a uno insinuante—, bastante bien diría yo. Pero no te preocupes, todo tuyo.
Abeno fruncio el ceño por darse cuenta cuánto le irritaba toda la habladuría de Rippō, parecía que enserio tenía un aprecio por Hanae. Él lo conocía, siempre fue un mujeriego que le importaba poco lo que las personas hablaran o pensaran de él. Vio como muchas mujeres y hombres caían entre las garras de ese cuervo. Y ahora Hanae estaba entre sus garras o cerca de ellas.
—Ashiya no es ningún tipo de objeto.
Con cansancio Rippō rodó los ojos—¿De dónde sacaste la regla? ¿De internet? Vamos, Abeno-san, no te enojes. Lo digo enserio. Bueno yo me tengo que ir, espero su cuides de Hanae.
No le dio tiempo a Abeno de responder cuando esté ya se encontraba cruzando la puerta de la cocina a la sala. Casi al instante escuchó la voz de Hanae, segundos después nada. ¿Por qué Rippō tenía las llaves de la casa de Hanae? ¿De verdad Hanae tenía una relación de solo acompañante de ese tipo?. Esperaba que no fuera así, porque Hanae era una persona que necesitaba alguien junto a él, sin importar las situaciones. Un amor mutuo. Alguien como...como...
“¿Cómo quién?”
Lanzó un suspiró al aire obligándose a relajarse. Sus pensamientos ahora eran un lío, de sentía tan molesto consigo mismo y Rippō por insinuar que ya tenía tiempo viendo a Hanae con posiblemente ser más que amigos. Pero lo dudaba porque Ashiya no era de las personas que se juntaría con cualquiera. Estaba bastante seguro que esperaba al amor de su vida para tener ese tipo de intimidad.
Las manos le temblaron ante la idea de ser él quien lo tomará, reprimió por centésima vez o posiblemente más, las ganas que tenía de ir hacia Hanae para robarle un beso. Su vida no fue fácil desde que conoció a Hanae, él era tan sublime, alguien que te obligaba a mantener una mirada sobre él, escucharlo porque su voz tenía un tono que te envolvía y tranquilizaba. Sus increíbles ojos azules que miraban siempre amablemente a todas las personas, el suave color de su piel contrastaba contra el de una hada como en las películas, incluso sus labios siempre curvados hacia arriba era algo tan atractivo, ¿Cómo sería besarlos?
Sus pensamientos fueron interrumpidos ante la voz de Hanae a su lado, hablando sobre algo que no había logrado escuchar.
—Disculpa no te escuché, estaba algo perdido en mi mente.
—Nada importante, solo iré a alistar mis cosas, para poder salir antes de que se nos venga el tiempo encima. Si necesita algo, puede tomarlo, ah y la del baño tiene colgado un tiro al blanco.
—¿Un tiro al blanco?—que cosa más extraña pensó Abeno no creyendo que su empleado jugará eso.
—No lo juego, Rippō lo trajo una vez y jugamos, realmente no soy nada bueno con los dardos—Hamae vio la hora en el reloj que estaba sobre la puerta de la cocina y chillo, se le iba hacer tarde—¡Abeno-san me apresurare!
Pero no le tomo importancia a eso último, en su cabeza aún rondaban las palabras de Rippō cuando dijo que ya había ido a casa de Hanae varias veces. Entonces si era cierto...tenía la esperanza que no fuera así y solo lo dijera para molestar como lo hacía la mayoría de las veces. Ese pequeño tirón en su corazón se convirtió en un piquete de dolor.
“¿Qué has hecho conmigo, Hanae? ¿Por qué de pronto tengo la necesidad de pedirte que dejes de ver a Rippō?”
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❝SKIN TO SKIN❞ ©Abeshiya
Fiksi Penggemar❝Porque piel contra piel es mejor❞ Hanae Ashiya un secretario del empresario Abeno Haruitsuki. ➳Abeshiya ➳ Shihō x Rippō #WattpadNecesitaMasAbeshiya 40219 7.36 ©2019