Cap. 7 - La Cabaña

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Narra Marco

El cuerpo me dolía, me pesaba al moverme, con esfuerzo logre sentarme y me talle los ojos, una vez se me aclaro la vista observe a mi alrededor.

Estaba bajo un gran árbol, bastante alto y tupido proyectaba vida al verlo, toda el área alrededor estaba llena de flores de muchos colores que bailaban al viento, era una vista muy hermosa, relajante, me estaba dejando llevar cuando note que no había horizonte.

Las flores continuaban hasta chocar con una pared blanca, volteé hacia arriba y vi que no había sol, al ver bien distinguí que era un techo del color del cielo, gire a ver en todas direcciones, estoy en una enorme habitación en la que fácilmente meterías un estadio de football.

A mi derecha había 2 senderos, los seguí con la vista, uno llevaba a una pequeña cabaña y el otro se alejaba mas allá de donde lograba ver. Intente levantarme para seguir aquel camino pero estaba muy agotado.

Marco. - Creo que debo descansar, entre el dolor y el cansancio no podre moverme - me dije, decidí hacer un último esfuerzo, use mis brazos para acercarme al árbol y apoyar mi espalda en el - ¿Cómo llegue aquí?... Yo estaba.... ¿Dónde estaba?... - me dolía la cabeza al intentar recordar, en ese momento sentí una brisa en mi rostro y escuche el sonido de las hojas al viento, cerré los ojos - eso se siente bien, ayuda con el dolor... mejor descansare un rato - me relaje y caí dormido.

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Abrí los ojos y me sorprendí al ver que el techo cambio de color, ahora proyectaba los colores rojizos del atardecer.

Trate de moverme, ya no sentía pesado el cuerpo pero aun dolía, soporte el dolor y me levante, a cada paso que daba casi caía por el tremendo dolor que sentía en mi columna, decidí seguir el camino que llevaba la cabaña, era mucho más corto que el otro y tal vez encontraría respuestas en su interior.

Camine lentamente hasta llegar a la cabaña, cuando la alcance me apoye en la pared, para que el dolor pasara, vi que la puerta no tenia pomo así que solo la empuje y se abrió, era una cabaña realmente pequeña, tenía una sala con un sofá y un sillón, un pequeño comedor y un cuarto con solo la cama, nada más. Todo estaba limpio, no había polvo así que supuse que alguien vivía ahí y mantenía limpio, decidí esperar a que llegara.

La espera me pareció eterna, no me daría cuenta del tiempo de no ser porque el techo emulaba los colores del cielo, en ese momento estaba a oscuras ya que era una noche sin luna.

Me percate de algo, llevo casi todo el día en este lugar pero no he tenido hambre, con algo de dificultad ya que solo veía sombras y siluetas, fui al comedor y note que no había alacena ni cocina, di otra vuelta por la cabaña y tampoco encontré baño.

Marco. - ¿Qué clase de lugar es este? - me pregunte.

Pensé en salir de la cabaña e ir al árbol, tal vez el otro sendero me lleve a donde necesito.

En cuanto cruce la puerta el dolor regreso de golpe, caí al suelo, con esfuerzo me apoye en el marco de la puerta y logre enderezarme, lentamente volví a caminar por el sendero, ese dolor me estaba volviendo loco, pero no me detuve, con toda mi fuerza de voluntad logre llegar al árbol y me apoye en él a descansar, vi el otro sendero, era mucho más largo que el camino a la cabaña, no sabía si podría caminar todo eso.

Después de dudar un rato me decidí a intentarlo, estaba por tomar impulso cuando escuche un sollozo del otro lado del tronco, rodee el árbol y vi la silueta de alguien con la cabeza apoyada en las rodillas.

Marco. - Oye ¿Estás bien? - pregunte al acercarme.

La persona se sobresalto al escucharme, se levanto y retrocedió unos pasos.

La Luz en tu InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora