Cap. 9 - La Puerta

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Narra Marco

Desperté por la luz de la ventana, abrí los ojos y me senté sobre la cama, vi a mi alrededor y suspire, seguía en esa cabaña sin idea de que hacer.

Recordé mi conversación con Cressida y sonreí, fue divertido estar con ella, espero le vaya bien en la universidad, es una lástima que no pude ver su rostro, tenia bonita figura, me levante y fui a la sala.

Intente recordar al menos mi nombre, me pulso la cabeza y comenzó a doler, respire agitado y mejor lo deje. Vi la puerta de la cabaña y pensé en salir, mi cuerpo se siente bien, he descansado y tengo fuerzas, debería estar bien.

Me acerque a la puerta y la abrí, vi el exterior y tome aire, salí y sentí el aire, era relajante, perecía estar bien pero en cuanto di un paso el dolor recorrió mi columna, alcance a sujetarme del marco de la puerta para no caer y volví a entrar, apoye en la pared junto a la puerta para tomar aire.

Me senté en el sillón para que el dolor pasara, fue menor al de ayer pero igual era bastante, parece que realmente no puedo salir de la cabaña, no comprendo este lugar, esperaba que Cressida tuviera razón y fuera un sueño así despertaría fuera de aquí pero no paso.

Pase un rato sentado con los ojos cerrados hasta no sentir dolor, cuando los abrí note el mayor problema de estar aquí encerrado, era realmente aburrido, no hay nada que hacer en esta cabaña, al principio recogí el desorden que hice al correr por todos lados con Cressida, después revise todos los rincones posibles, esperando encontrar algo con que entretenerme pero no tuve éxito, termine viendo el techo contando cuantas tablas tenia, hasta que "anocheció" y la oscuridad no me permitió distinguirlas.

Al menos comencé a acostumbrarme a esta oscuridad y lograba moverme sin tropezar, estaba caminando en círculos alrededor de la mesa viendo a los cuantos me mareaba cuando escuche una voz familiar en la puerta.

??? – Comet ¿Estás ahí? – una figura femenina se asomo.

Comet. - ¡¿Cressida?! – corrí a la puerta emocionado - ¡Oh qué bueno que llegas! ¡Pensé que me volvería loco del aburrimiento en este lugar! –

Cressida. - ¡Cálmate Comet! – me grito, no había notado que de mi emoción la sujete de los hombros, la solté y retrocedí avergonzado.

Comet. – Lo siento, es que realmente me alegra verte, ha sido un largo día –

Cressida. - ¿Enserio? ¿Qué paso? –

Comet. – Pues, me la he pasado aquí encerrado pero no hay nada que hacer, fue realmente aburrido, con decirte que casi termino de contar las tablas de techo... ¿Quieres saber cuántas son? -

Cressida. – Eh... no, suena tedioso ¿Y por qué no sales de aquí? –

Comet. – Por alguna razón solo puedo estar aquí dentro, cada que salgo me dan dolores como el que viste ayer – caminamos al sofá y nos sentamos.

Cressida. – Entonces ¿Realmente estas atrapado aquí? –

Comet. – Así parece, no sé nada de esta lugar ni como llegue – suspire – pero bueno ya sabré que hacer sobre eso luego – voltee a verla – dime, ¿Fuiste a la universidad? –

Cressida. – Sí, fue algo triste dejar a mis padres... ¿Cómo supiste? –

Comet. - ¿Cómo supe qué? –

Cressida. – Conocí a 2 chicas que querían ser mis amigas, ¿Cómo supiste que me las encontraría? –

Comet. – Me alegro por ti... pues, en realidad no lo sabía con seguridad – sonreí.

La Luz en tu InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora