Capitulo 3

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Ese mismo día Zoe y yo nos pusimos a ver televisión, en realidad para los dos era aburrido ya que los programas de hoy en día eran una total basura, así que prendió el Xbox y nos pusimos a jugar como por 3 horas Call of duty.

—Creo que ya es hora de comer ¿Quieres usar la computadora mientras? —Preguntó amable.
—Claro.

Zoe me llevó hasta el lugar donde estaba la computadora, cuando me aseguré de que se había ido me metí rápido a la primera red social que vi; Facebook. Y, para mi suerte, Grayson estaba conectado.

Grayson: Hey!
Chandler: ¿Si?
Grayson: ¿Dónde estás? ¡Todos se encuentran preocupados por ti!
Chandler: Me secuestraron, tienen que sacarme de aquí, vengan a buscarme.
Grayson: ¿Qué? ¿¡Quién!?

Cuando estaba a punto de contestarle que me encontraba en México, secuestrado por una extraña psicópata llamada Zoe, la energía se había cortado, entre la oscuridad salió Zoe alumbrando con una linterna, parecía medio asustada con una mirada acusadora.

—Zoe... ¿Estás bien?
—Chandler... —Dijo de una manera delicada.
—¿Si?
—Verdad que...
—¿Qué cosa?
—Verdad que... —Repitió.
—Responde. —Ordené un poco alterado.
—Verdad que tú nunca me abandonaras, no te irás, estarás a mi lado...
—¿Qué te hace creerlo?
—¿Verdad?
—Zoe, yo...
—Me alegra que no te irás.   —Respondió antes que yo.
—No era a lo que me refería.
—Baja, la comida esta lista, ¿Te gusta el espagueti con puré de papa y nuggets de pollo?
—Emnh, si.
—Me alegra, no había nada más que hacer. —Añadió dándome un abrazo y en segunda apagó la linterna y tomó mi mano—. Vamos.

Recorrimos casi toda la casa, para poder parar en el lugar donde estaban generadores y fusibles, ella subió una palanca y la casa volvió a prender, eso me dio a entender que ella cortó la energía, pero no dije nada por temor a que se volviera más loca.
Nos fuimos al comedor a almorzar. Probé un poco de lo que había cocinado, en realidad no sabía mal y se ve que no le echó una sustancia que me hiciera dormir.

—Si te portas bien, quizás mañana te deje salir.
—¿Salir?
—Sí, te pondré una correa ¿Color azul o negro?
—¿Una correa? ¿Crees que soy un perro? —Pregunté enojado.
—¿Qué? Claro que no, es por seguridad.
—¿Seguridad? ¿Acaso estás loca? —Pregunté estúpidamente—. Yo me voy —Añadí yéndome a la puerta.
—¿Enserio? No sabes donde estás, no hablas el mismo idioma que las personas de aquí, no tienes dinero, ¿Crees qué puedes resolver todo esto por tu cuenta? —Dijo con una sonrisa tranquila.

Tenía mi mano en la perilla dudando si salir o no, tal vez tenía razón, creo que a fuera sería mucho peor que aquí dentro. No lo pensé dos veces y solté la perilla alejándome apenado de la puerta y una posible escapada y vuelta a casa.

—Bien hecho, Riggs. —Dijo con una maléfica sonrisa de victoria.

Amor Homicida. (Chandler Riggs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora