Capítulo 13

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Día 9

Cuando desperté seguía abrazado a Zoe, quien parecía inofensiva, sólo eso, parecía.
Abrió lentamente sus ojos que por el momento estaban semi hinchados y rojos.

—Buenos días. —Susurré en su oído haciéndola estremecer en mis brazos.
—Buenos días. —Contestó.
—¿Te sientes mejor?
—Un poco.

En serio quería saber más sobre ella, y el hecho de por qué me había secuestrado y no quería dejarme ir.

—¿Puedo hablar contigo?
—Más tarde, seguro debes tener hambre, no cenaste por mi culpa. —Contestó con melancolía.

A decir verdad tenía un poco de hambre, pero no iba a decirle "Tengo hambre, hazme de comer", quería sentirme útil, quizás por primera vez.

—Si quieres yo la hago. —Respondí.
—No, debo hacerla yo.

Ambos bajamos, me sentía torpe y estúpido, cuando acabamos de desayunar, salimos de la cabaña.

—¿Quieres pasear?
—¿Pasear? ¿En este lugar puedes pasear?
—En el lago. —Apuntó muy feliz al agua que no estaba tan lejos.
–Pero...

Tomó mi mano y me llevó al garaje de su cabaña, dónde sacó un pequeño bote.

—Sólo hay que empujarlo hasta allá.

Ambos empujamos el bote hasta el lago, el cual seguía teniendo gran color azul semi transparentoso. Nos subimos al bote y dejamos que la corriente nos llevara hasta quedar alejados de la orilla y cerca de la muralla de roca al parecer hecho naturalmente.

—¿Sabes nadar? —Me preguntó.
—Si... —Apenas dije y ella me tiró del bote, seguido ella saltó al agua.
—Ven. —Tomó mi mano pero me quedé quieto, negando a avanzar—. Confía en mí.

¿Realmente confiaba en ella? ¿Realmente lo hacía?
Sin pensarlo —No quería pensarlo más— me sumergí junto con ella. Nadamos hasta que ya no pude ver nada, todo estaba oscuro, pero poco a poco se fue aclarando hasta dar con una luz débil, me di cuenta de que estábamos dentro de una caverna acuática, creo que se llaman cenotes, era realmente lindo.

—Este lugar me sorprende cada vez más. —Sonreí mientras soltaba su mano
—Ven, esté lugar aún tiene muchas cosas más —Zoe nado hasta la orilla que era obviamente de rocas.

Fui con ella, mi ropa estaba empapada y había perdido de vista a Zoe. Luego de 2 minutos apareció ella con ropa seca y en sus manos otra doblada

—Ponte esto, no quiero que te enfermes. —Dijo entregándome las prendas—. Tu ropa seca la colocas ahí. —Apuntó a unas ramas con una cuerda amarrada, haciéndolo lucir como un tendedero. Hice lo que me había pedido, me deshice de mi ropa, me coloqué la seca, la mojada la puse en la cuerda y me dispuse a seguirla, no fue un camino muy largo en realidad.

—Cuidado, el suelo está resbaloso. —Me dijo

A medida que caminábamos todo se iba haciendo más oscuro, no me sorprendía, puesto a que ya había sucedido montones de ocasiones en este lugar.

Amor Homicida. (Chandler Riggs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora