Capitulo 5

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Llegamos a casa y Zoe se dirigió al baño, se tardó un poco dentro de este sin producir sonido alguno más que el goteo del agua, al salir me miró directamente a los ojos.

—Puedes tomar un baño ya, te preparé las cosas.
—¿Qué?
—Debes de limpiarte, ese helado no se quedará para siempre en tu cabeza ¿O si?

Ella, en parte es una loca bipolar, y por otra, es un tanto amable.

—Chandler. —Añadió sacándome de mis pensamientos.
—¿S-si? —Pregunté nervioso.
—No estoy loca. —Dijo, haciéndome creer por un momento que podía leer mi mente—. Sólo tengo un complejo crudo y psicópata porque te quiero para mí. —Dijo lanzándose a mis brazos.

Nos mirábamos fijamente, ella me tenía por la cintura y subió sus manos hasta pasarlas por encima de mis hombros para apegarme más a ella, podía sentir su fría respiración, cada vez se acercaba más, sus ojos miraban mis labios, tenía que hacer algo, no dejaría que me besará, no de nuevo.

—Emnh, yo... creo que debo bañarme ya. —Puse mi mano en su cara y la alejé.
—Ah, si, yo... creo que haré de comer o algo más. —Respondió de una manera estupefacta.

Entré al baño e hice todo lo que tenía que hacer, me coloque la ropa que ella había dejado ahí y salí, escuché un fuerte golpe y algo de cristal romperse, en seguida corrí hasta su origen, era en la sala, Zoe se encontraba apretando un martillo y la televisión se encontraba tirada, quebrada en cientos de pedazos.

—A partir de hoy no saldremos más. —Dijo en forma de amenaza lanzando el martillo al piso.
—¿Por qué no? —Pregunté extrañado con cierto temor.
—Sólo, no...
—Zoe... —Tomé su mano y la miré fijamente, quizás podría convencerla. —Por favor, dime.
—La policía nos busca, tus padres también, saben que estás en esta ciudad. —Dijo mirándome con cierto grado de amargura.
—Oh.

Fingí un poco de comprensión pero estaba en shock, estaban buscándome y ella no me dejaría.

—Tranquilo, no te preocupes, no te encontraran tan fácil, yo te protegeré. Estoy aquí por ti.

Estaba horrorizado, tanto que dije la primera estúpida palabra que se me ocurrió;

—Gracias, yo te... te amo. —Susurré y ella simplemente rió.
—Se que no me amas, pero con solo intentarlo me haces feliz. —Dijo acercándose tímidamente a mi.

Esta vez no hice algo para impedirlo o apartarla, sólo dejé que de a poco sus labios toparan con los míos, los movía delicadamente, podía sentir un sabor a hierba buena y bálsamo labial de frutillas, en un pestañeo su lengua se encontraba en mi boca, reaccioné ante eso; mi lengua y la suya estaban en guerra. Yo le seguía el juego y no tenía la mínima idea del por qué, pero así era, cuando estaba a punto de separarse, mordió un poco mi labio inferior, dejando una pequeña marca la cual sangró un poco y ella pasó su lengua por encima de esta llevándose un sabor metálico.
Debo admitir, que me gustó ese beso

Amor Homicida. (Chandler Riggs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora