veinte

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Narra James

Estaba esperando a Rose para ir al castigo que nos dará la profesora Baker.

—hola capitán—dijo Dean mientras llegaba a mi costado

—hola Dean

—¿a quién espera capitán?

—a Rose, estamos castigados ¿no te dijo?

—creo que lo ha mencionado—dijo en tono pensativo

—ahí baja, nos vemos en el próximo entrenamiento Dean—dije para luego acercarme a Rose y salir de la sala común

—¿de qué hablabas con Dean?—me pregunto luego un rato

—nada importante solo cosas del quidditch

El camino estuvo en silencio pero felizmente no incomodo uno normal o bueno normal para mí. 

—llegaron cinco minutos tarde—dice l profesora sentada en su silla—su castigo será ir al bosque prohibido y verificar que no halla nada extraño

—pero profesora, el bosque prohibido está prohibido su mismo nombre lo dice—hablo Rose

—sé que está prohibido señorita Weasley pero una noche ahí les quitara lo insolente—dice mirándonos a los dos—no irán solos, irán conmigo

—eso es aún peor—dije por lo bajo pero me escucho y se molestó más o eso creía

—señor Potter no creo que quiera que su casa pierda más puntos por su culpa o que sea expulsado este año del equipo de quidditch—dice la profesora a lo que yo niego con la cabeza

Caminamos hasta la entrada del castillo donde ya un viejo señor Flicht nos esperaba con dos linternas en la puerta del castillo.

—por qué mejor no los deja otro castigo profesora Baker—dice en tono nervioso

—usted no va darme ni sugerencias ni órdenes—dice la profesora arrancándole las linternas de de las manos—toma Potter

Rose y yo compartimos una mirada de miedo, mientras nos adentrábamos al bosque prohibido con la profesora adelante nuestro.

—¿la directora McGonagall será consciente de este castigo?—me decía Rose nerviosa y sabía por qué, al igual que el tío Ron, Rose le tenía miedo a las arañas y gracias a los cuentos de tío Ron de su juventud sabíamos que acá vivía una araña gigante que murió pero tenía sus crías que no sabíamos si se habían ido del bosque o seguían acá.

Caminábamos sin punto fijo, hasta sentía que caminábamos en círculo aunque Rose todavía seguía con miedo así que me acerco a ella y la abrazo por detrás.

—todo estará bien, sin arañas y sin criaturas—dije para luego darle un beso en su cabeza

—separémonos—dijo la profesora volteándose para nosotros

—¡¿QUÉ?!—gritamos al mismo tiempo

—yo no alejare de Rose

—bien yo me separaré de ustedes, los quiero cerca a la cabaña de Hagrid en media hora—dicho eso la profesora se fue y poco a poco vimos cómo se apagaba su linterna

Me gustas Scorpius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora