Capítulo 18

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Contraataque.

Ludociel te llevaba a jalones por las escaleras del castillo, conocía gran parte de los corredores ocultos por haber vivido ahí desde hace mucho tiempo, por lo que le era fácil escabullirse sin ser notado.
Podías escuchar como Zeldris y los demás gritaban tu nombre intentando encontrarte, pero no podías devolver el grito, pues Ludociel tenia tu boca tapada y tus manos estaban amarradas por la espalda.

Después de que salieran de los calabozos, lo primero que hizo ese hombre fue tomar una soga que había encontrado y amarrar te las manos para evitar que hicieran algo y al ver que no dejabas de gritar, te tapó la boca y claramente eso te tenia bastante molesta.

Te llevo por varios corredores y ya no sabias a donde te llevaba.

                        *****
Zeldris corría por cada corredor que se encontraba, y no llegaba a dar contigo.
No entendía como era que Ludociel lograba llevarte por el castillo sin ser visto por nadie.
Y eso empezaba a frustrarlo.

Nadie te había visto desde que ese mal nacido te había secuestrado y nadie tenia idea de donde podrías estar.

Zeldris estaba agotado, había estado corriendo por todo el castillo buscando te y no lograba nada.
Elizabeth había comentado que existía un sin fin de corredores ocultos por todo el castillo, pero en esos lugares parecía un laberinto sin salida, ya que muchos de ellos no tenían salida alguna y tenia que ser alguien lo suficientemente hábil para no perderse, además de que ni ella sabia cual era una de las entradas a dichos corredores.

Se apoyo de espalda en la pared y comenzó a golpear ligeramente su cabeza contra esta.
Trataba de idear una forma útil de encontrarte, no estaba dispuesto a perderte, pero cuesta trabajo buscar algo que no se sabe en donde esta.

Algo molesto, golpeo con el codo la pared, escucho un click, algo que lo extraño, y la pared en la que estaba apoyado se abrió hacia abajo, provocando que se fuera de espalda y se deslizara por un tobogán de piedra que lo llevo a los túneles del castillo.

Las piedras eran demasiado lizas y resvalozas como para poder sujetarse de ellas y el hecho de que no podía al menos ponerse boca abajo empeoraba la sensación de ir bajando.

El tobogán daba barias curvas en espirar y algunas vueltas repentinas que parecía que saldría volando, y fue triste su realidad al ver que seria así.

El tobogán estaba dividió y el extremo estaba levantado en forma de rampa de varios metros de altura y a otros más de distancia estaba el otro extremo del tobogán con una rampa de altura más pequeña.

¡¿Es una broma?!” pensó al ver lo que le esperaba.

Salio volando por los aires y callo en el otro extremo de la rampa, rodó varios metros hasta que finalmente se detuvo al estrellarse contra un muro y caer al suelo.

Con algo de pesar se levanto como pudo, se sacudió la tierra y el polvo de la ropa. Se quejo por lo bajo al sentir un pinchazo de dolor. Su herida se había abierto y estaba sangrando levemente. Soltó un suspiro.

Si no fuera por la situación en la que se encontraba habría disfrutado del paseo, pero su prioridad era encontrarte, después te contaría sobre el tobogán y al imaginar cual seria tu reacción sonrió levemente.

— deja de moverte — escuchó a alguien decir.

Reconocía esa voz.
Era de Ludociel.

Zeldris tomo la espada que traía consigo y la saco de su funda, pero al ver que estaba partida por la mitad (debido a la caída que tubo) ya no tenia arma que usar.

No tubo más opción que guardar silencio y seguir la voz de Ludociel.

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Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.

a través del espejo. (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora