a través del espejo. (Zeldris x ti)

capítulo 12

A cambio de.

Elizabeth se encontraba en su habitación, dentro de pocas horas se casaría y no había visto a Mael desde entonces, estaba muy preocupada, no quería casarse con él y mucho menos a la fuerza.

La puerta se abrió y de ella salió Ludociel.

— en unas horas estarás casada con mi hermano y finalmente podrás ser coronada reina del pueblo — dijo alegre y arrogante.
— casada o no, puedo ser la reina, porque es mi derecho — respondió molesta — no esperes a que diga “acepto” en el altar, porque no lo aré.
— estoy seguro de que lo harás, ¿sabes porque?— preguntó mientras se acercaba a ella — porque si no lo haces tus queridos amigos lo pagaran en la horca.

Le dio la espalda y se retiro del lugar, dejándola sin salida, no tenia más opción, tenía que casarse.

Con mucha tristeza se puso el vestido de novia y se miró al espejo.

Siempre había soñado que su boda seria de cuento de hadas, pero ahora parecía que estaba atrapada en una pesadilla y sentía que no podría despertar a tiempo.

— ese vestido te queda bien — dijo una voz a sus espaldas — pero se vería radiante si sonriera, majestad.

Al darse vuelta encontró a la persona que menos esperaba, de pie frente a ella con una sonrisa.

                         *****
Zeldris y Gowther se encontraban corriendo en la única dirección que había, y la bestia les estaba pisando los talones.

Apenas entraron a la ultima fase, una criatura peluda, con grandes dientes y garras, de gran tamaño apareció.

Al principio intentaron luchar, pero las armas que les quedaban no le hacían ni el más mínimo rasguño, por lo que no tuvieron más opción que usar el plan B:
Correr.

El ser más pequeños que la vestía les daba cierta ventaja, ya que corrían con más agilidad y rapidez, pero aun así los estaba alcanzando, porque con tan sólo dos pasos ya estaba detrás de ellos.

— tenemos que deshacernos de ella si queremos llegar a tiempo — dijo el moreno.
— no sera necesario, en cuanto pasemos a la zona limite, dejara de seguirnos — respondió.
—¿y cuanto falta para llegar?— preguntó cansado.
— esta allá — dijo, señalando la dirección.

Se podía ver el letrero que decía “zona limite” con grandes letras, y aunque ya estaban en su limite, al igual que la criatura, apresuraron el paso hasta llegar.

Ya no había ningún camino que los desviará, pasaron el letrero y se detuvieron a pocos metros de distancia.

La criatura detuvo su andar y soltó un gran rugido de enojo al perder su presa, se dio media vuelta y regreso por donde había regresado.

—¿que armas nos quedan?— preguntó exhausto el menor.
— solamente una daga, perdimos el resto con las criaturas — respondió.

Zeldris estaba un poco preocupado, habían perdido las velas durante el ataque de lo que parecía ser un reptil gigante, la comida con duendes diabólicas y el resto en el camino, ya no podían saber cuanto tiempo llevaban exactamente en ese lugar.

— hay que apurarnos para llegar — comentó —¿cuanto nos queda para llegar?
— ya no mucho, solamente pasamos por esta zona, pero es la más larga de todas.
— entonces habrá que apurarnos — comentó.

Con algo de cansancio continuaron con su camino.

— Zeldris, quiero preguntarte una cosa — dijo Gowther.
—¿de que se trata?— preguntó.
— la maga del espejo te pedirá algo a cambio de gran significado emocional para ti — respondió —¿que le entregarias?

Zeldris se detuvo de golpe y lo miro fijamente.

— deje de pensar en eso en la segunda parte — respondió pensativo — no tengo idea de que le voy a entregar.

Tras unos minutos de silencio volvieron a caminar.

—¿planeas casarte con ella?— preguntó.
— más que eso — respondió con una sonrisa — planeo pasar el resto de mi vida con ella.

                         *****
La voz del coro sonaba por toda la iglesia, todo el pueblo estaba dentro de esta esperando la aparición de la novia.

Elizabeth entro a la iglesia, con cierta tristeza, caminaba de forma lenta hacia el altar con la mirada en el piso.

Al llegar frente a Ludociel, finalmente vio a su pareja y sonrió con cierta malicia, pero de forma discreta.

Observabas algo confundida la escena.

“¿que esta pasando exactamente? ” pensaste al observar a la pareja y no eras la única, porque Gelda también veía la boda igual de confundida.

—¿que pasa?— te preguntó.
— no tengo idea — respondiste — pero sera mejor no decir nada, por el bien de todos.

La boda paso de forma rápida, y lo único que hacías era evitar reír, ya que el novio se veía nervioso y hasta sonrojado, mientras que la novia todo lo contrario.
Finalmente llego la hora de los votos.

— Elizabeth, ¿aceptas a este hombre como tu esposo, para amarlo y respetarlo, estar a su lado en la salud y enfermedad hasta que la muerte los separe?— preguntó Ludociel.
— .... — no quería responder.
— Elizabeth — le reprochó el hombre que la casaba.
— acepto — respondió de mala gana.
—¿aceptas a esta mujer como tu esposa, para amarla y respetarla, estar a su lado en la salud y enfermedad, hasta que la muerte los separé? — le preguntó al novio.
— acepto — respondió.
— si hay alguien que se opone a esta boda, que hable ahora o que calle para siempre — dijo Ludociel y al ver que nadie se oponía continuó — los declaró marido y mujer, puede besar a la novia.

Poso sus dedos y levanto su rostro para mirarla a los ojos y pudo ver que en ellos había algunas lágrimas.

— perdona que no halla sido como tu querías — se disculpó.
— no es culpa tuya — respondió con una sonrisa.

La besó de forma dulce y pausada, disfrutando de los dulces labios de la mujer que ahora era su esposa.

— tengo una pregunta — le susurraste a Gelda.
— dime —respondió de igual forma.
—¿cuando se dará cuenta de que caso a Elizabeth con Meliodas?— preguntaste divertida.
— lo que más me intriga es que no se a dado cuenta de ese detalle desde el principio — respondió.

Y las dos trataron de evitar reírse en voz alta y levantar sospechas de los demás invitados.

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Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.