capítulo 5

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Sentimientos encontrados.

— mmm...— lo pensaste un segundo — no se — respondiste con simpleza.
—¿como que no sabes?— preguntó Diane sorprendida.
— no lo se, jamás había sentido algo por alguien — comentaste —¿como sabes si te gusta o si amas a una persona?— preguntaste curiosa.

Ellas se miraron entre sí, ninguna sabia que responder, pues no sabían como explicarlo.

— no sabría decirte — respondió Elizabeth y las otras asintieron.

Resoplaste resignada.

— durante mucho tiempo siempre me he preguntado lo que se sentiría que te cortejen — comentaste con un leve sonrojo — jamás he sabido lo que es que un hombre te quiera de verdad.
— lo que tu buscas es amor — dijo Elizabeth — alguien que te proteja, alguien que te cuide, que este ahí para ayudarte, alguien que te ame.
—¿tu has pasado por eso?— preguntaste.
— antes no...pero ahora sí, porque eso es lo que ha estado haciendo Meliodas — respondió alegré.
— Ban y King también han hecho ese tipo de cosas por nosotras — comentó la rubia.
— hablando de ellos...¿no se están tardando demasiado en venir a desayunar?— preguntó la castaña.

Al ver que ellas empezaron a preguntar por ellos, de forma sutil y rápida cada uno fue en dirección a su carroza y se reunieron con ellas segundos después, sin darles a entender que habían escuchado algo que no debían.

                         *****
En la tarde estabas aprendiendo a usar un arma.

Al principio intentaste usar una espada, pero al ser tan pesada apenas podías levantarla.
Después intentaste usar dos espadas más pequeñas, pero te era imposible usarlas al mismo tiempo.
Luego usando un bastón, pero no podías moverte sin golpear a alguien.

Finalmente Ban, Meliodas y King se dieron por vencidos contigo, ahora era el turno de Zeldris, pero no tenia idea de donde empezar si lo más básico ya había sido descartado.

Él estaba en su carroza buscando entre sus cosas algún arma que pudieras usar, pudo encontrar una resortera y una bolsa llena de bolas de metal, al momento de cerrar el baúl se escucho que algo caía detrás de este, cuando aparto el baúl para ver que era se sorprendió.
Era un arco de madera de roble, con algunas marcas como adorno, era bastante ligera y fácil de usar, además era un arco que podía usar una mujer.

Antes de poder saber que hacer con él abriste la puerta de golpe.

—¡Zeldris!— gritaste nerviosa mientras entrabas y cerrabas la puerta poniéndole seguro —¡salvame!

Después de que Zeldris se ofreciera a enseñarte algo, por alguna razón las chicas te llevaron con ellas para cambiarte la ropa, cambiando tus vestidos y faldas largas por unos pantalones y camisas, algo que en tu tiempo una mujer tenia prohibido, por lo que apenas se distrajeron saliste corriendo.

Te acercaste a Zeldris para pedirle ayuda, pero lo viste observando el arco, tocaste su hombro para llamar su atención.

—¿de quien es?— preguntaste con sutileza.
— de una persona que era importante para mí — respondió sin apartar la mirada del objeto — se fue y jamás la volví a ver.
— lo lamento — comentaste.

Zeldris dejo el arco sobre el baúl y miro a verte como si nada y fue entonces que se dio cuenta de como estabas vestida: solo llevabas el corsé y unas mallas puestas. Aparto la mirada sonrojado.

—¿porque...porque estas vestida de esa forma?— preguntó avergonzado.
— porque las chicas quisieron obligarme a usar pantalón — respondiste.

Él negó con la cabeza y sonrió con burla. Después se acerco a su armario.

— en mi opinión arias bien al usar pantalón de ahora en adelante, pero debido a tu posición usar uno no es digno de una dama — comentó mientras buscaba hasta el fondo del armario — supongo que esto se te hará más adecuado.

Era un vestido largo con mangas, tenia la parte de los pechos y las mangas de color blanco, la parte del abdomen y la falda eran negras, la falda tenía un partido hasta la mitad del muslo, la parte dividida descendía hacia la otra pierna y tenía una tela amarrada bastante ancha en la cintura.
Era bastante hermoso.

—¿tienes algún inconveniente el usarlo?— preguntó.
— creo que no — respondiste con una sonrisa.

Asintió, dejo el vestido sobre la cama, después sacó una caja que estaba debajo de esta.

— ve si son de tu talla, si no veré si te consigo otras — comentó mientras se acercaba a la puerta para salir — estaré esperando aquí afuera, por si se te complica ponerte algo.

Salio de la carroza y espero junto a la puerta, a los pocos minutos saliste con la ropa y las botas negras puestas.

—¿me veo bien?— preguntaste y diste una vuelta sobre tu propio eje para que analizara, acomodo de forma adecuada la tela de la cintura, dejando el nudo a un costado y no al frente.
— te queda bastante bien — respondió con una sonrisa — hay que ir a entrenar.

Salieron del campamento, pero no se alejaron mucho.

— voy a probar tu puntería — comenzó a hablar — vas a usar esta resortera para tratar de darle a aquel circulo que esta pintado en aquel árbol — explicó señalando el objetivo y dándote el objeto.
—¿como sabré si di en el blanco?— preguntaste.
— se nota a simple vista, descuida — respondió.
— bien, pero...¿como se usan estas cosas?
— muy bien, ese es el primer paso.

Zeldris te fue indicando poco a poco la posición que debías tener al usar la resortera, después de corregir algunos errores inicio el segundo paso: preparar y apuntar al objetivo.

El resto del día te la pasaste practicando con la resortera, que resulto ser tu punto fuerte, tenias buena puntería y un pulso bastante impresionante.
Al ver que tenias esos dos puntos hizo que cazaras algún animal, te negaste al principio, pero accediste por su insistencia, lograste cazar un conejo por lo menos, ya que no querías matar algo.

En la noche, después de la cena estabas poniendo el vestido doblado sobre una silla, listo para usar al día siguiente, tenias puesto el camisón y habías tomado un abrigo de Zeldris ya que tenias algo de frío.

El moreno entró a la carroza con su ropa de dormir puesta y al verte con su abrigó te miro interrogante.

— tenía frío — respondiste encogiéndose de hombros.

Apagaron las velas y se acostaron en la cama cara a cara.

— escucharon la charla que tenia con las chicas esta mañana, ¿verdad?— preguntaste curiosa.
— tal vez, ¿porque?— respondió como si nada.
—¿podrias responder a mi pregunta?
—¿cual de todas?— preguntó.
—¿como sabes si te gusta o si amas a una persona?
— primero tienes que saber el tipo de amor que sientes por ella, pero si te refieres a un amor de pareja es difícil de explicar — respondió.
—¿porque?— preguntaste aun más curiosa.
— porque uno no se da cuenta de ese sentimiento, casi siempre llega sin que te des cuenta.
—¿tu has sentido eso por alguien?— preguntaste después un bostezo salió de tu boca, comenzaba a darte sueño.
— Sí, lo he sentido — respondió y al ver que ya te habías dormido añadió — y puede que empiece a sentirlo otra vez.

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Hola, espero les guste el capítulo, voten y comenten eso me motiva a seguir escribiendo.

Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.

a través del espejo. (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora