capítulo 7

1.6K 158 65
                                    

Decisión arriesgada.

Te quedaste callada ante su pregunta, pero ya tenias en claro lo que responderias.

Apoyaste tu cabeza en su cuello y asentiste levemente, Zeldris sonrió aliviado por tu respuesta y te abrazó.

— no dejare que nadie te vuelva a hacer daño — susurró en tu oído — te lo prometo.

Asentiste. Finalmente después de unas horas caíste dormida en sus brazos, te había arrullado con sus caricias en tu pelo y eso había logrado calmarte.

Cuando abriste los ojos Zeldris no estaba y ya estaba algo oscuro, por lo que decidiste salir a tomar un poco de aire fresco, pero apenas te quitaste las sabanas de encima Zeldris entro al cuarto con un plato hondo de comida.

— debes quedarte en cama — dijo al ver que te levantabas.
— perdón, pero quería salir a tomar aire — respondiste tranquila.
— esta bien, pero después de que cenes — comentó, mientras se acercaba a ti y te daba el plato.

Cuando lo miraste a los ojos, te vino a la mente lo del beso y su propuesta, no pudiste evitar un sonrojo en tus mejillas.

—¿estas bien?— te preguntó al ver rojo tu rostro, puso su mano en tu frente y tu sonrojo empeoró — no tienes fiebre, pero estas roja.
— lo se — respondiste avergonzada.

Te miro divertido, ya había entendido el porque de tu sonrojo.

— Zeldris — lo llamaste, captando su atención — sobre lo que dijiste hace rato...
—¿si?— preguntó.
—¿lo decías de verdad?— preguntaste.

Te miro con ternura, se acerco a ti y volvió a besarte, la sensación era extraña para ti, pero aun así, te gustaba ese sentimiento cálido que te producía cada vez que estaba cerca de ti.
Cuando se separaron, viste que tenia otra vez un leve sonrojo, pero te sonreía con dulzura.

— sí, lo decía en serio — respondió acariciando tu mejilla y apartando tu cabello — quiero que te quedes conmigo como mi mujer.
—¿tu...mujer?— preguntaste sorprendida —¿pero no deberíamos casarnos para eso?
— entonces,¿aceptas?— sonrió.
— bueno...yo...sí. Sí quiero — respondiste.
— gracias.

Después de que terminaras de cenar, te acompañó a la puerta y se sentaron en las escaleras de la carroza.

—¿que pasó con los hombres?— preguntaste.
— es mejor que no lo sepas, al parecer no venían a robar, solo querían hacer algo malo con ustedes — respondió, claramente lo había dicho de una forma menos vulgar, pues no quería que te asustaras mas de lo que estabas.

Asentiste, sinceramente tampoco querías saber lo que pasó con esos hombres.

Hablaron un poco más, pero esta vez de cosas triviales, solamente para poder distraer sus mentes de lo ocurrido, después volvieron a entrar para dormir.

Aunque no dormiste mucho que digamos.

Durante la noche te despertaste por una horrible pesadilla, no dejabas de patalear y gritar.
Zeldris logro despertarte y calmarte, aunque duró bastante tiempo, pero finalmente lograste volver a dormir, pero esta vez lo abrazaste, por alguna razón el sentir su calor te calmaba.

A la mañana siguiente despertaste en su pecho, mientras que él te tenia rodeada por los brazos para mantenerte cerca de él.

Cuando intentaste levantarte, puso más fuerza en el abrazo.

— aun es temprano, quedate otro rato — dijo aun adormilado.
— Zeldris — lo llamaste, aunque solo recibiste un “¿hm?” por su parte —¿que somos?

Él se río un poco por tu pregunta.

— ahora somos pareja, estaremos juntos de ahora en adelante — respondió besando tu frente.

                          *****
Los días iban pasando, cada vez sabias mejor que hacer conforme las circunstancias gracias al entrenamiento y eso podría evitar otra cosa similar a lo anterior.

Cuando les contaste a las chicas sobre su declaración y petición se sorprendieron pero también se alegraron mucho por ti.

Zeldris resulto ser un buen partido, siempre era atento contigo, también era cariñoso pero solamente cuando estaban solos.

Realmente sentías que habías encontrado un lugar al que podías llamar tu hogar.

Al parecer no serias la única en sentir eso, pues habías encontrado a Elizabeth y a Meliodas besarse en una ocasión por accidente, aunque no dijiste nada, ellos terminaron diciéndole a los demás y decidieron celebrar, tanto por su relación como por la tuya.

Esa noche Zeldris había bebido un poco más de lo que estaba acostumbrado, por lo que tuviste que llevarlo a la carroza.

Apenas entraron y cerraste la puerta, te acorralo contra una pared y lo mirabas confundida.

—¿pasa algo?— preguntaste.

Él no respondió, apoyo su frente en tu cuello y podías sentir su respiración, algo que te ocasionó un cosquilleo.

— me alegra que hallas decidido quedarte conmigo — dijo.
— yo también me alegro — comentaste.

Sus manos rodearon tu cintura y pego mas su cuerpo al tuyo, debido a la inocencia que tenias lo abrazaste, él correspondió al gesto y en un principio parecía ser un simple abrazo, hasta que sus manos empezaron a subir por tu espalda y te besó.

Correspondiste al gesto y de nuevo sentiste esa sensación que tanto te gustaba.

Cuando una de sus manos empezó a tocar uno de tus pechos te separaste de él.

—¿que haces?— preguntaste confundida.

No podías negar que te hizo sentir bien, pero al mismo era extraño y un poco incomoda.

— nada malo — respondió.
—¿y porque me tocabas?— volviste a preguntar un poco a la defensiva.
— lo siento — se disculpó — creí que te haría mía esta noche.
—¿Que quieres decir? ¿No lo era ya?— preguntaste aun más confundida.
— solo por nombre, aun necesito hacerte mía.
—¿y eso en que consiste?

Volvió a acercarse a ti y te respondió susurrando en el oído, tus mejillas quedaron completamente rojas por su respuesta y no sabias que pensar, al separarse de ti vio tu rostro y sonrió.

— no sera esta noche entonces — respondió, confundiéndote aun más — hay que dormir.

Lo guiaste hasta la cama, le quitaste su camisa y lo acostaste.
Mientras lo veías dormir plácidamente lo observabas consternada, habías entendido su explicación, pero no sabias como usar esa información.

A la mañana siguiente estabas con las chicas en la charla matutina, pero tu mente no estaba del todo atenta.

— Anoche Meliodas se puso bastante mal — dijo Elizabeth.
—Ban también se emborrachó bastante — comentó Elein.
— a mi me sorprende que aunque King no bebió mucho se puso igual de mal — dijo Diane.

Todas voltearon a verte esperando a que dijeras como te había ido con Zeldris, pero solo te vieron ausente.

¿Caroline? ¿Estas bien?— te preguntó Diane sacandote de tus pensamientos.
— sí, estoy bien — respondiste.
— puedes decirnos si tienes algún problema — comentó Elein.
— no sabría decirles si es un problema o no, pero Zeldris me dijo algo que no se que pensar por eso.
—¿de que se trata?— preguntaron.

.............................................................
Hola, espero les guste el capítulo nuevo, voten y comenten si les gusto el capítulo, sigan mi perfil y los invito a leer mis otras historias.

Hasta el próximo capítulo.

Sayonara.

Una pregunta:
¿Van a querer lemon en esta historia?

a través del espejo. (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora