Capítulo 15

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Aturdido.

Zeldris y Gowther estaban cerca del castillo, habían escuchado que la princesa Elizabeth se había casado esa misma mañana y que las personas con las que estaba se encontraban en el calabozo.

Rodearon el gran muro que rodeaba el castillo hasta encontrar a un guardia somnoliento, después se fueron a un punto siego y sin que se diera cuenta lograron trepar usando algunas raíces de las plantas y cayeron en el jardín del castillo.

— muy bien, hay que cambiarnos de ropa — dijo Zeldris sacando la ropa de su mochila — con estas ropas creerán que somos de la corte, solo procura que no se vea el rostro.

Zeldris cambio su peinado, aplastando sus mechones rebeldes, peinando los de lado, cubriendo su frente y sus orejas.
Gowther, al contrario, peino su cabello hacia atrás, mostrando su frente y orejas.

Los dos se pusieron las ropas elegantes que tenían y después cada uno se fue por su lado.

Gowther iría a salvar a los demás del calabozo, mientras que Zeldris buscaría a Elizabeth y a ti.

Zeldris paso por varios corredores, tenia que disimular ser de la alta clase, y fingir conocer el castillo.

Al pasar por una habitación escucho a dos personas discutir, al asomarse por la puerta vio que Ludociel iba a golpearte.

Cerraste los ojos esperando el golpe, un golpe que nunca llego.
Al abrir los ojos, viste que Ludociel callo en la cama a un lado tuyo, inconsciente.

Al mirar frente a ti, viste a Zeldris con una jarra en la mano.

—¿estas bien?— preguntó preocupado.

Al verlo tus ojos se llenaron de lágrimas y sin dudarlo te lanzaste sobre él.

—¡eres un tonto!¡me tenias muy preocupada!— dijiste entre lágrimas.

Rodeaste su cuello con los brazos y comenzaste a llorar en su pecho, tenias muchos sentimientos acumulados, el susto que habías pasado, más la alegría de verlo nuevamente y saber que estaba bien, estabas muy alterada.
Zeldris correspondió al abrazo con fuerza, escondiendo su rostro en tu cuello.

Cuando tu llanto ceso, te separaste de él, y al verlo a los ojos lo primero que hiciste fue abofetear lo con fuerza, para sorpresa del moreno.

—¿tienes idea de lo preocupada que estaba por ti? Por un momento pensé que te había pasado algo — le reprochaste, para después volver a abrazarlo — pero me alegra saber que estas bien, te extrañe.

Sin pensar, pusiste su rostro entre tus manos y lo besaste, fue un beso suave, lleno de dulzura y amor, acariciabas sus mejillas con ternura y sentías que tu corazón podría explotar.

Zeldris correspondió al beso, dándole mayor intensidad, te abrazo por la cintura y te junto más a él.

Al separarse apoyaste tu frente en la de él y sonreiste, una sonrisa que fue devuelta.

— hay que irnos antes de que despierte — dijo.

Te tomo de la mano y salieron de la habitación, dejando a Ludociel atado a la cama y amordazado para evitar que los siguiera y gritara.

                         *****
Meliodas fue el primero en despertar, habían dormido toda la mañana después de tal momento tan apasionado, sin duda estaba feliz de tener entre sus brazos a la mujer que amaba y que la tendría por el resto de sus vidas.

Elizabeth comenzó a moverse entre sus brazos, estaba empezando a despertar.
Al abrir los ojos lo primero que vio fue a Meliodas sonriendo le de forma coqueta.

—¿mi reina durmió bien?— preguntó.
— bastante bien — respondió con una sonrisa.

Meliodas se acerco a besarla, un beso lento y profundo, sus labios bailaban al ritmo de sus corazones y cada vez iban en aumento.

Meliodas se posiciono sobre ella y comenzó a acariciarle un muslo con una mano, mientras que la otra comenzaba a subir por su cintura hasta llegar a su pecho.

—¿entonces fue contigo con quien se caso?— preguntó Gowther aun lado de la cama.

Se separaron bruscamente uno del otro, se cubrieron con las sabanas y voltearon a ver a la persona que los había interrumpido.

—¿Gowther?— preguntaron sorprendidos.
— Sí — respondió alegré.

Meliodas tomo una almohada y se la aventó, dándole en la cara.

—¿porque nunca tocas antes de entras? Pudiste habernos encontrado en plena acción — dijo molesto, causando un sonrojo en la albina.
— mis disculpas, pero no pensé que los encontraría así — respondió.
—¿como esta Zeldris?— preguntó la albina preocupada por su cuñado —¿no tuvieron ningún problema en el espejo?
— no, tuvimos algunos contratiempos, pero los dos estamos ilesos — respondió con una sonrisa, la cual se borro al recordar cierto detalle — pero....la bruja cobro su favor, el precio fue muy alto.
—¿que le pidió a cambio?— preguntó el rubio mientras comenzaba a vestirse.
— los recuerdos de la mujer que ama — respondió decaído — no creo que recuerde a Caroline.

                         *****
Zeldris te guiaba por cada corredor, evitando a los guardias, hasta que terminaron chocando con una mujer.

—¿te encuentras bien?— preguntó, se veía preocupada — cuando fui a buscarte a tu habitación no estabas.
— no liberaste a Ludociel, ¿verdad?— preguntaste.
—¿tenia que hacerlo?— preguntó divertida — ese hombre no le agrada a nadie, por lo que le dije a los guardias que podían dejarlo así, nadie se negó.

Las dos se rieron un poco y después volteo a ver a Zeldris.

— ha pasado tiempo desde que nos vimos Zeldris, espero que puedas perdonarme — comentó.
—¿por que?— preguntó el moreno, no entendía lo que decía, no recordaba haberla visto antes —¿la conozco?

Las dos lo miraron sorprendidas, pero antes de que pudieras contestar ella se adelanto.

—no, pero te había visto en una ocasión, en el funeral de tu padre, Ludociel fue el responsable de eso — respondió — ahora que la princesa se caso con su hermano, es intocable.
— Meliodas perdió al amor de su vida y ese la tendrá de cuñada, que fastidió — comentó.

Las dos se miraron discretamente y después se empezaron reír frente a él, causandole curiosidad.

—¿de que se ríen?— preguntó.
— con quien se caso Elizabeth fue con Meliodas — respondiste en voz baja — hay que reunirnos con ellos y vemos que hacer. En el camino te cuento lo que paso.

Tomaste su mano y comenzaron a buscar a la nueva pareja real.

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Hasta el próximo capitulo.

Sayonara.

a través del espejo. (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora