Capítulo 14 2/2

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Advertencia: este capítulo contiene alto contenido sexual, si eres menor de edad deberás de saltar esta parte, pero si tu mente ya fue perturbada con anterioridad puedes continuar.
Espero disfruten de su lectura.

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Elizabeth respiro profundamente, seria la primera vez que compartiría cuarto y cama con un hombre.
Cuando había llegado al campamento, Diane y Elein le ofrecieron dormir con ellas en su carroza, por lo que no durmió ni una sola vez con Meliodas.

Pero esta vez, su noche sería diferente.

Salio del del baño vistiendo únicamente su camisón y vio que Meliodas solo tenia puesto su pantalón, mostrando su cuerpo definido, causando un sonrojo en la albina.

— creí que tardarias más en salir — comentó al notar su sonrojo, se acerco a ella de forma tranquila y acaricio lentamente su brazo — no tienes que hacer esto si no quieres, podemos manchar las sabanas con mi sangre y decir que si se hizo — susurró.
— pero quiero hacerlo, ¿sabes porque?— preguntó de igual forma.
—¿porque?— preguntó mientras acercaba sus labios a los de ella.
— porque te amo — respondió cerrando los ojos y esperando el beso.

Meliodas sonrió y beso sus labios de forma lenta y tranquila, sus manos subieron por sus brazos hasta llegar al nudo del camisón, con lentitud lo desabrochó y lo dejo caer sobre el suelo, dejando a Elizabeth completamente desnuda ante él.

Se separaron por falta de aire y la mirada del rubio bajo a observar el cuerpo de la albina, algo que causo el sonrojo en la mujer.

— eres hermosa — susurro en su oído.

Elizabeth cerro los ojos y disfruto la cercanía del rubio.

Meliodas la tomo de los hombros y lentamente hizo que diera vuelta hasta que le dio la espalda.
Coloco sus manos sobre su cintura y la acerco más a su cuerpo, haciendo que la espalda de ella diera contra su pecho.

Comenzó a besar su cuello lentamente, bajando de su clavícula hasta el hombro, causando leves suspiros en la albina.
Su mano izquierda subió hasta llegar a sus pechos, los cuales comenzó a masajear de forma suave.

Su otra mano descendió lentamente hasta llegar a su intimidad, abrió sus pliegues y comenzó a tocar su clítoris de forma lenta.

Elizabeth dio un gemido de sorpresa al sentir el tacto y sintió como un cosquilleo recorría cada rincón de su cuerpo.

—¿que hiciste?— preguntó confundida.
— no hables — susurro en su oído.

La beso profundamente mientras su mano izquierda se deslizaba por su brazo, cuando llego a su mano la tomo y la guió hasta el interior de su pantalón.

Ella abrió los ojos de sorpresa y un gran sonrojo invadió su rostro, mostrando lo avergonzada que estaba.

— ...M-Meliodas....— susurró en un hilo de voz.
— relajate, y dejate llevar — respondió con una voz ronca y excitada.

Respiro profundo para calmar sus nervios y con timidez comenzó a tocar el miembro avergonzada.
Meliodas soltó un leve gruñido al sentir como la albina lo acariciaba lentamente, su mano izquierda regreso a sus pechos y la mano derecha continuo tocando la intimidad de la albina, hasta que ingreso dos dedos en su interior.

—¡ah!~ — soltó un gemido al sentir la invasión y su espalda se arqueó, juntando más su cuerpo con el del rubio.

De forma lenta comenzó a mover sus dedos, simulando las embestidas y la unión de sus cuerpos, y al mismo tiempo comenzó a ser más brusco con sus pechos, causando gemidos y suspiros de ella.

a través del espejo. (Zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora