Toda la madrugada

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Vale, entonces Toda la madrugada es la continuación de +21 3/3. Perdón por que me equivoque de orden al publicarlos. Y la mañana siguiente esa parte dos de Toda la madrugada.

Sorry my friends.

Pd: Ojo! MATURE CONTENT

***

Mareada por el subclima que hemos creado entre susurros, me dejo cautivar por su cercanía anhelando su sabor. Es como quién vuelve a oler un recuerdo de otra vida y despierta de un sueño profundo e invisible.

Le observo asintiendo a su relato y mordiéndome intento comprender lo que acaba de pasar.

— Es raro... — nos acercamos muy despacio. Ahora es él el que asiente. — es como si, ya nos hubiéramos besado antes...

— Como si lo hubiéramos estado haciendo desde siempre... — murmura pegándose a mi. De nuevo siento su aliento mentolado embriagándome. Suspirando me dejo besar.

— Ajá...

Se ríe en mi boca y antes de que pueda protestar me hace rodar acorralándome debajo suyo.

— ¿Qué haces? ¡Pesas...! — río avergonzada por la sumisión — ¡Quítate!

Me niega sonriente y me calla de nuevo sellando mis labios.

— Sean... — murmuro entre besos.

— Ajá... — se mueve suave y cariñoso y consigue que me deje llevar cerrando los ojos. Entre suspiros nos probamos el uno al otro hasta romper la incomodidad. Algo tímida coloco mis manos sobre su cuello para intensificar el beso. Lo siento sonreír y juguetona me enredo en sus piernas.

Responde complacido a mi cooperación y acortando el espacio que nos separaba se deja caer sobre mis caderas.

Doy un gritito por la sorpresa nada más sentirle y contengo la respiración sobresaltada. Ahora me arrepiento de no haberme tomado esas dos últimas cervezas.

— ¿Todo bien, Kayc? — ríe envalentonado por el alcohol.

Le fulmino avergonzada por mi repentina niñeria. Seamos sinceros, ya no tenemos 16 y nuestra atracción resulta más que evidente en la pista... pero por nada del mundo me había planteado que se pudiera dar hoy esta situación esta noche. Y mucho menos con Sean.

Siento como me arde la cara y frunzo el ceño molesta por su comentario. Resulta evidente que está disfrutando con esto. Al fin y al cabo, nunca se molesto en ocultar mi fascinación por mi. Si esto no había sucedido antes era por el miedo a rompernos, y al final parece que acabará siendo lo que suceda. Sólo que de otra manera...

— No te pases ni un pelo, Lew... — puntuó entrecerrando los ojos.

Sus oyuelos aparecen junto al desespero de todos los años contenidos.

— ¿Ni uno? —si sea trazando un camino de besos hasta morder mi cuello. Lo hace más suave de lo que pretendía, e incumpliendo su cortejo, estalló en carcajadas sin controlar las cosquillas.

Al oír mi risa, intensifica su juego y entre mordiscos y nuevos perímetros sin explorar, añade saliva y lengua a su tortura. Entrecortada, mis risotadas se vuelven gemidos que succuionan mi piel.

Me aferro a su cuello clavándole las uñas y retorciéndose entre mis brazos, toma distancia dandome a una tregua para bañarme en sus ojos. Jadeante, su caja torácica bombea al compás de su excitación.

Trago saliva alelada por su intensidad y angustiada me llevó los dedos al cuello anhelando su apego. No hace falta que me vea para saber que me ha dejado sus marca, el miedo y el hambre eclipsa sus negras pupilas.

Acabamos de oficializarlo, nada podrá negar lo sucedido esta noche.

Acabamos de romper la barrera.

Relamiendome, me incorporo un poco para tomar su rostro para juntar vuestra frentes.
El arrepentimiento le puede, sabe de sobras que jamás dejaría que nadie me marcará... Pero su fogosidad pero haber apagado mi instinto.

Acercándome muy despacio sobre sus labios muerdo su labio inferior conectándolo de nuevo contra mi lengua.

El resto lo recuerdo muy borroso, pasamos toda la noche saboreándonos, memorizándonos como si al salir el sol se nos fuera a terminar el aire.

No separamos nuestros labios ni un segundo hasta que febril, la excitación empieza a desbordarnos.

Llenos de marcas y con los labios hinchados por el roce, tratamos de mantener una distancia prudente entre nuestra parte más íntimas.

Mi ropa interior parece haber salido de un piscina y la dureza de mi amigo parece estar apunto de estallar.

Con la respiración entrecortada, Sean se tumba a mi lado para recobrar el aliento. El sentimiento de perdida me invade al instante.

— ¿Por qué paramos? — pregunto reteniendo el calor de mis mejillas.

Ladea la cabeza para verme.

— ¿Vas... enserio?

Asiento avegonzada voltándome en su hombro. Copia mi gesto tomando una gran bocanada de aire.

— Si no paramos... — jadea despeinandome. — Acabaré explotando, Kayc.

Entreabro los labios tratando de identificar que emoción está poseyendome ahora mismo. ¿Entusiasmo? ¿Excitación? Me cubro la boca intento borrar mi cara de satisfacción.

Sean cierra los ojos mirando al techo concentrándose.

— ¿Y qué pasa si lo haces...?

Con los ojos como platos y las mejillas encendidas por la lujuria me observa sin comprender realmente lo que le pido.

— Nunca has sido de dejar las cosas a medias..

Perplejo, desencaja su mandíbula quedándose sin palabras.

Con más fuerza que nunca, sonrio maliciosa dándole la espalda para dormir. Cierro los ojos esperando su reacción y no se toma más de 2 segundos para volverme a acorralar.

— Quién demonios eres tú...— rie rozando nuestras narices.

— Soy Kaycee, de Sean&Kaycee. ¿Recuerdas? — me pone los ojos en blanco arrancándome una sonrisa. Y sin más preámbulos, ataca de nuevo mi cuello mientras se burlándose de mis quejidos.

No sé en que momento nos quedamos dormidos pero sin duda fue la primera vez que lo hicimos respirando el uno en el otro.

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Precalentamos?😈😈😈😈🔥🔥🔥🔥

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