HISTORIAS de Tom Holland & Peter Parker

One Shot con Peter Parker

¡ALERTA SPOILER!
Si no haz visto Avengers:End Game, no leas.

Sobre aviso no hay engaño.

Narrador omnisciente.

El castaño estaba totalmente devastado, habían pasado unas semanas del funeral de aquella figura paternal que había tenido.
La noticia de su muerte estaba por todos lados: en la televisión, en internet, en el periódico, incluso en murales. Todo, absolutamente todo, le recordaba al millonario.

¿Cómo iba a seguir adelante  sin su mentor? El mundo necesita a Iron Man, el lo necesitaba.
Peter se había alejado de todos, aunque seguía yendo a clases, aunque seguía en el grupo de Midtown con Ned, Michelle y los demás, pero... Pero no era igual, todos lo notaban, May, Ned, hasta su novia. Ya no estaba el Peter que se emocionaba por cada vez que podía hacer patrullaje, o que se emocionaba al ser aplaudido por los ciudadanos.

Un sábado por la tarde, siendo el cuarto sábado en rechazar la visita de Ned para armar legos, el castaño se encontraba en su cuarto, boca arriba y viendo al techo. Estaba tan entretenido viendo las manchas del techo blanco, que no se inmutó de los insistentes toques de la puerta de su habitación.

—¿Peter? Tienes visitas.—Dijo su tía, la cual, también estaba muy preocupada por el.

—No quiero ver a nadie.— Mascullo y puso la almohada en su rostro.

—No voy a correr a tu novia.—.

Peter lo dudó un poco y luego se levantó lentamente, quitó el pestillo de la puerta y pudo ver a las mujeres de su vida.

—Hola, Pete... ¿Puedo pasar?—

Murmuró la chica de baja estatura. Sus ojos curiosos lo miraron y no solo eso, lo analizaron de pies a cabeza. Puso atención de más en su rostro, se veía más pálido de lo normal, ojos hinchados y el cabello revuelto. Ella conocía de la doble vida del castaño, sabía lo mal que lo estaba pasando su novio.
Pero, ¿qué puedes decir? Sea lo que sea que quisiera decirle, no le traería de vuelta al mundo, el héroe que habían perdido.

—Pasa.— Parker se hizo a un lado para dejar pasar a la joven, su tía le regaló una sonrisa para reconfortarlo, cosa que no funcionó mucho y solo fue respondida por una sonrisa falsa de parte de su sobrino.

La chica se sentó en la cama, y el contrario se sentó en un sillón, mirando a su novia con el mismo detenimiento que ella había hecho hace un rato con el. ¿Hace cuanto que la había visto por última vez? No lo recordaba, pero podía notar que, su cabello había crecido unos milímetros mas, que ahora llevaba unos aretes distintos a los que usualmente tenía, y que ahora, llevaba un pequeño lazo negro en su muñeca.

—¿Quieres hablarlo?—Dijo la castaña después de unos segundos de silencio de parte de ambos. Peter levantó la mirada y se cruzó con la mirada triste y preocupada de su novia, inmediatamente se sintió culpable por hacerla sufrir de esa forma, su mirada preocupada era tan angelical, sus labios pequeños y finos siendo apretados de forma preocupada por el.

—Tienes que desahogarte, Peter. No haz hablado con nadie sobre lo que pasó.—

Esa chica lo había esperado mas o menos cinco años, Peter se regañó así mismo,de nuevo, y la abrazó. Después de tanto tiempo, desde aquella ultima vez en el autobús, después el chasquido y hace un mes, había vuelto a verla.
La castaña lo abrazó fuerte, muy fuerte, acariciando su cabello y besando su mejilla. Sintió que su hombro se humedecía, eran las lágrimas de su novio, habían empezado a bajar sin señal de querer parar.

—Lo extraño tanto, tanto.—

Sollozó en voz quebrada, empezando a llorar y llorar, soltando hipidos y más sollozos.
Fueron minutos para que Peter se calmara, sintiéndose un poco mejor, se separó y miró a su novia.

La castaña no pudo evitar sentir que su corazón  se llenaba de agujas, un dolor pulsante le dio sin previo aviso al ver el rostro del menor, sus ojos rojos y aun mas hinchados que cuando llegó a la habitación.

—No hay día que no lo vea. Por cualquier lugar que vaya, todo me recuerda a el.—

Murmuró y fijó su vista detrás de su novia, donde se encontraba un portarretrato que tenia una foto de el con Tony, sosteniendo un diploma.

_Realmente lo extraño. —

Volvió a hablar, pasó saliva y bajó la cabeza, mirando al suelo, evitando la mirada de la contraria.

—Todos lo extrañamos, Peter.—

Dijo la fémina, ganándose la mirada del castaño.

—El mundo necesita un nuevo Iron Man, y no se si yo sea capaz de...—

—El mundo necesita a Spider Man—

Interrumpió la mayor y éste le volteó a ver. A veces olvidaba que su novia sabia de su otra identidad.

—Pero tus amigos, tu familia, yo... Te necesitamos a ti, Peter Parker.—

Ambas manos se entrelazaron y dieron paso a un pequeño beso, cariñoso pero corto. Era lo que necesitaba, haberse desahogado con alguien, sentir ese apoyo y amor hacia el. Esa parte humana que al ser súper héroe  abandonas;  porque desde la muerte de su mentor, Peter se presionaba con que tenia que ser como Iron Man, como Tony; pero no... Ahora entendía las palabras de Tony hace años. Sólo tenia que ser la mejor versión de si, la mejor versión de Peter Parker, de Spider Man.

Y no es que se tratara de superar o no su muerte, sino, de vivir con el hecho de que cuentan con el, que quizá debía estar agradecido de haberse cruzado en su camino.

—Te extrañé allá, en aquel lugar peculiar.—

Confesó Peter, después de ese silencio. La castaña sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de su chico, su primer amor. No hubo día en el que no extrañara a Peter Parker desde que se hicieron polvo hace años,  pudo haber buscado a alguien mas, pero nadie como el. Era inigualable.

—El mundo es afortunado de tenerte, Peter Parker.—

Murmuró bajito, apretando un poco el agarre que tenían de sus manos entrelazadas.

—Yo soy afortunado de tenerte conmigo, que después de tanto, sigas queriendo estar con este perdedor.—

La mayor soltó una risa y negó rotundamente. Volteó a ver a Peter, quedando a centímetros de sus labios y sonrió ladina.

—Eres mi perdedor favorito. —

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1056 palabras.
Lo prometido es deuda, aquí esta la actualización que les prometí.
Si les hizo llorar, haganmelo saber.

No olviden dejar su estrellita.★
¡Nos leemos luego!