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Desperté tarde, como siempre. Mi día fue increíble, haberte tenido sexo con mi ex, solo lo volvió más caliente. Abrí los ojos de golpe cuando recordé qué no usamos condón, pero, me relajé al recordar qué tengo infiltrado el famoso implante subdermico, en el brazo.

Me levanté, y me metí directamente a la ducha; el agua fría me hizo despertar de golpe, me di un baño completo, al salir, opte por un pantalón pegado, una blusa holgada, mis tenis, y lista para salir. Tomé mi teléfono del buró de la cama, y verifique la hora. 10:00 pm, hora perfecta para llamar a Azael y preguntarle dónde está, aunque se, saliendo de trabajar.

Llaves de casa, y salí camine dos cuadras y mi culo vibraba por el teléfono.

Llamada entrante Azael

—. ¿Bueno?—.
—.voy camino a tu casa, ¿Dónde estás?.—
—-. Estoy por Gansttos, veámonos aquí.— colgué.

Gansttos, un gran letrero flourecente color amarillo y rojo adornan el bar, contenedores de basura, y un gran hombre de un metro ochenta y cinco tapando la entrada, nos miramos por unos momentos, intentaba reconocerme, yo sabía quién era él.

—. ¿No vas a darme un abrazo, Johnny?—. Sus ojos se abrieron de sorpresa, abrí mis brazos y nos dimos un afectuoso abrazo. Lo sentí temblar. Me estrujó en sus brazos y al soltarme beso mis nudillos.

—. No podía reconocerte, estás diferente.. ¿Qué pasó con tu melena negra? ¿Y tus gafas de nerd?—. Le intenté sonreír.

—. En el pasado, ¿Puedo pasar?, Te prometo qué te daré respuesta Johnny, pero hoy tengo acompañante—. Se movió.

—. Por supuesto, eres la reina, aunque tu rey ya no esté..— me tense—. Ten, llámame cuando estés libre y podamos salir por un trago, yo lo invitó—. Un trozo de servilleta con un garabato.

No había cambiado nada en Gansttos, el mismo ambiente, las mismas personas, no había puesto ni siquiera el segundo pie, las miradas cayeron en mí, intentando descifrar si era yo, o no. Intentando saber qué hacía yo allí después de años, una mesa en particular llamó mi atención, un par de chicos me miraron, y volvieron a lo suyo, Jenna Jameson, seguía siendo bartender.

Seguí sus movimientos y me senté en la barra, había bastante gente, y ella estaba apurada un chico castaño se me acercó para pedir mi orden, negué con la cabeza.

—. Buenas noches, ¿Qué deseas de tomar?—
Negué.

—. Gracias, pero me gustaría qué la conejita, me de un gran trago de tequila—. El chico río, y se fue. En cambio Jenna, quebró los vasos qué limpiaba, todos la regresamos a ver, subió su mirada llena de lágrimas, salió del cubículo, y me abrazó.

Sí ya tenía miradas, ahora más. Sollozaba con fuerza, mientras masajeaba su espalda.

—. ¡No lo puedo creer! ¡Eres tú!—.  Le quite las lágrimas, y sonrió.

—. Tiempo sin verte—.

—. Creí qué estabas muerta.. tiempo sin saber de ti, ¡Dios mío! ¿Tienes idea de cuántas veces fui a buscar a jean para que me dijera dónde estabas?—. Se calló de golpe y me miró a la cara.—lo siento nena.. yo.

—. Está bien, es pasado. ¿Entonces.. mi tequila?—. Corrió al cubículo

—. ¿Ya no tomas vodka?—. Pregunto con cautela—. Antes eras fan de esa bebida porqué.. —. Me reí, una risa seca y se calló.

—. Jenna, las personas cambian, no toda la vida iba a gustarme el vodka, ya no soy nada de lo qué era hace 12 años, yo cambié, por favor, para. —. Sentí un cuerpo a mi lado izquierdo, pero no me moví, mi móvil vibró y era un texto.

Nena, no voy a poder llegar. Tuve qué regresar al trabajo, ¿Nos vemos otro día?

R: Está bien, no hay problema.

—. Lo mismo que la señorita—. Una colonia cara pude oler, Jenna se apresuró a servir las bebidas, mientras jaló una silla y se sentó frente a mí expectante, esperando si quiera qué dijera qué hacía ahí.

—. No me mires así Jenna, solo venía de pasada, pero veo que no ha cambiado nada—. Ella suspiró, lo cual atrajo mi atención.

—. Él.. ya no trabaja aquí, se fue después que jean optará por irse, cuando desapareciste. Te buscamos como locos, aunque el sabía que no volverías, me ayudó a buscarte. Tenía esperanzas que te encontraría, pero nadie sabía de ti, ni siquiera Jean-—.  Me tomé el trago de golpe, sin muecas o rechistar, se sorprendió pero no dijo nada.

—. No vine aquí a buscarlo Jenna, el está muerto para mí. Nadie merecía mi egoísmo, ni siquiera Jean, pero el también es parte de mi pasado, las únicas personas qué quiero rescatar de ahí, eres tú y Azael—.

—. ¿Siguen saliendo?—.

—. No, sólo cojemos, y ya. No busco nada serio, sólo sexo—. Una risa varonil a mí lado me hizo percatarme de el

—. Dejá de escuchar conversaciones ajenas, Jaime—. El tal Jaime miro a Jenna con burla.

—. Es interesante—.

Me levanté de la barra, camine a las botellas destape vodka, y pa dentro, un gran trago mientras caminó a la música, meneo las caderas y me dejó llevar; ya no siento las manos de tanto alcohol ingerido, incluso veo a Jenna de lejos mirarme con desconcierto, la veo acercarse y pedirme qué suelte la botella, reniego con ella, mientras Jaime, intenta ayudarme a sentar, después lo único qué recuerdo es sangre y vidrios rotos.

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HOLAAAAA! GRACIAS POR HABER LLEGADO HASTA AQUÍ, Y QUEDARTE A LEER.

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