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Cuando conocí a jean, yo solía tener sexo casual con Abdenego. Abdenego nunca me prometió una relación formal, y entendí qué ni siquiera llegamos a compartí un título, siempre fue sexo. Jean es hermano de Abdenego, en la fiesta número 23 de Abdenego me presento con él.

Abdenego fue frío, nunca tomaba mi mano, nunca me miraba a la cara en el sexo, siempre fui una amiga de él.
En cambio jean siempre fue amoroso, siempre me decía que era hermosa, siempre dejó claro qué no me veía como una amiga.

Entonces, Abdenego nos presentó. Terminamos el vínculo, porqué nos vio a mí y a jean comprometidos con llevarlo serio, un año después de novios, nos comprometemos, y sucede mí peor pesadilla, qué me llevo a ser quién soy.

(..)

Caminé las pesadas calles de Madrid, mientas pensaba dónde podía ir a tomar algo con Johnny, sé qué el me conoce de años, y sabe qué la pasé muy mal. El fue mi principal cómplice para salir de Madrid sin qué nadie supiera nada. Lo quiero mucho.

Marqué su número, primer tono, segundo tono y descolgaron.

—. ¿Johnny?

Oía una risa femenina, y eso llegó a ponerme de mal humor.

—. ¿Quién eres tú, y por qué llamas a mi Johnny?

—. Soy Carlota Wolff

La llamada colgó, y me moleste. Maldita sea, ¿En qué mierda anda? Pensé que podíamos salir y hacer algo más. Quizá sexo, suena bien en mi mente, pero Johnny puede enfrascarse en una relación. Y no está en mis planes.

Johnny, Johnny... ¿En qué cosas andarás?

Nunca he llegado a comprender a ciencia cierta porque cuando nos aferramos a que algo llegará a ser, no es. Y cuando no queremos que suceda cierta cosa, sucede.
Así sucedió con jean, siempre creí qué tal vez podría funcionar con Abdenego, pero oh vaya, cuál fue mi sorpresa que termine comprometida a los 18 años con jean, cuando él tenía 25, pero no todo fue como espere..

Sí tan sólo hubiese llegado más tarde, nunca hubiera visto he oído lo que me destruyó.
Pero sí no, hubiese vivido en una vil mentira.

Llamada entrante Johnny

— Carlota Wolff—. Un suspiró

—. Nena, disculpa, estaba ocupado. ¿Qué ocurrió?

—. Necesito verte, un 18-32—. Código urgente.

—. Claro, veámonos en Café Express, llegó ahí en 5 minutos— Y colgó.

Mierda, estoy a 25 minutos, tal vez sí corro llegó en 10, pero ufff, bien, lo siento rodillas. Me di un vuelo, pasando personas, mis piernas corrían a una velocidad impresionante, mi caja torácica parecía querer romperse, vamos, casi llegó, dos cuadras más y listo.

Las personas se quejaban por qué las pasaba de largo, y no era cuidadosa, llegue justo, cuando observé que Johnny llegó acompañado. Fruncí el ceño, y respiré profundo, para darme valor de entrar sin parecer qué termine de venirme.

Uno.
Dos.
Tres, entré

Las miradas se enfocaron en mi, Johny no parecía contentó con la joven mujer a su lado, parecía quejarse, y a la vez pedir silenció. Cuando subió su mirada a mí, sonrió y la joven~ cuyo nombre no sé~ me miró de pies a cabeza, sonreí para ambos, no venía con ganas de discutir.

—. Nena—. Se levantó, y nos abrazamos—. Ven, ella es Andrea, mi cuñada—. Sonreí, para ella, y le ofrecí mi mano, la miró sin tomarla y sonreí aún más.

—. Carlota Wolff, un placer—. Su cara fue un poema, mi nombre pareció sonar mucho para ella, porqué después Johnny río con fuerza.

—. Carlota.. suenas mucho en el círculo de este—. Sus ojos seguían mirándome con fijeza, alce la mirada, y le miré con atención. Es guapa, rollisa, quizá medirá un metro cincuenta y cinco, cabello corto negro.

—. ¿Ya te casaste?—. Le miré, y Johnny se le salieron los ojos

—. No, mi hermano Euni... Ya se casó—. Le miré con nostalgia, Euni fue un gran amigo, me entristecía no haber estado en su boda

—. Euni, Euni, ¿Qué pasó con Yessi? ¿Ella aún está internada?—. Andrea, me miró con más interés. Parecía comerme con la mirada.—. Para, deja de mirarme, qué me desgastas—. Bajo la mirada avergonzada.

—. Sí, cada año vamos a visitarla, queremos que salga, para la boda de jean...— se detuvo, como si fuera un crimen mencionarlo—.Ella aún te recuerda, siempre pregunta por ti—

Antes de responder Andrea se levanta, y nos da un asentamiento de cabeza, antes de salir por la puerta.

—. Me costó mucho irme de aquí, cuando sabía qué dejaba muchas personas qué les di un gran cariño. Ni siquiera me fui por jean o Abdenego, me fui de aquí porque ya no tenía nada de mí familia qué pudiese quedarme, a mí hermano David nunca lo pude recuperar, y solo me fui. Ya ni siquiera me afecta qué jean se casé, no regresé por ellos, regresé por unos meses, no vine a quedarme—.

— Nena, yo te perdí, cuando me pediste qué querías irte, fue un gran golpe, pero aún así acepte. Porque tu salud mental, era más importante qué otras cosas. La policía dió el caso perdido de David, cuando te fuiste, ya no quisieron dar seguimiento—. Un punzante dolor, en el abdomen.

—. ¿Quieres ir a pasar un rato juntos?

Lo admito, mi pregunta no fue inocente, si bien lo quería entre mis piernas, sabía que podía estar jugando con fuego, porque él podía pensar mal.

— ¿Llevó condones?
Me reí, y asentí.

Salimos del café, mientras me tomó la mano. No la quité, pues me pareció tierno, pero si un leve apretón, caminamos bastante, y nos detuvimos en un Hotel.

(..)

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Besos 💗

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