Capítulo 17

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- Estás bromeando verdad? - dije aún sin moverme de la entrada de la habitación, por alguna extraña razón la furia y la confusión recorrió mi cuerpo, todo en menos de un segundo
- No quieres dejar de estar embarazada? escuchaste lo que dijo la doctora...
- Lo escuché pero no quiero hacerlo contigo, que ... que hay de Isabella!?
- Ella no volvió conmigo, creí que ya lo había dicho...
Sólo lo observé no podía dar crédito a lo que estaba escuchando
- Que? - dijo él después de un momento de incómodo silencio
- Es en serio? Es-estás hablando en serio?
Tom se acercó más a mi y trató de tomarme de las manos pero lo impedi
- Sólo estoy tratando de ayudar - dijo un poco enojado ésta vez
- No quiero ser la otra mujer Tom, como ...
- Bueno ... en dado caso, Bella sería la otra mujer, tu llevas a mi hijo en tu vientre después de tod...
- No! No es tu hijo! No es nuestro hijo! - dije casi gritando, salí de la habitación y de la casa, no podía seguir viendo su estúpida cara de confusión y molestia, me senté en una de las sillas del porche, me quedé ahí viendo cómo el día le daba paso a la noche, comencé a respirar más calmadamente, el trino de los pájaros cada vez se escuchaba menos, mi vejiga comenzó a molestarme de nuevo y tuve que volver adentro, Tom no estaba por ningún lado, me sentía mal por lo que le había dicho pero no pude evitarlo, últimamente mis cambios de humor son impredecibles e incontrolables y nunca he sido buena controlando mi mal humor de todas formas, me quedé en el baño, me metí a la tina vacía, cerré los ojos y me hice un ovillo, o al menos lo intenté.

- Lo lamento - su voz me sobresaltó, estaba quedándome dormida - no quise ofenderte ni nada ... es solo que ... creí que ... bueno, no tienes a nadie más que pueda ayudarte a inducir el parto de esa forma y ... creí, creí que me lo pedirias a mí ... 
- No hables - dije tratando de reincorporarme - Yo lo siento, mis cambios de humor son peores últimamente, ya de por si estoy irritada y, lo juro, tú no pones de tu parte
- Lo sé, ya no insistiré, te daré tu espacio y trataré de ser lo menos molesto posible.
Reí, no lo creía capaz de poder hacer eso último, Tom me ayudó salir de la tina y dejé que me guiara a la habitación, moría de sueño.

Desperté sobresaltada, desorientada, no sabía la hora y el estómago me dolía, no había comido nada desde la consulta con la doctora Adler, me levanté y caminé a la cocina, Tom estaba ahí
- Oh ... sandwiches - dije mientras me acercaba
- Estaba a punto de ir a despertarte - dijo mientras reía y me ofrecía uno - sin mayonesa,  como te gusta
Tomé el sandwich de queso fundido y le di una mordida mientras trataba de recordar en qué momento le había dado esa información a Tom, me senté en el sillón frente a la televisión y terminé de comer (el mejor sandwich de queso fundido que había probado), el bebé comenzó a patear.
- Ya lo sé - dije dándole pequeños golpes a mi estómago con la punta de mi dedo - pero ya tienes comida, no vayas a succionar mis intestinos, por favor. Tom se sentó a lado de mi, más cerca de lo que le hubiera permitido si aún estuviera enojada, de pronto un cosquilleo comenzó a recorrer mi columna vertebral, podía oler su perfume y el olor de su shampoo, quería aventarme a él y besarlo, cerré los ojos y traté de calmarme, respiré profundamente pero eso empeoró las cosas "malditas hormonas" susurré
- Te sientes bien? dijo él mientras ponía su mano en mi pierna, sentí su calor recorrer mi piel y no pude contenerme más, abrí los ojos y lo observé un momento, segundos después me senté encima de él, aprisioné su cara entre mis manos y comencé a besarlo, hace mucho que no lo hacía y se sentía mil veces mejor de lo que recordaba, él me apartó un poco cuando nos quedamos sin aliento
- Y eso qué fue? - preguntó demasiado confundido para poder decir algo más
- Necesito que saquemos a este bebé - dije mientras sentía que mis ojos se llenaban de agua, perfecto, lo que faltaba.
- Hey, tranquila, que sucede? - dijo mientras me atraía a su pecho, me quedé ahí, llorando sin si quiera saber la maldita razón, Tom comenzó a reír, volteé a verlo confundida
- Que te causa tanta gracia? - dije aún entre sollozos
- Tus cambios repentinos de humor - siguió riendo - aún quieres que te ayude a sacar a ese bebé de ahí? - dijo mientras trataba de dejar de reír y posaba su mano en mi estómago. Asentí.

Madre de alquiler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora