Capítulo 25

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Un extraño sonido gutural salió de mi garganta, no podía parar de llorar, la doctora Lynch esperó a que me calmara un poco, me ofreció un pañuelo y después habló
- Estás dando un gran paso Gwen, quiero felicitarte por ello
- ¿Felicitarme? ¿por matar a mi hermanito?
- Por reconocer lo que pasó, por sacarlo por fin de tu pecho
Suspiré, me sentía muy molesta, no con la doctora, conmigo misma, todo esto me hacía sentir mal, triste, enojada, asqueada, sentía todo y nada a la vez, me sentía como si fuera una intrusa y el mundo lo sabía y solo quisiera destruirme y a veces quiero que lo haga, lo deseo, que me destruya, sin dolor... pero él dolor también es parte del trato, es la única parte del trato en realidad... y al final el dolor sigue aquí, al igual que yo, porque no merezco una salida fácil, la perdí el día que Adam murió, él tomó mi salida fácil, yo lo envíe por ahí, es todo mi culpa.
La doctora Lynch pareció leer mis pensamientos, me miró fijamente y habló con su queda pero dura voz
- Tienes que perdonarte por lo que pasó, no va a ser fácil, claro que no, tu vida dio un giro completo y te quedaste prácticamente sin nada, tus padres jamás te perdonaron y tú no buscaste su perdón
- Porque sé que no lo merezco
- Lo que si mereces es tu perdón, tienes que perdonarte Gwen, de otra forma jamás podrás volver a tomar las riendas de tu vida, en tu historial mencionan que fuiste una madre de alquiler
- Es verdad
- ¿Cómo te fue con eso? ¿Por qué tomaste la decisión en primer lugar?
- Necesitaba el dinero, estaba desesperada y... también quería enmendar lo que había hecho, traer una vida al mundo por la que había dejado ir me pareció la idea perfecta
- ¿Y te funcionó?
Negué con la cabeza, las lágrimas comenzaron a salir lentamente
- Claro que no funcionó, jamás me había sentido tan vacía a pesar de que llevaba una vida dentro de mí, aún no sé cómo es que lo logré, quizá fue por la emoción y felicidad que podía ver en los ojos de Eleanor

La sesión terminó, su comentario me había dejado pensando, lo cual era bueno, de alguna forma, al menos lo estaba considerando, no será fácil, pero ahora creo que existe una posibilidad, aunque pequeña, pero una posibilidad después de todo.
Cuando llegué aquí no creí que me tomaría tanto tiempo poder hablar sobre mis sentimientos, pero lo ha sido, ha sido muy difícil aún más para mí, que odio tanto que me vean llorar pero que al mismo tiempo no puedo contener mi llanto porque el dolor es demasiado, la impotencia y las ganas de mandar todo al carajo son más grandes que mis ganas de salir pronto de aquí. A veces aún sueño con el día del accidente, siempre pasa lo inevitable, algunas veces logro frenar y Adam no sale volando por el parabrisas, aunque esos sueños son los peores, porque me dan esperanzas de que, al despertar, él estará aquí, pidiéndome historias para dormir y yo le contaría una historia de terror, él lloraría y mamá me regañaría como siempre solía hacerlo... hace mucho que no me regaña, espero que estén bien.

Se supone que no debería estar hablando con Tom en este momento, pero lo extraño tanto que no pude evitarlo, han pasado meses desde la última vez que lo ví
- No deberíamos estar hablando - susurraba, como si de verdad estuviera a mi lado y no quisiera que nadie más lo escuchara
- Pero solo quería escuchar tu voz
- Deberías hacer caso a la doctora, Gwen, ella sabe por qué te aconsejó no hablar conmigo
- Bien
Colgué sin siquiera despedirme, tal vez es por esto por lo que la doctora me dijo que no hablara con él, lo noté raro y ahora eso me está incomodando, estoy comenzando a armar todo un nuevo escenario en mi cabeza, pensando en cosas que aún no han pasado y que temo que pasen, puedo sentir como mi ansiedad va en aumento así que decido sacarlo todo mediante el llanto, que no sirve de mucho, pero al menos me cansa lo suficiente como para no saber en qué momento de la noche me quedo dormida.

- Pasaste una mala noche - no es una pregunta así que solo asiento - Gwen, si quieres salir pronto de aquí tienes que poner de tu parte, ya diste el primer gran paso, el más difícil, ahora solo necesitas seguir trabajando en ti, sé que no es fácil, pero también sé que lo necesitas y que eres capaz de lograrlo.
Vuelvo a asentir, he hablado tanto estos últimos meses que siento que ya no me quedan más palabras, tal vez eso es bueno, tal vez es señal de que pronto podré irme de aquí, o eso espero.

Madre de alquiler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora