Capítulo 21

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**Advertencia: este capitulo tiene contenido sobre temas sensibles(ansiedad, su1c1d1o y alcoholismo).**

La pequeña habitación parecía más grande de lo que recordaba, había vuelto al mundo real, había vuelto a casa, me senté en el sillón mientras revisaba mi cuenta bancaria, Ellie ya me había depositado el resto del dinero, puse mi mano sobre mi estómago, ahora se sentía extraño, me había acostumbrado tanto a tener algo extra que ahora me sentía vacía, me sentía sola y si, desesperada.

<<te lo dije ¿o no? que terminarías así, como estabas desde el principio>>
<<¿creíste que habías hecho nuevos amigos?>>
<<me das tanta pena...>>

Caminé a mi habitación y me dejé caer en la cama, me hundí en mis pensamientos, y me abracé a la soledad.
Ni Tom ni Ellie han llamado aunque, creo que era demasiado obvio, sólo que no lo era para mí, terminé con mi trabajo, les di al bebé, les di lo que necesitaban de mí, no eran mis amigos, mucho menos mi familia, todo eso que había dicho Tom habían sido puras mentiras
<<en verdad eres estúpida>>
<<te lo advertí desde el principio>>

Los días han estado pasando rápido, no sé en cual me encuentro, pero sé que ya no estoy en el mismo, el frío comienza a sentirse cada vez más y los árboles comienzan a perder sus hojas, creo que no he comido desde que vi la última hoja naranja caer del árbol que está frente a mí edificio, la ansiedad cada vez tiene más poder sobre mi, puedo sentir como está llenando mi ser, cómo está creciendo en mi pecho, como un agujero succionando todo el aire en mis pulmones, me siento más vulnerable en las noches, cuando estoy a merced de la oscuridad, cuando siento que jamás podré salir de aquí, comenzaba a cansarme.

Desperté de nuevo, sobresaltada, podía escuchar el ruido de mi refrigerador y el tictac del reloj arriba de mi cabeza, no sabía que hacer
<<claro que sabes lo que tienes que hacer >>
<<tu plan A, ¿recuerdas?>>
no podría hacerlo
<<claro que puedes, sólo tienes que intentarlo >>
Salí de debajo de las cobijas y corrí hacia mi balcón, me detuve al ver la altura que me separaba del piso, la larga caída que me esperaba, tomé aire que quemó mi garganta, estaba en verdad frío, entonces recordé la vez que corté mi cabello, no lo pensé, sólo lo hice, sólo quería cambiar aunque fuera algo en mi vida, justo como ahora, claro que esto era muy diferente al cabello, más... permanente, volví adentro, caminé a la cocina, necesitaba calmarme un poco, debajo del lavabo encontré una botella de vodka, le di un sorbo, dos, tres, aún tenía que encontrar los frascos de pastillas para el insomnio, todas habían sido recetadas por diferentes doctores, todas las había almacenado, sabía que algún día las necesitaría, al cerrar la pequeña puerta del botiquín pude ver mi reflejo, mis ojos estaban casi hundidos entre mis grandes ojeras, estaban rojos e hinchados por tanto llorar, mi piel se veía delicada, pálida, fácil de rasgar, agarré la botella y le dí otro sorbo, el último, ahora que había empezado necesitaba terminar, tomé las llaves y bajé corriendo, ya estaba mareada y, en algún momento, perdí el equilibrio, rodé por el último tramo de escaleras, me quedé tirada en el piso, aturdida, tardé un rato para levantarme, unos minutos, media hora, no lo sé, seguí mi camino, la tienda seguía abierta, quizás eso era porque tenía servicio las 24 horas
<<eres tan inteligente...>>
pedí del alcohol más barato, así me alcanzaría para más botellas, la chica del mostrador me observó unos segundos antes de tomar mis billetes, no sabía si me darían cambio pero no lo esperé, volví a mi pequeña casa, las escaleras parecían más largas, más difíciles de subir, cuando por fin pude llegar a mi puerta la abrí y me aventé al sillón, jamás me había sentido tan decidida a hacer algo para cambiar mi vida, o bueno, para terminarla, tomé una botella, se sentía fría al tacto aunque el líquido se sentía caliente mientras bajaba por mi garganta, seguí bebiendo, no podía reconocer el sabor pero la etiqueta decía "whisky" el whisky más horrible del mundo, tomé también una pastilla, tal vez fue más de una, no lo recuerdo, sólo quería quedar insensible, tan anestesiada como pudiera, así ya no tendría que pensar tanto las cosas, sólo lo haría y ya, sólo saltaría y todo estaría bien
<<claro que estará bien>>
Terminé de un sorbo la botella, estaba tan mareada como asustada, podía escuchar los latidos de mi corazón palpitar en mis oídos, me levanté para comprobar que no podía caminar muy bien, traté de correr pero lo único que logré fue caerme
<<¿¡Qué demonios esperas!? ¡Levántate!>>
Me quedé tirada en el piso, comencé a llorar, tenía ganas de gritar, de romper todo, de incendiarlo, de terminarlo y dejar de sentir todo este dolor, quería levantarme, mis ojos se estaban cerrando, se sentían tan pesados... no debí haber tomado tantas malditas pastillas para dormir...
<<¡Maldita sea! ¡¡Hasta para esto eres un fracaso!!>>
Mi cabeza daba vueltas, mi visión comenzó a ser borrosa, todo se veía blanco, la carretera estaba frente a mí, estaba segura de eso, no podía haber desaparecido...
"¿Gwen? ¿Llegaremos pronto? Tengo miedo..."
"Todo estará bien cariño, no te preocupes."
El sonido de las llantas patinando sobre el hielo me despertó, seguía tirada en el piso aunque sentía un sabor extraño en la boca, me levanté un poco, había vomitado, era una combinación entre transparente y amarillo, no tenía más que alcohol en el estómago, no tenía nada más para vomitar, me levanté de nuevo, aún me quedaba una botella de whisky, no, ya no tomaría más pastillas, la luna se filtraba por la ventana, la luna, que parecía reírse de mi desgracia, al primer trago pude sentir a mi cuerpo rechazando el líquido, pero me obligué a seguir bebiendo, después de varias arcadas y sollozos terminé la botella y me levanté de nuevo, no me podía sostener así que me arrastré hacia el balcón, me apoyé del duro metal para ponerme en pie, el aire frío me golpeó con tanta fuerza que caí de espaldas, sentí la botella hacerse añicos debajo de mi mano izquierda, mi cabeza golpeó muy fuerte en el piso, pero ni siquiera dolió, traté de levantarme otra vez, no podía rendirme, ya había llegado demasiado lejos, mi cabeza palpitaba tanto que casi podía escuchar el "pum pum pum" tomé aire lo que hizo que me dieran náuseas, mi corazón latía cada vez más rápido, mi vista comenzó a tornarse borrosa hasta que todo quedó en oscuridad.

Madre de alquiler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora