Hoy no es un buen día, he tratado, en verdad que lo he hecho pero, simplemente no puedo mantenerme tranquila, Tom no ha llamado desde que se fue, aunque creo que es obvio, está en su luna de miel, por que demonios me llamaría? soy una tonta.
El aire comienza a sentirse frío, puedo definitivamente, el otoño está llegando, salí al balcon a respirar un poco de ese frío aire, con suerte me ayudaría con la ansiedad que amenaza con empeorar, debajo, la ciudad parece más viva que nunca, las luces brillan a lo lejos, como pequeñas esferas de luz, al ver hacia abajo puedo sentir el recuerdo golpeando mi cabeza, la sensación, como, estando en la cima de ese edificio, me sentía atraída a saltar, como un magneto atrayendome hacia abajo, atrayendome a terminar con todo, mi vida fracasada, el dolor de la pérdida, mis padres odiándome... todo ese peso que sentía en los hombros del que solo quería deshacerme. No lo negaré, también tenía miedo de decidirme a saltar porque, si lo hacía, al momento de ir cayendo podría cambiar de idea pero ya no habría vuelta atrás claro, ya no podría detenerlo, sólo podría resignarme y seguir con la caída, cerrar los ojos y tratar de ver la forma en la que, cuando por fin golpeara el piso, no doliera tanto. Aunque claro, seguramente ni siquiera tendría tiempo de pensar en nada, ni si quiera en el dolor.
Mi celular comenzó a vibrar, me sacó de mis pensamientos y me di cuenta de que estaba apretando demasiado el barandal, tanto que mis nudillos comenzaban a tornarse blancos, mis dedos comenzaron a doler, solté el frío metal y volví dentro de la habitación mientras contestaba, era Ellie, a diferencia de Tom, ella marcaba todos los días
- Hola
- Como estás Gwen?
- Bien - mentí
- Aún tienes comida?
- Si, creo que tengo reservas que me podrían durar más de dos años
Ellie rió, yo caminé hacia el sillón, mi estómago no paraba de crecer, comenzaba a temer que el bebé saliera de pronto de mi estómago, como ese extraterrestre en la película Alien
- Tengo que volver al trabajo, cualquier cosa me llamas si?
- Claro, no te preocupes, estaremos bien
Quité el teléfono de mi oído y me acosté en el sillón, recogí del piso mi copia de Orgullo y Prejuicio, terminé de leer el libro y sentí que mis lágrimas salían sin control, Elizabeth y Darcy habían terminado juntos después de todo y yo los envidiaba y como odiaba sentirme tan sensible, las hormonas de embarazada eran mortales, me levanté y caminé a la ducha, necesitaba algo más que hacer, algo con que distraerme. Me quedé en la tina tanto tiempo que pude sentir el cambio de temperatura en el agua, mi piel comenzaba a erizarse, la pequeña ventana estaba abierta y la temperatura había bajado, cerré los ojos, mi celular comenzó a sonar
- Que pasó Ellie?
- No soy Ellie
Abrí los ojos, asustada, mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente
- Gwen?
- Si, yo... hola Tom
- Llamo en un mal momento?
- No, es solo que no esperaba escuchar tu voz
- Lo sé, siento no haber llamado antes, he estado bastante ocupado
- Me imagino, no te preocupes, gracias por marcar
- Estas bien? suenas triste
- Es solo que terminé de leer Orgullo y Prejuicio, Jane Austen siempre sabe como hacerme sentir triste con finales felices
Tom comenzó a reírse
- En verdad eres extraña
- Creo que no puedo evitarlo
Reí junto con él, mi ritmo cardiaco estaba volviendo a la normalidad, odiaba que él pudiera hacerme sentir alterada y al mismo tiempo calmada
- Bueno tengo que irme, cuidate mucho
- También tu
- Te extraño
No respondí a eso, no lo esperaba, Tom colgó y el silencio volvió a golpear mis oídos, a veces el silencio se sentía ensordecedor.
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Madre de alquiler.
FanfictionGwen, una chica desesperada debido a su situación económica, su vida da un giro cuando encuentra un anuncio en el periodico que dice "se solicita madre de alquiler".