PoV Lauren
-Adios mamá, nos vemos en unas horas.- Me despedí de mamá con mi mano mientras me alejaba hacia las grandes puertas del gran estadio de Miami. Vestía mi uniforme del equipo, y ocupaba mis tenis simples blancos.
Caminaba con dirección al campo para poder empezar con los entrenamientos. Íbamos a empezar con las femeniles dentro de dos semanas. Y el equipo estaba en la cima, la seguridad era bastante. Teníamos un gran equipo, cuatro defensoras, tres medio campo, y tres delanteros. Yo era la extremo derecho, me destacaba por que pateaba el balón con una perfección envidiable. Cabeceaba, y mis tiros eran potentes dentro y fuera del área. Era una promesa en esto, debía serlo. Me transfirieron a Miami desde Canadá, jugaba en el equipo local de Ottawa. No había mucho donde yo podía destacar, yo era una persona mayor para ese club, allí no se tomaban en cuenta ninguna copa cosa que ningún caza talentos pueda verte y llevarte a otro lugar. Tengo diecisiete años y allí no vería un futuro. En cambio, Miami FC me fichó por un monto ridículamente barato. Veinte mil dólares, no era mucho. Pero me darían hospedaje a mi y a mi madre mientras nos establecíamos aquí en Miami.
Mi padre y mis hermanos arreglaban todo para venirse acá con nosotras, vengo de una familia acomodada así que el dinero no era un problema para mis padres. Mi sueño, el fútbol. Un poco cliché querer ser la mejor. Pero lo que si sé es que puedo llegar a serlo, tengo un gran potencial que debo explotar. Y pronto seré la compra de algún equipo entre veinte o treinta millones de dólares. Solo debía darme a conocer en estos femeniles, y mi boleto al éxito estará comprado.
El campeonato se realizará en fase de grupo. Seríamos dieciséis equipos para buscar la selección a octavos de final. Pasan dos equipos en cada grupo, solo debíamos pasar entre el primer y segundo puesto y estaríamos en los octavos de final. Viajaremos por todo el mundo, dependiendo de donde sean los equipos. Por ejemplo, si nos tocaba con algún equipo francés. Debíamos ir visitantes a su estadio en Francia, luego ellos tendrían que venir a jugar de visitantes a nuestro estadio aquí en Miami. Al ser locales en nuestro estadio, nos da la ventaja del apoyo moral.
Después de caminar algunos minutos llegue a los camerinos del estadio, las chicas estabas preparándose para empezar el entrenamiento.
-Miren quien llegó, la señorita zurda prodigiosa.- Dijo Ashlee en tono burlón.
-Callaté Ashlee. Deberías entrenar más tus pases.- Dije con un tono divertido, dándole un guiño haciéndola reír.
-Bueno no todas nacimos con el don de ser buena en todo lo que hacemos.- Me replicó con tono sugerente. Me sonroje por eso, ellas habían visto como me fui con Andrew en su auto.
-Yo... No sé de hablas.- Dije haciéndome la tonta. Todas rieron, rodé los ojos. Fantástico sería el chiste de hoy.
- Bien chicas, dejen de chismosear y manos a la obra. Todas al campo y empiecen los estiramientos.- Camila entro al camerino, su voz retumbó con firmeza. Un escalofrío golpeó mi cuerpo, me dispuse a salir.
- Jauregui tú no. Ven aquí.- Su autoridad casi me hizo gemir. Pare en seco, y volví mis pasos hasta estar cerca de ella. Levante mi mirada hacia ella, su cabello estaba atado en una coleta alta. Y vestía la camiseta del equipo, con unos pants que se ajustaban a sus grandiosas piernas, unos tacos blancos. Y su silbato descansaba en su pecho. Ella levantó su mirada conectándose con la mía, rápidamente mire hacia el suelo.
- Espero que hoy este al cien por ciento concentrada, no quiero que tenga distracciones. No está aquí para divertirse señorita Jauregui.- Dijo con rudeza. Yo fruncí el ceño, mis piernas temblaron y mi intimidad palpito.
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Entrenadora Cabello
RandomLauren Jauregui, la caliente jugadora de Miami FC. Esta irreversiblemente encantada por los ojos chocolate de su entrenadora Camila Cabello.