Capítulo 9

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Camila PoV

Lauren se mantuvo con la mirada baja, suponía que estaba pensando en todo lo que hablamos.

Aprecié su rostro, su perfil era casi creado a mano. Sus ojos esmeraldas no expresaban tristeza ni felicidad, solo confusión. Mi corazón latía con fuerza por lo que podría pasar. ¿Debería seguir hablando? ¿O solo debería irme? Pero esa pregunta quemaba mi cabeza.

— Lauren... .– Llamé, subió su mirada hacia mi.

— Se que, esto no va al caso pero, necesito saber. ¿Seguirás con Sofia?.– Pregunté casi en un susurro. Me estremecí solo por esos ojos verdes, no sabía que esperar de la más joven.

— No, si eso es lo que te atormenta. No quiero lastimarla, se lo que se siente eso.– Dijo con rencor, sabía que no me perdonaría así como así. Asentí, levantándome de la cama.

— Lo entiendo, yo... Mejor me voy.– Dije metiendo mis manos en mi sudadera. Se levantó y camino hasta estar frente a mi.

— ¿Qué esperas de mi ahora?.–Preguntó con el ceño fruncido. Reí enternecida por su gesto, su leve puchero me hizo suspirar, sus labios gruesos húmedos y rosados como antes.

— Realmente no pensé que me escucharás. No pretendo nada más que aclarar tu cabeza.–Toque con mi dedo su cabeza, sonreí con tristeza cuando se alejó por mi acción, me disculpé rápidamente.

— ¿Cómo te colaste a mi habitación?.– Preguntó con interés, sonreí dándole la llave que había obtenido hace poco.

— Normani, dijo que no soportaba tu miseria. Y cito textualmente lo que salió de su boca.– Hablé con diversión, se le escapó esa risa de bebé que tanto extrañe.

Paró de reír por mi cambio repentino, el lugar se tornó en ese largo y odioso silencio. Lauren dió un paso hacia mi, con sus ojos fijos en los míos. Y de nuevo, me sentía como una niña intimidada por su crush. Dió otro paso quedando cerca de mi, aquel aroma desconocido para mi nariz. Su calor corporal me quemaba, millones de recuerdos impactaron conmigo. Todas esas veces que estuvimos en estas situaciones, pero esto se sentía distinto. Ya no había lujuria, solo amor.

— Dime que esto no es una locura.– Susurró con su atención completamente en mis labios, mordí estos con lentitud esperando por su impacto inminente.

— Esto empeorará todo, pero se siente correcto.– Dije con la mirada perdida en su boca, y en su cuello. Embriaga por el agradable olor de su perfume, mis sentidos se perdieron cuando el verde de sus ojos me miraron con picardía.

Sus labios chocaron con fuerza en los míos, sus manos se fueron a mis mejillas con desesperación, repetí su acción arrinconándola contra la pared más cerca a nosotras. Moví mis labios con lentitud, metiendo mi lengua sin aviso.

Delinee sus mejillas con mis pulgares, trataba de expresar en aquel majestuoso beso todos mis sentimientos. Mordió ligeramente mi labio inferior haciéndome suspirar, me aleje de ella apenas. Con el miedo consumiendo mi cuerpo, por su rechazo aunque ella fuese la que me besó.

— También te amo, Camz.– Dijo sobre mis labios, volvió a besarme con delicadeza. Sentía las lágrimas rodar por mis mejillas, pero estas sabían diferente a las demás. No ha desesperación, ni a dolor. Solo felicidad, y aunque suene loco saboreaba la esperanza.

Lauren me guió de espaldas hacia la cama, me jaló junto a ella cuando se recostó en esta. Mis manos me hacían el soporte para no aplastarla. Me besó con pasión, como si pudiese desaparecer en cualquier momento. Sus manos fueron a mi cintura debajo de mi sudadera, acariciando con sus frías manos mi piel ardiente. Trató de subir un poco más, pero me aleje levemente de ella.

Entrenadora CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora