OTROS RUMBOS
Otra vez la rutina. Sentado en el puesto de siempre en el salón de siempre viendo una clase que ya no le interesaba, quizá nunca le había interesado. Mientras Carlos hablaba del concepto de ley y la aplicación en la sociedad, Felipe trataba de recordar lo que había hecho la semana pasada. Lo último que recuerda con claridad es entrar a su habitación con Daniel, después todo está desperdigado. Ve a Daniel saliendo por la puerta, a él mirándolo desde el segundo piso, bajando a comer algo y escogiendo un libro de su biblioteca. De ahí sus recuerdos saltan a otro día, esta vez está solo y sentado en el sofá, una taza de café en el piso y un libro en sus manos ¿será el mismo del recuerdo pasado? Así transcurren sus recuerdos de esos días, hasta que despierta el domingo con el libro de Coetzee en el regazo. Cuando despertó sintió que salía del agua, como cuando se quiere tocar el fondo de una piscina y todo adquiere una perspectiva diferente, mientras más cerca está el fondo más pesado y lento se ve todo, luego cuando regresa a la superficie, faltan unos segundos para entender dónde se está y que está pasando.
Con su cabeza apoyada en la pared, mira sin mirar a su profesor. Ahí está, existe y lo puede escuchar, pero sus pensamientos lo hacen dudar, se va y regresa de sus recuerdos, retiene aire para hundirse en la piscina, luego salé y aun no reconoce que está pasando. En un momento, cuando está en la superficie, Carlos tiene sus ojos en él, sigue hablando sobre el tema, pero solo lo mira a él. Esa mirada de ojos verdes lo incomoda, ya no siente la fascinación por entender las palabras del profesor, ahora que está en la superficie y la realidad se va armando de nuevo, sus ojos no le gustan... saben algo que Felipe no, entienden la vida de un modo que quisiera tan solo atisbar. Luego mira el tablero, la letra del profesor ya no es diferente, se ve aburrida, no esconde nada detrás de sus palabras. Y sus ojos, aunque esconden algo, ya no le causan ningún tipo de confianza. Alguien le pone la mano en el hombro.
- ¿Me acompañas a la cafetería? – le dice Laura al oído.
-Si.
Al levantarse del puesto tiene la necesidad de salir corriendo. Su amiga le está diciendo al profesor que ya vienen, él no pregunta a dónde van. Ya no lo mira. Salen y se tropiezan con un pasillo vacío. Ven que te quiero contar algo dice su amiga. Se dirigen a la cafetería. Es el lugar en donde pasan la mayor parte del tiempo juntos, almuerzan y hacen trabajos. Hablan sobre cualquier cosa, en esos momentos nada importa, solo ellos dos y sus voces. La cafetería también se ve desolada. Todos deben estar en sus clases. Laura se sienta en la primera mesa que ve, Felipe la imita.
-No voy a seguir el otro semestre – sentencia Laura. Felipe no conecta lo que acaba de decir ¿está sumergido en la piscina? Al ver que él no dice nada, su amiga continua – este semestre he estado estudiando para el examen de la nacional, por eso a veces me veía más cansada de lo habitual... sé que ayer hablamos de la confianza y todo eso, pero no le dije a nadie, ni a Mauricio – volvió a detenerse. ¿quería que Felipe dijera algo? - ¿no vas a decir nada?
-No sé qué decir – y en serio su mente volvía a estar difusa, pensó que al sentirse tan seguro de sí mismo en la mañana, cuando estaba con Daniel, el resto del día sería igual. Pero volvía a tener dudas, volvía a sentirse confuso con lo que la realidad le ofrecía – ¿Cuándo es el examen?
-Fue ayer. Por eso andaba por acá, fue en esta universidad. chistoso como se presta una universidad para que otra le quite estudiantes – silencio de nuevo. Felipe la interrogó con la mirada – sí, pasé.
- Supongo que debo felicitarte... no esperaba menos de ti. Aunque bromeaba sobre tu cara de cansada, sé que eres muy inteligente ¿seguirás con derecho allá?
- Seguiré, pero en Ciencias políticas, tiene más de lo que me interesa. Quería que lo supieras para que entiendas que eso no va a cambiar nuestra amistad. Podemos seguir viéndonos y haciendo lo que hemos estado haciendo – Felipe sabía que eso no iba a pasar.
-Pues claro mujer, somos amigos después de todo. Yo también tengo una noticia. Voy a cambiar de carrera, me paso a literatura.
- ¿Literatura? – Laura soltó una pequeña risa – así que Daniel te convenció, ese lo quiso hacer conmigo, pero yo soy dura de roer.
-No solo fue él. También he pensado mucho en lo que quiero... bueno no tanto como quisiera, pero quiero elegir que voy a hacer el resto de mi vida, estoy cansado de que elijan por mí. Espero que me entiendas.
- ¡Claro que te entiendo! – Laura sonreía de oreja a oreja. Tal vez si se siguieran viendo el otro semestre después de todo – y para celebrar, vayamos por unas polas el viernes.
-Pensé que nunca lo ibas a decir.
Mientras hablaban, comenzaron a llegar personas de todos los rincones de la universidad. Cuando Felipe sintió ganas de un tinto, la cafetería no podía mantener una sola alma en su interior.
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Abordo de mí mismo
Ficção Geral"Hay cosas que la mente humana no puede entender así como así"... Se dice Felipe, un joven estudiante de derecho que, al caminar por las laberínticas calles de la caótica capital de Colombia, descubre una ciudad profunda, muy diferente al lugar dond...