NUEVE

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EL ESCRITOR

Su padre no le había puesto atención al hombre que se atravesó, pero él pudo notar que algo iba mal en ese desconocido, sentía miedo. Siguieron caminando por la plaza hasta que llegaron al centro de ella. Allí se erigía una gran estatua de un hombre que portaba una espada. Su padre sacó una cámara y le dijo que le iba a tomar unas fotos de recuerdo. No podían estar en Bogotá sin algunos recuerdos. Un señor de pelo blanco y muy bien vestido se acercó proponiéndole tomarle fotos de mejor calidad por un poco de dinero. Su padre se lo pensó por un segundo, pero aceptó al final. Cuando se acercó, él pudo ver con mayor claridad al fotógrafo, vio que tenía unas gafas redondas y pequeñitas, que estaba tan bien vestido que parecía resplandecer. Y en lo alto de su cabeza color blanco tenía dos pequeños cuernos.

-Yo pensaba que mientras más escribiera más fácil se me haría tratar de explicar que era lo que pensaba. Es necesario tener un hábito, sentarte todos los días a escribir algo, lo que sea. Luego verás que lo harás sin darte cuenta – el escritor estaba respondiendo una pregunta que la moderadora del conversatorio le había hecho. Felipe y Daniel estaban en la primera fila, muy cerca para su gusto – a veces uno no encuentra ese hábito, aunque sí las ganas, entonces escribe un día cincuenta páginas y al siguiente nada. Yo estoy en un intermedio, quiero escribir un capítulo, pero termino escribiendo tres o cuatro, luego quiero escribir tres capítulos y solo puedo hacer uno – la voz era calmada, un poco baja aun con el micrófono que le habían dado. Vestía unos pantalones cafés, unas botas negras, camisa a cuadros y chaqueta de cuero. Su pelo, aunque negro, se podían ver uno que otro destello blanco, ya le estaban comenzando a salir canas. Sus ojos también negros destilaban cierta luz que atrapaba al que lo miraba.

Daniel había olvidado que estaba al lado suyo y solo miraba al escritor, nada más existía para él. Era divertido verlo en ese estado, cuando su amigo siempre andaba pendiente de lo que pasaba a su alrededor... realmente le gustaba. La entrevistadora dijo y ahora cuéntenos sobre su nueva novela ¿por qué un protagonista con cuernos? ¿acaso es fantasía? Daniel volteo a mirar a Felipe con cara de no poder creerlo, luego le susurro ¿será el mismo man de los cuernos? Felipe quiso levantarse y salir de esa librería ¿otra persona que había visto al señor de los cuernos?

-Es muy curioso, pero no es fantasía. Llevaba varios años con ese personaje en mi cabeza, ya saben un hombre mayor que se veía común y corriente, pero que en lo alto de su cabeza escondía dos pequeños cuernos. Y no es que esos cuernos tengan poderes o algo por el estilo, solo los veía ahí y él existía con ellos. Lo que quiero que de verdad sea importante es la historia que cuento desde sus ojos – dejo de hablar por un momento, mientras tanto comenzó a observar el lugar. Era un ático que estaba rodeado de libros, sobre todo de novela negra y fantasía. La ventana que tenía a su izquierda le daba la luz necesaria para convertirlo en un lugar en el cual uno se quería quedar mucho tiempo – y su hogar es parecido a este, aunque más antiguo. Desde ahí trabaja leyendo libros, y también buscando historias curiosas. Se encuentra la vida de muchas personas...

Eso mismo hacía el señor de los cuernos en ese lugar de la biblioteca. Felipe ahora solo miraba al escritor, sus labios se movían de forma natural cuando respondía las preguntas. No tenía nada que desentonara. Un escritor de veinte años que acababa de publicar una novela protagonizado por un hombre que en su cabeza se mostraban dos cuernos. Daniel la noche anterior escribió dos cuentos y el mismo ser era el personaje principal. Él lo había conocido hace unos días, tuvieron una conversación que ahora parecía no tener sentido y luego de salir de su lugar de trabajo había aparecido en el baño donde semanas antes un hombre mayor le había enseñado su pene para luego morir al mismo tiempo en una de las salas de lectura ¿cómo se conectaban esos acontecimientos? ¿el escritor y Daniel tienen algo que ver? La parte trasera de su cabeza comenzó a dolerle ¿seguía en la realidad que todos estaban viendo? voy a hablar con él, le susurró Daniel.

Abordo de mí mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora