Celes, un mundo perfecto #Wattys2019

Capítulo 10: Nova.

 Mucho más tranquilo tras ese paseo, se dirigió de nuevo al edificio. Por el camino se cruzó con bastantes trabajadores que, con uniformes de diferentes colores según su sector, se dirigían a sus trabajos y le esquivaban al pasar a su lado. Estaba ocultando casi todas las marcas que le conectaban con la Orden con el parche y la chaqueta pero, aún así, todos parecían adivinar quién era y se apartaban a su paso. Encogiéndose de hombros llegó sin problemas al edificio y entró. Colgándose la chaqueta del brazo y quitándose el parche, caminó por los interminables pasillos en dirección a su oficina. Sin embargo, antes de pasar se chocó de frente con Nova.

- ¡Celes! Te estaba buscando pero no estabas en tu cuarto, ¿has salido?

- Tan solo he ido a dar un paseo, ¿me necesitabas para algo?- La chica asintió antes de responder:

- Gabriel ha dicho que ayer no te encontrabas muy bien y siente que no has descansado mucho esta noche así que me ha dicho que te va a dejar el día libre.- Con una sonrisa más brillante que el sol, continuó diciendo.- Me ha mandado a cuidar de ti así que, ¿qué te parece si aprovechamos y vamos a algún sitio divertido?

- ¿Tienes algo en mente?- Le preguntó Celes mientras ambos subían a los pisos superiores, donde se encontraban los dormitorios.

- Ya lo verás.- Rió su amiga.- Es una sorpresa.

Tras quitarse los trajes y ponerse ropas adecuadas para cualquier sector y parches ocultando sus ojos violeta, ambos salieron del edificio. Como no estaban trabajando, no podían utilizar los vehículos de la Orden pero Celes seguía conservando su viejo coche de color cobalto. Hacía poco que se le había estropeado el motor de gema así que, aprovechando la situación, lo había renovado completamente y parecía nuevo. Al llegar, Nova le cogió las llaves y le pidió que se vendara los ojos hasta que llegaran. Una vez se hubieron sentado los dos, la chica arrancó y, conduciendo rápidamente por las abarrotadas calles, llegaron a su destino. Una vez llegaron, Nova le cogió de la mano y le guió con cuidado por un camino irregular. Más de una vez estuvo a punto de caerse por las prisas de su amiga y ella no paraba de pedirle perdón con una sonrisa que, bajo la cinta que cubría sus ojos, Celes solo podía adivinar. De repente comenzó a sentir el delicioso olor de la tierra mojada y el ruido de los pájaros y se preguntó si estarían a las orillas del río. Nova se rió, leyendo seguramente sus pensamientos.

- Deja de intentar adivinarlo, Celes.

"Así que esto no es el río..."- Pensó este y ella volvió a reír, deteniéndose y soltándole la mano.

- Vale, ya puedes quitarte la venda.

Cuando Celes obedeció, se quedó observando asombrado el espectáculo que se aparecía ante sus ojos. Parecía ser un parque gigantesco donde frondosos árboles se extendían hasta el cielo y, justo delante suya, dominaba el paisaje un lago enorme rodeado por una valla y varias estatuas. En el centro se erguía una imponente fuente de mármol y alrededor de él habían empezado a crecer flores de todos los colores imaginables. A esas horas todos los adultos estaban trabajando y los niños estaban en las escuelas. Por esta razón, no había nadie por los alrededores.

- ¿Te gusta?

- Es... precioso.- Fue lo único que logró contestar Celes, sin salir de su asombro.

- Renovaron este parque hace poco. Solía venir cuando era pequeña pero con las nuevas plantaciones ahora está mucho más bonito.- Cogiendo a Celes de la mano, le llevó a un banco enfrente del lago.- Normalmente estás muy callado y distante pero sé que realmente te preocupas por los demás más que nadie. Puedo verlo en tu mente. Por eso, aunque jamás les cuentes a los demás lo que piensas, quería decirte gracias de parte de todos trayéndote aquí.