Celes, un mundo perfecto #Wattys2019

Capítulo 12: La Rosa Negra

 Al llegar a este punto, la ilusión que Arami había creado en la mente de Celes desapareció y el chico se vio de nuevo en la habitación secreta horadada en la pared de la alcantarilla. Después de ver todo lo que la chica le había mostrado, le costó situarse pero, al intentar moverse sintió de nuevo un dolor punzante en su pierna que le devolvió a la realidad. Arami seguía atada a la tubería delante suya y parecía no haberse movido pero tenía marcas de lágrimas que intentaba quitarse sin mucho éxito frotando los hombros contra sus mejillas. Al cabo de unos momentos, se rindió y dirigió su mirada de ojos hinchados hacia Celes.

- Ahora que lo has visto, ¿qué piensas?

- Esto es... ¿lo que pasó realmente?

El chico parecía estar en shock y aún pareció más desconcertado cuando Arami se lo confirmó con un movimiento de cabeza. ¿Cómo era posible? Gabriel no le había mentido cuando le contó acerca del pasado pero, ahora que lo había visto con sus propios ojos, comprendía tanto la forma de actuar de su dios como la de Arami. Además, por fin entendió otra de las frases que la chica no había parado de repetirle. Ni Gabriel ni ella eran dioses perfectos. Ambos habían cometido sus fallos actuando como creían mejor y siguiendo su propia moral. Lo peor era que, ahora que había visto las dos caras de la misma situación, ya no sabía a quién apoyar. Era verdad que Gabriel había hecho algo imperdonable al matar a tanta gente de formas tan dolorosas pero hacía mucho que no había ninguna catástrofe natural en el planeta. También comprendía que Arami quisiera detenerle pero ya habían pasado 350 años, tal vez el dios hubiera comprendido sus fallos y ya no hiciera falta. Aún así, tampoco quería entregarla a la Orden y someterla otra vez a siglos de encierro. Y por otra parte estaba Linaly. Si Arami se iba de su cuerpo moriría y esa era una de las razones por las que la chica no había cedido en las negociaciones con los dioses. La cabeza le daba vueltas, en parte por sus heridas y en parte por toda esa información. Sujetándola con ambas manos, tratando de detener las continuas punzadas de dolor, se agazapó contra la pared. Arami, comprendiendo que no era un buen momento para hacerle más preguntas o tratar de defender su punto de vista, permaneció en silencio hasta que Linaly se despertó. La niña, tomando control de su cuerpo, miró a todas partes tratando de entender lo que estaba pasando pero, cuando iba a preguntarle directamente a Celes, Arami la calló. De esta forma, explicándole brevemente la situación le pidió que no apareciera por un tiempo. Le costó bastante pero, tras esforzarse un buen rato por convencerla, consiguió que se lo prometiera y la dejó jugando con los peluches dentro de la habitación de su mente.

Celes no dijo ni una sola palabra durante los días que estuvieron dentro de la habitación. Las heridas de Linaly se curaron perfectamente sin apenas dejar rastro pero las del chico parecía que necesitaban más tiempo, aunque se regeneraban más rápido que las de un humano normal. Dentro de los estantes y el frigorífico de la habitación había suficiente comida imperecedera para un encierro prolongado de su dueño así que permanecieron allí el tiempo suficiente hasta que Celes pudo volver a caminar e incluso correr sin problemas. Incluso sin decir nada, al cabo de unos días, el chico liberó a Arami para que pudiera ir a donde quisiera, aunque la chica no se movió de su lado. De esta forma, pasaron los días en completa quietud, solo rota de vez en cuando con los ruidos de una rata que pasaba de largo y el agua corriendo incesante fuera de la habitación. Vivían sin nada que hacer, tan solo esperando a que se curaran sus heridas y, por su parte, Arami esperaba también que Celes tomara partido en su guerra contra los dioses. Fuera lo que fuera, estaba preparada para aceptarlo, ahora que había logrado salir de ese edificio, no necesitaba a Celes. Por esto, mientras no se metiera en su camino, estaba dispuesta a romper el contrato con él. El chico, por su parte, seguía pensando qué podría hacer a continuación. Siempre se había movido para proteger o ayudar a las personas que le importaban pero ahora que Niko había muerto y hacía tanto que no veía a su familia, había perdido su objetivo.