•Margaritas• / Taemin

~~~~

Él gallo canto y Taemin despertó de golpe,sudado y con la respiración agitada. Despeinó un poco su cabello tratando de regular su respiración. Miro a su costado y vio la figura femenina que se había aparecido la noche anterior. Levantó un poco la sábana y suspiro aliviado al verla vestida.
Se levantó de su cama y se miro en el espejo,río levemente al ver marcas en su pecho,su camisa tenía impregnado el olor de la joven.

-¿Vas andar mostrando tu pecho por ahí?- Pregunto la joven. Volteo lentamente y la miro sentada en la cama mientras lo miraba.
-No,solo te lo enseñaría a tí- Sonrió y se acercó a ella lentamente. Sarah tomó las sábanas y cubrió su sonrojo.
-¿Recuerdas cuando jugábamos y decíamos que teníamos muchos hijos- Sonrió ampliamente y acarició el muslo de la joven- Y tú me decías que cuando fuéramos mayores ... Nos casaríamos y tendríamos cuatro hijos- Rieron ambos.
- Esa fue ... Una linda travesura- Murmuró Sarah.
- Ven,voy a mostrarte algo- Se levantó de la cama y se cambió la camisa.

Bajaron y no estaba su padre en la silla mecedora que tenía ahí y a su lado estaba ausente el rifle que utilizaba para cazar. Taemin miro a la joven y la tomó de la mano. Camino hacia la sala y se sentó en el piano.

-Mi madre tocaba el piano y mi padre la guitarra- Susurro, comenzó a pulsar las teclas de este haciendo que suene.
-Es precioso- Sonrió la chica y tocó una de las teclas.
- Si, mi padre lo cuida como oro, en las noches de tormenta donde arruina las cosechas y las casas de los pobres ... Toca el piano como si estuviese rezando- Sonríe- Dice que mamá es una mujer que le trae paciencia y fuerza a la gente que lo pierde todo-
-Tu madre siempre fue una mujer muy buena ... Todo el pueblo sabe que era una mujer fuerte- Sarah descanso su cabeza en el hombro del joven.
-Lo se- Sonrió ampliamente.

Abrió una botella de whisky y lo sirvió en su caso. Lo bebió y trago rápidamente. Comenzó a reír ante los relatos que contaba sus colegas.

- Con que tu hijo le clavó dos botellas de vino blanco en el torso al hijo de Choi- Río amargo uno de sus colegas- Creí que era un marica,pero me sorprendió completamente eso- Río.
-¿Cómo sabes eso?- Pregunto él hombre.
- Choi y su hijo vinieron más tarde y dijeron que buscaban dos cosas- La expresión del viejo Lee se volvió sería.-La cabeza de Daniel y la tuya ... Lee-
-Quiero ver qué lo intente- Apretó con fuerza su pañuelo- Siempre se creyó macho ese hombre- Escupió- Yo de lo único que me voy a morir es de felicidad cuando vea a mi hijo casarse con a chica que quiere-

Daniel lavo sus manos y miro a su hijo que estaba guardando a los animales en el corralito. Sonrió y seco sus manos con un pañuelo.

-¡Daniel!- Se asustó por el repentino grito de su patrón. Volteo y vio al Señor Choi acercarse rápidamente. Lo tomo del cuello y lo empujó hacia la pared de su casa.
- Dile a tu mujer que le prepare el vestido a tu novia ... La boda será el quince de Julio- Aviso,lo soltó y entro a su casa.
Daniel se quedó en el suelo anonadado. Arturo corrió y lo ayudó a levantarse del suelo.

-¿Estás bien?- Pregunto limpiando un poco su ropa. Daniel estaba pálido.-¿Papá?- Él hombre mayor asintió y lo tomo del hombro.
-Vamos a casa,hijo- Susurro.

Picaba la cebolla y las zanahorias. Su madre quería hacer algo delicioso para comer,ya que Daniel cumplía 60 años. Marlene estaba lavando algunas verduras.

-¿Dónde estuviste anoche?-Pregunto Martha.
-Estuve en la casa de los Lee- Murmuró Sarah mientras seguía picando.
-¿En los Lee? ¿Que hiciste con él muchacho?- Pregunto Martha algo histérica.
-Nada,madre,solo fui a verlo y ya,no ocurrió nada malo- Dijo mirándola.
-Tienes que tener cuidado,porque su es chico te puso un dedo encima,estaremos todos muertos- Advirtió su madre. Sarah suspiro.
-Solo dormí con él y ya- Martha golpeó la masa contra la mesa y miro a su hija que seguía picando verduras mientras la miraba.
-¿¡TE ACOSTASTE CON ÉL!?-Grito enojada.
-¡YA TE DIJE QUE NO! ¡NO OCURRIÓ NADA!-Grito Sarah y esta se cortó su dedo. Dió un fuerte gemido de dolor y miro su dedo que sangraba sin parar.
-Por Dios,lávate esa maldita mano, Sarah- La joven suspiro y lavo su mano.

Una vez que estuvo listo el almuerzo se sentaron todos y felicitaron a su padre por cumplir un año más. Daniel trataba de olvidarse de lo que él Señor Lee le dijo,así que se dedicó a pensar en él ese día.