Ayano es una chica fría y rota, incapaz de sentir emociones, totalmente vacía, caminando por la vida sin rumbo o propósito propio, a excepción de una pequeña cosa...encontrar el amor.
Un día simplemente así es, en un momento fugaz del destino lo log...
―¿Qué haces aquí?―pregunté al chico ante mi puerta, el se veía notablemente avergonzado y trataba de desviar la mirada―a-h...yo―él tartamudeaba mientras trataba de mantener esa ligera sonrisa, y explicarme la situación al mismo tiempo―¡Quiéreme, por favor!―me gritó...
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―¡JA!,¡¿QUÉ?!―fue todo lo que pude responder, parece que últimamente las personas últimamente me toman por sorpresa, ¿a que mierda se refería?,―ah, ¿te incomodé?, lo siento estoy algo nervioso―dijo mientras se rascaba la nuca―lo que sucede es que...tengo la sensación de que no te agrado, y pensé que tal vez es porque no cocino bien―dijo aún notablemente inquieto, ¿cómo es que llegó a esa conclusión?
―Lo siento, entiendo que te moleste eso, si todos hablan tan bien de mi comida, prometo que mejoraré―creo que él es un poco obsesivo, y eso es mucho viniendo de mí.
―Mira, traje una bolsa de ingredientes...y pensé que tal vez... nosotros, ya sabes...―creo que ya sé hacía donde va esto, sonreí, esto definitivamente fue un golpe de suerte―¿Por qué no vamos a tu casa?―le pregunté―escuché que tus padres tienen una panadería, ustedes son los expertos―seguí, para tratar de convencerlo.
―Oh, ¡tienes razón!―dijo bastante feliz mientras asentía una y otra vez como un niño pequeño.
―Bien, deja me cambio―dije mientras cerraba la puerta lentamente, el miró mi uniforme en respuesta―oh, ya veo―respondió, obviamente esto no era más que una excusa de mi parte, me dirigí hacia un pequeño cajón en mi cocina el cuál tenía pequeños frascos...de veneno.
Salí con un abrigo, y le sonreí, indicándole que siguiéramos, enserio....un momento―¿Cómo sabes dónde vivo?―le pregunté sorprendida poniéndome en guardia, Maldición que lento es mi proceso de pensamiento!
Él se asustó y volteó hacia otra dirección―Le pregunté a Info-kun―musitó tímidamente y de manera totalmente avergonzada sin poder mirarme, quedé en shock―¡Waah!¿Qué tuviste que hacer?―pregunté algo asustada, no pude evitar reaccionar de esa manera, este chico si que lograba sorprenderme―...―volvió a desviar la mirada hacia otro lado sin responder.
―Eso...no importa―fue su única respuesta, este chico ahora me dejó curiosa, ¿qué era capaz de hacer?¿cuales eran sus limites?, ¿de alguna manera es otro enfermo al igual que yo?, deseo convivir mas con él...investigarlo a fondo.
―Hey, ¿con quien almuerzas?―le pregunté amigablemente, con la tal vez la estúpida, idea de invitarlo a pasar el rato conmigo y Osano, el me miró algo confuso―pues normalmente con mi hermana, aunque le agrado a la gente, no tengo muchos amigos―contestó esbozando una ligera sonrisa, a la par que rascaba su nuca.
