Ya eran las 9 de la noche, y de Matteo ni sus luces.
Oigan, ahora que me doy cuenta no me preparé nada de almorzar, por eso tengo tanta hambre. Le pedí a mis padres que me prepararan una rica cena, pero no me hicieron caso porque estaban muy ocupados con su trabajo, al día siguiente tenían una junta muy importante.
Decidí ir a comer algo a una cafetería, como tenían tantas ocupaciones ni se darían cuenta.
Llegué a la cafetería que quedaba cerca a la casa de Matteo, lo sabía porque también quedaba cerca a la casa de mi amiga Violeta, y una vez lo vimos salir de su casa con sus padres y bueno, mi amiga le preguntó que si era su casa y dijo que si. Exactamente no sabía cual era, porque las puertas son iguales, y no recuerdo en que lado quedaba. Pedí unos churros con cocacola, creo que es una mezcla rara, espero que no me de alguna enfermedad.
Cuando terminé de comer, se me ocurrió la gran idea de ir a buscar a Matteo.
Toqué de puerta en puerta, pero no había respuesta, hasta que una anciana como de unos 70 años me abrió. la anciana llevaba una camisa blanca con un pantalón morado, una combinación bastante interesante.
Hola? Me dijo. Hola, señora. Por casualidad usted no sabe donde vive Matteo Cisneros? Niña, Matteo Cisneros vive en la casa de al frente, pero él y su familia se fueron de aquí ayer en la tarde y no han regresado.
¿Cómo? Bueno, muchísimas gracias señora, que tenga buena noche, adiós.
Cerré la puerta, y no dejé que la señora dijera una palabra más. Ay no, y si le pasó algo? No te alarmes Ema, de seguro está de paseo con sus padres y no ha vuelto.
Volví a mi casa, abrí la puerta y fui directamente a mi habitación, gracias al cielo llevé las llaves, porque si no las hubiera llevado, me podrían haber descubierto.
Al día siguiente, me defperté y lo primero que hice fue ver mi celular para ver si ya me había dado una respuesta, pero veo que no. Aún seguía guardando esperanzas, tal vez lo encontraría en la escuela.
Cuando entré al colegio, estaban muchos alumnos, incluso mi mejor amiga dulce, pero Matteo no aparecía por ninguna parte.
Pasaron 10 minutos y sonó el timbre para comenzar las clases y no podía esperarlo porque el maestro que me tocaba a la primera hora era muy estricto..
Buenos días alumnos, siéntense por favor.
Ese era mi profesor, Samuel.
En su voz y en su cara tenía una expresión que no podía descifrar.
Les tengo que decir algo muy importante.
Todo el mundo se quedó en silencio cuando pronunció esas palabras.
Y si nos tenía que decir que no va a haber clase por el resto de la vida? Sería la mejor noticia que pueden darme, aunque así sería más difícil ver a Matteo.
Alumnos, les tengo malas noticias...
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Amor Sin Fronteras©
RomanceEma Thomson es una adolescente normal: Con unos padres que la adoran, que le cohíben y prohíben ciertas cosas que, según ellos tendrá que cumplir. Con una escuela a la cual asistir, y, sobre todo, con un corazón con emociones inexplicables, como lo...