Capítulo 12: Después De Tanto

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No sé lo que estaba haciendo, en ese momento solo pensaba en encontrar la llave sin importar las consecuencias que esto me trajera.

Cuando menos me lo esperé, escuché el sonido de los cristales rompiéndose uno a uno muy rápidamente. Desde pequeña he amado ese sonido, no me pregunten por qué.

Retrocedí unos pasos para que no me cayera ningún vidrio, no quería ser reconocida como Ema, la niña heroína que rompe una ventana y termina cortada.

Me quité mi mochila de los hombros donde traía la comida y la utilicé para mover todos los vidrios cuidadosamente.

Cuando logré hacerlo, la dejé intacta donde estaba

Después volví a usar mis tácticas de escalamiento, y subí nuevamente.

Esta vez fue un poco más peligroso, pues tal vez quedaban pedasos restantes por ahí, pero gracias al cielo eso no fue así, todo cayó al suelo, es como si el destino estuviera de mi lado para cometer un acto criminal dentro de la escuela...

Cuando llegué al final, subí el pie derecho a la parte plana de la ventana, y luego subí el otro, tan solo me vastaba pegar un salto para estar dentro, pero me daba miedo que hubiera algo obstaculizando mi camino.

Bajé mi vista hacia adentro, y solo se lograba ver un suelo negro lleno de algo que parecían ser telarañas, por ese pequeño detalle decidí arriesgarme y salté sin tener en cuenta que estaba muy alto.

Pisé el suelo más fuerte de lo que pensaba, pero eso no me importó en lo absoluto.

Este lugar era obscuro, y sí, efectivamente habían muchas telarañas, por todas partes.

Observé todo el lugar intentando encontrar algo, pero si me quedaba ahí parada solo viendo no iba a hacer nada.

Caminé lentamente hacia el frente, y solo se veían mesas llenas de polvo.

Fui hacia el lado derecho, y habían una especie de casilleros pero un poco más pequeños, intenté abrir uno por uno, pero como ya se habrán de imaginar, estaban cerrados con llave.

¿Por qué todo tiene que estar bajo llave? Ya comenzaba a estresarme...

Fui hacia el otro lado, y habían un montón de cajas, eran muy grandes pero como siempre, también estaban cerradas.

Estaba frustrada, no podía encontrar nada, todo tenía llave.

Me quedé parada al lado de una caja, y nuevamente observé todo a ver si había una pista, pero nada.

Pasaron unos minutos, y vi un animal moviéndose sobre una de las mesas.

No sabía a que especie pertenecía, y hasta me parecía un poco feo, pero le iba a agradecer toda mi vida por su ayuda.

Me dirigí hacia la mesa, era más distinguida de las otras porque su color era amarillo, mientras que las demás eran negras.

Quité el animal con mi mano, aunque sentí muchísimo asco.

Créanme que mis escrúpulos y mis miedos eran lo que menos me importaba en esse momento, mi mente solo estaba concentrada en una cosa que ya saben cual es.

Palpé toda la mesa, pero no me había dado cuenta de un gran detalle (Como siempre)

La superficie plana estaba cuvierta por un papel, cosa que no permitía ver si se escondía algo adentro.

Lo aparté sigilosamente, y lo tiré lejos de la mesa.

Fue el peor error que pude haber cometido, cuando lo tiré no me di cuenta de que debajo estaba la llave.

Escuché cuando cayó, pero no sé exactamente donde, y la obscuridad no es que ayudara tanto.

No lo puedo creer, la tenía en mi poder y la perdí de la manera más estúpida del mundo!

Con mucho miedo me arrastré por todo el suelo e iba explorando con mis manos a ver si podía recuperarla, pero no servía de nada, solo sentía polvo y más polvo y, claro, telarañas y animales raros.

Así estuve durante un rato, cuando se me ocurrió la grandiosa idea de buscar debajo de las mesas, era algo que no había hecho.

Busqué y busqué, hasta que sentí algo pequeño, era un objeto vastante raro, nunca lo había sentido.

No lo podía creer, ¡LA TENÍA, LA TENÍA!.

Salí de allícorriendo, la ventaja es que ya podía abrir la puerta.

Sentía una felicidad inexplicable, me sentía realizada.

Con mucho cuidado, cerré la puerta y cogí nuevamente el cofre, me invadía la curiocidad por saber que había adentro.

No creía que fuera una llave, porque total, ya la había encontrado... O al menos eso es lo que pensaba.

Metí la llave en la cerradura, la giré hacia el lado derecho pero no funcionó.

Lógicamente la giré para el otro y sí, abrió.

Tiré de la tapa hacia arriba, no sabía que me iba a encontrar pero... Me llevé una gran desilusión y a la vez una graaan alegría.

El contenido del cofre eran más llaves, comencé a atar cabos, conté todos los casilleros que habían dentro, y eran 7, conté las llaves y era la misma cantidad.

¡Wow! Ahora si podía abrir todo.

Las metí todas en mi bolsillo, esperé a que se acabaran las clases y fui a sacarles copia.

No fue fácil, pero resumidamente al otro día las dejé en su lugar...

Amor Sin Fronteras©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora