Rohan Nahel khattab, es un empresario rico y guapo que va a México para escapar de su familia, pero una noticia lo hace tomar una decisión que no quería.
Tamara Cruz Acosta, es una chica que tiene una vida alocada gracias a que parte de su infancia...
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TAMARA CRUZ
Camino a paso decidido hacia el centro en donde todos los cuerpos se mueven al ritmo de la música que se escucha a un volumen muy alto y rápidamente comienzo a moverme junto a ellos, permitiendo que mi cuerpo vibre y todos mis movimientos fluyan.
La canción de fondo hace que todos canten a todo pulmón mientras disfrutan, saltando y moviéndose de un lado para otro y rápidamente me uno a ellos sintiendo la felicidad recorrer mi cuerpo.
Este definitivamente no es un lugar que yo esté acostumbrada a pisar, la música de pop en inglés, las personas vestidas con ropa de lujo y el cómo se mueven y ríen lo dicen todo, es un lugar de clase alta, pero eso no es impedimento para mezclarme con ellos.
Con el pasar de los minutos, me relaciono con personas desconocidas convirtiéndolas en mis amigos. Me ofrecen tragos de sus botellas que yo acepto gustosa y bailo con ellos. El alcohol que he consumido desde que llegué aquí, comienza a hacer efecto, la felicidad, el palpitar caliente en mi cuerpo y la libertad de hacer lo que sea que me pidan, hacen que esta noche se convierta en algo divertido, una perfecta salida de mi realidad de mierda.
En un punto de la noche, el ambiente a mi alrededor comienza a tornarse en sensual, dejando la diversión atrás. Ahora el centro está lleno de cuerpos restregándose, ya sean parejas estables, parejas que se conocieron hoy o personas bailando en busca de una pareja. Justo el punto de la noche que necesitaba para obtener.
Las luces pasando de un lado para otro, el calor que desprenden todos los cuerpos, el alcohol que provoca excitación en muchos y la música que comenzó a tornarse en temas eróticos y sensuales, parecen emocionar a todos, incluyéndome.
Ahora mismo, es mi momento de demostrar de qué estoy hecha y brillar junto a todos esos cuerpos sudorosos, sin que nadie me detenga, esta noche es para mí.
Los movimientos que antes consistían en brincar, ahora se convierten en movimientos sensuales. Mis manos se mueven por mi cuerpo, marcándolo de manera sutil, mientras que muevo mis caderas de forma marcada y fluida. Soy delgada, pero definitivamente tengo lo mío y sé como provocar, así que espero lograr mi meta.
La multitud me consume de poco a poco, la oscuridad del lugar solo hace que las parejas tengan más libertad de realizar otras cosas además de bailar, y aunque a muchos les podría parecer algo asqueroso o morboso, solo me hacen moverme aún más, sintiendo mi deseo incrementar.
Mi piel se vuelve más sensible conforme pasan los minutos, y eso me provoca a moverme cada vez más sensual, girando mi cuerpo, bajando ligeramente y subiendo echando mi culo hacia atrás. Y para sorpresa de nadie, un cuerpo me toma por atrás, pasando sus grandes manos por mi abdomen plano, pegándome más a él para bailar completamente pegados.
No me alejo de él, me dejo llevar por el momento y permito que él dirija la situación. Su fuerte respiración pega en mi cuello y contenta, muevo mi cabeza hacia un lado dejando al descubierto mi piel blanca y suave directo a sus labios, los cuales no tardan en repartir besos en mi cuello. Sus manos se mueven con mayor libertad por mis nalgas y piernas, mientras que yo solo sigo bailando junto a su cuerpo.
