Capítulo | 00

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Julio de 2013

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Julio de 2013

ROHAN KHATTAB

—¿Por qué me trajiste a este lugar? —le pregunto a Zain, quien se encuentra a mi lado viendo con atención el show frente a nosotros.

—Investigué sobre las personas del accidente —responde, sin tomarme por sorpresa—. No pude soportar la idea de que esa niña perdiera a sus padres, por lo que intenté averiguar si tenía más familiares, pero descubrí algo.

—¿Eres metiche de nacimiento o esa niña realmente te preocupa? —pregunto con desinterés, pues a diferencia de él, a mi no me interesa lo que sucederá con la niña.

—Entiendo que ahora mismo crees que tu vida no tiene sentido, pero ese no es motivo para ser un desalmado —ignoro la mirada juzgadora y solo sigo viendo el entierro de Sebastián Cruz.

—Dime que sucedió, para ver si eso me hace dejar de ser un desalmado.

—Cuando salió la noticia del accidente y revelaron los nombres, reconocí el nombre de Sebastián Cruz. Ese hombre estaba casado con la hija menor de los Andrade, por lo que creí que la mujer que murió a su lado era ella, pero el nombre de la mujer del accidente no coincidía con el de su esposa.

—¿Viajaba con su madre? ¿Abuela? ¿Hermana? —veo a lo lejos como una mujer sostiene con fuerza a dos pequeños, un niño y una niña que lloran tan alto, que soy capaz de escucharlos hasta acá.

—No, al parecer Sebastián Cruz se casó dos veces, la primera vez con la hija menor de los Andrade, y después con Lucía Acosta, por alguna razón nunca se descubrió el delito que él estaba cometiendo.

—¿Delito? —cuestiono confundido, pero mi cerebro procesa rápidamente que ahora estoy en México, país en donde tener a más de dos esposas, es un delito—. Entiendo, tu prosigue.

—Bueno, pues la mujer que murió con Sebastián Cruz, fue Lucía Acosta, su segunda esposa o a los ojos de todos, la amante y madre de Tamara Cruz Acosta, la niña de diez años que viajaba con ellos —dice, como si realmente fuera el mejor chisme del mundo, y tal vez lo era, pero no me importa.

—Entonces ellos son la familia Cruz Andrade —escucho una afirmación de su parte mientras que seguimos viendo como el entierro sigue en proceso— ¿Y qué pasó con la niña?

—Ahora mismo está en el hospital, recibió operaciones y están esperando a que despierte, pero no hay ningún familiar que se haga cargo de ella, al parecer la madre no tiene familia y para la familia Cruz, Tamara es solo una hija ilegítima.

—¿Una bastarda? —suelto una ligera risa—. Pues bienvenida sea al club.

—No es gracioso, solo tiene diez años, Rohan —Zain se queja—. ¿Qué hará ella sola ahora?

—Zain, ese no es nuestro problema, el producto de la infidelidad de Sebastián Cruz es ajeno a nosotros —digo con voz seria, deseando que en su cabeza no esté pensando hacer una estupidez.

Prisionera De Un MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora