Diez minutos después, entro al lujoso local de helado que se encuentra en el parque. Mi lugar a donde huía siempre que tenía peleas con Catalina, porque evidentemente, no es la primera vez que nos gritamos, sin embargo, es la primera vez que ella dice que soy una puta roba maridos igual que mi madre.
Catalina, a pesar de todo, nunca se había metido con mí familia y mucho menos me había comparado con mi madre. Ella misma me dijo que la persona que dijera todo eso, es porque había caído en lo bajo por no poder dar pelea contra mi.
"Eres igual de puta que tu madre", fue la frase que más escuché en mi adolescencia, y a pesar de que a ella le sacaba canas verdes, siempre hablaba conmigo y me consolaba. Supongo que la he llevado a su límite.
Me siento cómodamente en mi lugar de siempre y comienzo a comer el helado que pedí, viendo por el ventanal en espera de que llegue Rohan. Necesito ignorar todo lo que sucedió hoy, porque a pesar de que soy una perra orgullosa, sé que yo también crucé un enorme límite al mencionar sus errores.
Pero, ahora que lo pienso mucho mejor... ¡No tenía motivos para insultarme!
¿Tan atacada se sintió al llegar con un hombre como Rohan? Bueno, pues yo tampoco entiendo qué quiere ese hombre de mí, y sinceramente me estoy cansando de verle la cara por muy linda que la tenga el cabrón, pero tenía que tomar la pequeña oportunidad de poder restregarle una falsa victoria a Catalina, y de paso al zorro de su hijo.
¿Qué importan sus palabras hirientes? Si yo les doy importancia, tendrán un impacto negativo en mí, pero yo no tengo tiempo para llorar porque la persona que consideraba una figura materna me insultó y de paso insultó a mi mamá.
O eso es lo que intento decirme a mí misma mientras algunas lágrimas se resbalan de mis ojos, porque mierda, no importa que tan acostumbrada esté a esas palabras, al final del día, solo alimentan esa inseguridad que tanto intento destruir con una actitud de indiferencia.
—Basta ya de estupideces —murmuro, mirando la bola de nieve que se derrite con el paso del tiempo, y que por desgracia, no puedo disfrutar.
El constante recordatorio de que en ocho meses será mi titulación, y que para eso debo pagar la inscripción, terminar mis horas laborales, pagar mi título y todas esas mierdas que solo te chupan dinero y energía, son problemas suficientes para dejar en el olvido a Catalina.
Tal vez, si comienzo a buscar trabajos ahora mismo, me dedico a explotarme laboralmente los fines de semana y aprovecho los dos meses de vacaciones que te da la universidad para trabajar de día y noche, logre juntar el dinero suficiente para poder terminar mis estudios, por supuesto que centrándome en pasar todas las materias y terminar mis horas de servicio durante todo el semestre continuando con los trabajos de fin de semana.
Si, esa podría ser una buena idea, ignorando el hecho de que no podré dormir ni comer correctamente, tal vez sufra mil ataques de estrés y termine en un episodio terrible de ansiedad, pero mierda, tener ese título en mis manos será un logro en mi vida que podré besar y saltar de la emoción a pesar de las lágrimas de sangre que derramé por él.
ESTÁS LEYENDO
Prisionera De Un Magnate
RomanceRohan Nahel khattab, es un empresario rico y guapo que va a México para escapar de su familia, pero una noticia lo hace tomar una decisión que no quería. Tamara Cruz Acosta, es una chica que tiene una vida alocada gracias a que parte de su infancia...