Epílogo - El porvenir

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El sol rozaba el horizonte y su brillo naranja golpeaba con suavidad los árboles de Littleclouds. El pueblo, ya en proceso de dormir, estaba tranquilo, callado y las calles poco a poco se quedaban sin ponis.

Aunque la abuela Grand Sky estaba todo menos calmada. —¡Increíble! —Exclamó con sus ojos grises con morado pegados al ala de metal ligero—, en verdad parece fuerte y resistente.

—Gracias abuela. A mí también me agrada bastante, pero todavía no la domino del todo.

En la cocina de la anciana, las típicas tazas de té y las hojas pertenecientes a una gruesa carta tapizaban la mesa de madera tallada.

—Viviste toda una aventura en estos días.

—No se compara con las de sus nietos —dijo el pegaso avergonzado—. Quién diría que Freedom Hooves no encontraría nada acerca de la esfera sanadora en el páramo ártico.

—Muy triste sin duda, pero encontrar un templo perdido en medio del hielo es un gran mérito.

—¿Cree que estará bien buscando en las inexploradas montañas yacks?

La enorme pegaso dorada, tomó su respectiva taza y le dio un sorbo con delicadeza, para luego decir:

—No te preocupes, él es fuerte, regresará sano y salvo, estoy segura. Pero cuéntame Wind, ¿es verdad el rumor? ¿Qué pronto tú también harás un viaje?

—Así es, voy a Canterlot, al parecer, la carta por parte de Celestia, esa guardada para luego de terminar el tratamiento, era una invitación a su castillo.

—Jujuju, invitado en persona por la princesa del sol, es un gran honor.

Las palabras de la anciana eran dichas con amor y ternura, pero estaban llenas de verdad. Ciertamente recibir una de esas invitaciones para una audiencia privada no se trataba de cualquier cosa, aunque el pegaso no tenía ni la más mínima idea de para qué lo citaron.

—Glass también me pidió viajar a la capital para ayudarla. Así que salgo con ella y el Dr. Healer a primera hora mañana.

Un casco de la anciana se puso sobre su mentón. —Ah, esa pequeña unicornio, la recuerdo bien —dijo con sus ojos grises mirando a la nada—, una yegua adorable, y muy amable. ¿Qué te pidió hacer?

Win comenzó a juntar todas las partes desperdigadas de la carta en la mesa, y mientras lo hacía respondió extrañado: —Honestamente no le entendí del todo, pero al parecer con presentarme con ella en Canterlot es suficiente. —Pronto puedo volver a acomodar todas hojas en un solo montón—. También aprovecharé para dar una vuelta al monumento de mis padres. Tal vez suene tétrico, pero tengo un lugar reservado al lado de ellos, y me gustaría enterrar mi antigua ala ahí.

La gran pegaso dorada bajó de su asiento y comenzó a juntar los trastes de su juego de té. —Es natural querer descansar a lado de los tuyos —dijo con voz calma—, cuando yo me muera, no quiero pensar en el pobre tipo encargado de cargarme hasta mi tumba.

—No diga eso abuela, a usted aún le quedan muchos años.

—Hahaha, siempre me haces sentir joven Wind, por eso me caes bien.

Con todo ordenado y listo, el joven pegaso dijo adiós a la Abuela Grand Sky. Para él siempre resultaba agradable pasar toda una tarde platicando sobre aventuras, anécdotas y para recibir algún consejo, mas nunca había oído a la abuela hablar con un tono de voz grave, hasta ese día:

—Pequeño Wind, ¿el Dr. Healer viajará con ustedes hasta Canterlot?

El cartero, ya parado en el umbral de la puerta, le pareció bastante extraño ese tono serio de voz. Pero fue mayor su sorpresa al voltear y descubrir la expresión severa en el rostro de la anciana. —Sí, ¿por? —contestó confundido.

Metal Ligero (My Little Pony FM, Fanfic) (Tipo 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora