Capítulo 13 - El Sueño

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Summer Leaf, en definitiva, estaba viviendo un calvario esa noche. Pero, si de alguna forma, le pudiéramos preguntar a su versión del futuro cuál fue la peor parte de toda la velada, sin duda respondería que fue cuando el Dr. Healer se llevó a todos los ponis del cuarto de su pequeña.

En aquellos momentos, solo los respiros forzados de la potrilla hacían eco en el cuarto, mientras, al lado de la cama rosada, la dueña de la casa, impaciente por la tortuosa espera, únicamente podía cambiar la toalla húmeda en la frente de su hija y limpiarle el sudor de cuando en cuando.

Para la madre, lo más abrumador de esa situación era la incertidumbre: ¿acaso llegarían a una solución o, por el contrario, confirmarían la horrible sentencia de muerte dada por el Dr. Pill?, no saber la respuesta a esa pregunta junto a ni siquiera poder entender los gritos de la acalorada discusión en la habitación de alado la carcomía por dentro.

De un momento a otro por fin escuchó a alguien abrir la puerta. Desde su perspectiva había esperado una eternidad, sin embargo, en realidad solo fueron unos quince minutos.

—¿Wind? —preguntó la yegua con una expresión de duda—, ¿dónde están los demás?

—El Dr. Pill dijo que iría a investigar si había alguna alternativa para aliviar la condición de su hija —respondió el cartero entrando con calma al cuarto—, los demás esperan afuera.

—Y ¿qué pasó? —increpó Summer ansiosa—, ¿podrán ir a por la flor antídoto?

Wind no respondió nada de buenas a primeras, en lugar de eso caminó hasta el mapa en suelo del cuarto y lo acercó a la madre. Sus ojos rojos reflejaban una serenidad inusual en él. —Necesito saber cuál es el lugar con mayor probabilidad de tener la flor —comentó—, y según sé, usted conoce mucho de las zonas florales en las montañas.

El joven cartero tenía razón, esa yegua de pelaje carmín gustaba de las flores decorativas y de los lindos paisajes, por ello, antes de ser ama de casa, exploraba mucho las montañas. —Aquí —dijo enseguida al tiempo que apuntaba con su casco a un cerro bastante retirado de Greendale—, la cima de esta montaña es plana y llena de diversas plantas, le dicen el Jardín aéreo. Definitivamente es el lugar con la mayor probabilidad.

—Entendido —contestó Wind asintiendo con la cabeza.

De repente, escandalosos tosidos de la niña hicieron voltear a los dos ponis de forma abrupta, por fortuna el repentino ataque no pasó a mayores.

—Si tendrán el antídoto a tiempo, ¿verdad? —exclamó Summer mirando a Wind con gran tristeza. En su mente, ella deseaba con todas sus fuerzas escuchar un "sí" como respuesta, pues no tenía ni el más mínimo deseo ni tampoco la fuerza para escuchar un "no".

—¡Se lo prometo! —aseguró Wind para alivio de la elegante yegua—, ¡obtendremos el antídoto! Por favor, espere aquí hasta entonces.

En ese momento Summer lo notó, había algo diferente en New Wind, pero ¿qué? ¿Su mirada, rostro, tono de hablar?, no, era el mismo joven cartero de siempre, pero con algo más, un agregado en su esencia que hacía sonar sus palabras como la más absoluta verdad.

—Gracias —respondió la dueña de la casa de forma enérgica. La esperanza había vuelto a ella.

Wind le correspondió las palabras con una sonrisa, después, tomó el mapa con el hocico y comenzó a caminar rumbo a la salida del cuarto. Curiosamente, detrás de sí, iba dejando un pequeño rastro de gotas, cosa la cual Summer notó hasta que el pegaso ya había dejado el cuarto.

De regreso en la sala, el Dr. Healer lo recibió con una expresión traviesa, luego preguntó: —¿Tienes la ubicación?

—Una montaña a unas 14 horas de trote —contestó el joven cartero tan frío como hielo. Todos los ponis en la sala notaron la tensión entre esos dos al instante.

Metal Ligero (My Little Pony FM, Fanfic) (Tipo 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora