Capítulo 9

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La cara de Juan se llenó de diversión al ver la prisa con que Nicolás marchaba rumbo a los sanitarios y dirigió una mirada sonriente hacia Sol, que también se había quedado mirando el camino que tomó el niño con una sonrisa propia -Y? Cómo se ha portado? - Preguntó el hombre, sentándose en la silla detrás del escritorio.

Sol suspiró, desviando su atención a su jefe, pensando en cuál sería su respuesta. Ese niño era como un ángel y se portaba tan bien que no creía que alguna vez tendría que "acusarlo" por nada, pero a su vez sabía que sus inseguridades le jugaban en contra y era allí donde necesitaría mucha ayuda - Bastante bien. Es un niño muy bueno y educado. - Dijo tras un corto silencio.

El comisario sabía que había algo más detrás de esas palabras, el rostro de su amiga así lo indicaba. Y no estaba errado.

-Pero... - Murmuró, como invitando a Sol a seguir.

-Pero está sufriendo. Han sido muchos años de maltrato que no se borrarán de un día para el otro. Se necesita tiempo para sanar las heridas que tú propio padre ha provocado en ti, sabes?!.. - Explicó, tomando la mano de Juan. Quería sentirse segura ella también. A veces, su propio pasado la solía perseguir, pero la presencia de Juan era suficiente para enfrentarlos. Por algo era "su Ángel".

Como todo un caballero, Juan tomó la delicada mano de la sargento y la besó suavemente, mientras la observaba sonreir. Estaban tan cerca el uno del otro, que pronto sus labios comenzaron a atraerse y estaban a centímetros de darse un beso cuando alguien tocó la puerta, interrumpiéndolos.

Sole miró a su superior con una sonrisa pícara. - No deberíamos estar haciendo esto en horas de trabajo, comisario. Mi jefe podría llegar y arrestarnos. - Comentó alegremente, mientras se ponía de pie para abrir la puerta- Debe ser Nico. - Añadió.

Pero cuando abrió, del otro lado se encontraba el agente Pérez, con cara de preocupado.

-Se le ofrece algo, agente? - No hacía falta ser adivina para darse cuenta de que algo inquietaba al muchacho.

-Mi Sargento, perdón si la interrumpí, - Dijo nervioso, al ver al mismísimo comisario en la oficina de la mujer.

-No hay problema, dime qué se te ofrece. - Preguntó amablemente.

-Bueno, es que... creo que hay algo que debe saber. Cuando venía del baño, vi salir a ese chico que Ud ayudó ayer.... -

-Y cuál es el problema? Fue al baño, si ya salió, debe estar por llegar... O piensas que pudo equivocar el camino? - Realmente, Soledad no sabía qué es lo que traía tan angustiado al joven delante suyo.

-No. Él no llegó al baño. Yo lo crucé cuando volvía del sanitario. Él estaba saliendo... -

-Cómo saliendo? De dónde? - Juan a estas alturas se había puesto de pie y se acercó peligrosamente hasta el muchacho que debió retroceder unos pasos para evitar que lo chocara.

-Tranquilíza..ce. Tranquilícese, jefe. Tal vez se equivocó en el camino al baño o tal vez quiso salir a tomar aire fresco. - Trató de poner algo de paz a la situación, aunque su corazón ya estaba galopando con incertidumbre.

-Mmmm.. Yooo... creo que algo anda mal, Sr. Iba con una mujer.... Se me hizo extraño porque sentía que la había visto en algún lado, pero no podía acordarme de dónde, hasta que recordé que la había visto aquí ayer en la tarde. Vino exigiendo que dejemos en libertad a su esposo.

-Y quién rayos es el esposo? - Interrogó impaciente el comisario.

-El Sr. D'alessio, el padre del muchacho. - Explicó el joven, viendo cómo se abrían los ojos de ambos policías con la sorpresa.

Good baby boy (ABDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora