Un océano de problemas y preocupaciones se acercaba.
A veces le gustaba acercarse y tocar la orilla, provocar a la naturaleza, sentir el temor de una nueva marea de emociones.¿Y si la marea la arrastraba?
No pasaba de la seguridad del borde, donde algunas conchas se quedaban a tomar el sol.
Un día quiso intentar, deseaba tentar su suerte, incitar al universo a moverse...
Entonces lo hizo...
Saltó al mar de lagrimas, se sumergió entre las olas de dolor, casi ahogándose en miles de gritos.
¿Y si moría?
Había escuchado que no hay mal que dure cien años ni idiota que los aguante.
¿Qué pasaría si los cien años pasaban?El mar era tentador, era peligroso, ¿Estaba bien jugar con el?
Las olas la llevaron mar adentro, las nubes de dolor causaban olas más gruesas, más grandes, poderosas. Casi como si el océano le dijera "largo".
Luchaba contra la marea, no había sido buena idea sumergirse, entonces ¿Por qué lo hizo?Un día dejó de luchar, de nadar, solo se quedó a flotar.
Los problemas no trataban de ahogarla, las nubes ahora eran blancas como algodón recién cosechado.
La marea ahora era suave...Y mientras ella flotaba sin perder la vista del cielo, volvió a la orilla, ahora siendo amiga del océano, siendo compañera del mar adentro.