Lunares

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Los lunares decoraban su cuerpo,
Era como ver estrellas en el firmamento.

Algunos estaban en sus brazos,
Otros por su nuca.
Un par por sus piernas y en sus manos.
Pero había lunares que ella no dejaba ver,
Dos que se escondían entre las montañas de
sus pechos, un lunar para cada cima.

El quería besar sus lunares, contarlos uno por uno hasta cansarse.
Sin saber que sería ella quien se cansaría.

¿Acaso el contó mal los lunares?

Ella no quería contar sus lunares, pues decía
que cuando el terminara de contarlos, se cansaría.

Y después de que acabara ¿Qué haría?

Ella se pintaba más lunares, decía que el nunca alcanzaría a contarlos todos.

Ella no deseaba desprenderse, pero si el la descubría ¿La dejaría?

Ahora su cuerpo está lleno de lunares, y el ya se cansó de contar.
Decidió contar nuevos lunares en otro cielo.

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