La Luna miraba atentamente
A los nocturnos seres que sobrevivían en la noche.
A veces le dolía, pues ella no podía ayudarlos.
Escucha nuestros llantos en la madrugada, cuando las estrellas hacían fiesta.
Leía en los rostros que vagaban el dolor, ¿Por qué no sonreían?
La Luna se odiaba constantemente, pues sacaba lo peor de las personas, las hacía llorar, sufrir, incluso veía a algunos pedir su muerte ¿Por qué a ella? No era su culpa que la oscuridad fuese parte de suya.
La Luna envidiana al sol
Pues este siempre hacia a las personas disfrazarse, caminaban sonrientes o con sentimientos vivos a su al rededor, eran llevados con alegría de aquí para allá.
A la luna no le importaba si era alegría falsa. Era alegría de todas formas.
La luna entonces se cansó
Decidió aprender a brillar más. Para que las personas dejaran de detestarse, para que el sol también se diera cuenta de que no era único.
Mala idea
La luna quiso brillar tanto... Que se rompió en miles de pedazos. Estalló en llanto al verse desfigurada mientras sus partes volaban como meteoritos o pequeñas y fugaces estrellas ¡No! No debían separarse de ella.
Luna... En tu afán por ser perfecta, acabas fe destruirte, espero estés feliz.
